Corazones!! :))
Siento que esto no sea un capítulo pero no he tenido mucho tiempo para escribir y tampoco creo que lo vaya a tener... Últimamente estoy bastante ocupada, estresada, triste, amargada, enfadada y rabiosa...estoy teniendo algunos problemillas con respecto a todo (familia, "amigos", amores, estoy teniendo incluso problemas conmigo misma) y me estoy viniendo un poquito abajo, pero bueno esto no importa, vosotras estais aquí para leer mi novela y no para que os cuente mis problemas y mis sentimientos, asi que siento esta patata aqui en medio!
El caso es que ni estoy de ánimo, ni tengo tiempo para escribir, asi que os pido paciencia y sobre todo PERDÓN por las largas esperas que teneis que sufrir hasta que subo los capítulos...de verdad que lo siento mucho porque siento que no estoy haciendo mi "trabajo", pero me requieren por muchos lados y si me pongo a todo, voy a acabar haciéndolo todo mal. También siento no poder leer vuestras novelas, ni poder comentar, ni nada...estoy guardando en un archivo todos los enlaces que me decis y en cuanto acabe con los estudios, os prometo leer todas y comentar :) pero como entendereis si ya tengo poco tiempo para escribir la mia; leer y comentar las demás es imposible.
Lo que quiero decir con esto, es que voy a tardar un tiempo en subir, intentaré en Semana Santa y después de ahí, lo siento muchísimo por esto, pero al menos hasta Junio, tras Selectividad, nada de nada :(( me da mucha rabia deciros esto porque como ya notareis la novela esta llegando a su fin (sniiifff, sniiiiifff) y tengo muchas ganas de acabarla para saber vuestras reacciones, pero quiero que sea perfecto y con todo este rollo, si lo intentase ahora, me quedaría una mierda.
Después de este mensaje, que lo se, os ha amargado (lo siento y mil veces lo siento) tiene que haber una buena noticia! :) La buena noticia es que tras mucho pensarlo y a riesgo de que me mateis, me descuarticeis o me regaleis un unicornio explosivo (lo digo por ti, DreamRose) he decidido hacer segunda parte!! No digo nada del final pero sabiendo que os puede no gustar, he estado pensando y he decidido algo. Voy a hacer un final alternativo. Os explico, el final de la novela lo colgaré en este blog; el "final alternativo" no va a ser un final, sino la segunda parte de la novela, que la subiré en el Blog nuevo que cree. No se si me he explicado bien, pero vamos que el "final 1" en este Blog y el "final 2" y continuación, en el blog que cree. Me gustaría saber lo que pensais todas, si os parece bien y si os gusta la idea, porque esto es muy importante para mi.
Tras este tostón, dar las gracias a todas las que seguís aquí, a las nuevas que vais llegando y comentando y a las que leeis pero permaneceis ausentes, gracias a vosotras también :) Sois un encanto todas y un gran apoyo y no os podeis hacer una idea de lo importante que sois para mi y de lo que es poder decir que tengo amigas increíbles a las que ni siquiera he visto una vez; a DreamRose con sus tonterias, a la simpática HappyGirl, a Yera DIrt. y sus bonitas palabras, a la encantadora María del Mar y a la agradecida Bea.
Para despedirme, os repito mis disculpas y os dejo unos importantes mensajes y un relatito, que escribí en uno de mis malos momentos y del cual espero que me deis vuestra opinión y que os guste :))
YA LO HE DICHO MUCHAS VECES, ENLACES EN EL APARTADO CONTACTO, ESTE ES MI ULTIMO AVISO, POR MUY BONITOS QUE SEAN VUESTROS COMENTARIOS, LOS BORRARE (no grito, ni soy borde :) es que quiero que lo veais jajajaja)
SIENTO MIS TARDANZAS, PERDONANDME
OS QUIERO MUCHO, MUCHO, MUCHO...
El tiempo pasa,no se detiene...sientes que corre, tan rápido que sólo puedes rendirte a la velocidad y correr con el, para que no se pasen las oportunidades, para que no pase sin valor tu vida, pero tu, como yo, sabes; que lo único que quieres es poder frenar, detenerte y disfrutar, disfrutar del momento. Parar y no moverte, quedarte en un instante perfecto o imperfecto, da igual, pero detenerte a descansar a respirar y saber lo que estas haciendo porque no lo sabes, no sabes nada, te dejas llevar por impulsos, acertados o erróneos pero no son decisiones; pero el tiempo no se detiene y la vida sigue aunque tu no quieras, contigo o sin ti, sigue. Y la gente viene y va. Entran en tu vida como extraños, rápidos como torbellinos, le dan la vuelta a todo, lo cambian, lo desordenan, lo estropean, lo rompen y después se van como entraron, como extraños. La gente viene y va pero los importantes permanecen. ¿Estas seguro? La gente es importante, imprescindible para ti en un momento, en un instante pero ya sabéis, la vida corre y los momentos y los instantes se van como las personas, corren y tu corres con ellos para no perderlos, tu corres porque no quieres que se vayan, tu corres porque no quieres que te abandonen, tu corres porque les quieres, simplemente por eso, porque les quieres. Pero no puedes hacer nada, porque necesitan entrar en otra vida, porque tienen que descansar para la eternidad, porque no eres único, ni especial, hay millones como tu, y no se van a detener por ti, al igual que tu no te has detenido por ellos, al igual que el resto no se detiene. Nada para, todo sigue, todo cambia: la vida, las personas, tu, yo y el resto.
Pero yo paro por One Direction, yo paro por mi novela, yo me detengo por todas vosotras...mis lectoras, mis corazones...
sábado, 16 de febrero de 2013
domingo, 3 de febrero de 2013
CAPITULO 64 "Lágrimas"
Narra Harry*
Ana se empieza mover y a restregarse un poco los ojos. Esta tan guapa...con su pelo revuelto y su delgada mano sobre mi pecho, me siento el hombre más afortunado del mundo. Le aparto un mechón que esta sobre sus ojos, porque quiero verlos, quiero ver sus ojos aunque estén cerrados.
Me pica un poco la espalda, así que me revuelvo un poco y sin querer muevo más de la cuenta a Ana, que abre los ojos y al instante los entrecierra debido a la claridad que hay.
-Apaga la luz.
Me dice mientras hunde la cara en mi pecho. Yo me comienzo a reír.
-Ana, estamos fuera...
Se pone un poco tensa entre mis brazos y me dice simplemente:
-Ui, es verdad.
La miro con una sonrisa pícara y espero hasta que sube lentamente la cabeza con una sonrisa también, pero la suya es, más bien tímida. De repente, coge impulso y me da un corto beso en los labios, se separa con una sonrisa radiante y los ojos brillantes y se abraza con fuerza a mi barriga. Yo la aprieto fuerte contra mi.
-Mi gordita...
Narra Zayn*
-Suena tu móvil-le digo a Clara haciéndola reír porque tengo la boca llena.
Estamos desayunando en el bufé del hotel, al lado del mar. Es una preciosa mañana, el viento sopla suave trayéndonos el salado olor a mar, el sol radiante en el cielo azul nos da un calor que aunque intenso, no es muy sofocante.
-¿Si?-dice ella con una sonrisa aún en la cara.
Esta durante un rato hablando, habla en español así que no entiendo nada de lo que dice. Yo sigo comiendo y cuando por fin, acaba de hablar la noto bastante enfadada.
-¿Qué pasa?¿Quien era?-le pregunto.
-Era mi madre, que llamaba para preguntarme donde estaba, que estaba haciendo, con quien... No hace más que decirme que en menudo berenjenal me estoy metiendo por salir con alguien como tu...no lo entiende...-dice moviendo la cabeza, algo afectada.
-¿Le has dicho lo de Oxford? Quizás con eso me vea como una mejor influencia...-le digo algo preocupado.
Para mi es muy importante la familia y me gustaría caerle bien a la de Clara, para poder formar parte de ella, pero no se sí es por mi profesión, o por lo que más miedo me da, por mi religión, por lo que parece ser que ellos no están muy contentos conmigo.
-No, quiero decírselo en persona. Es algo muy importante-me dice.
-Importante y una gran oportunidad, se van a poner muy contentos, tranquila.
-¿Contentos? Se tranquilizarán por saber donde voy pero no les va a hacer ni pizca de gracia que vaya a estudiar tan lejos de casa, estoy segura de que al menos se enfadarán, no montarán en cólera, pero se van a enfadar-todo esto lo dice mientras unta con fuerza el pan en mantequilla. De repente lo suelta todo:
-Se me ha quitado el hambre-se levanta y se va hacia la barandilla que da a la playa.
Yo también suelto mis cubiertos, disgustado. Me levanto y voy a por ella. Un día perfecto, con un principio feo, muy feo.
Narra Louis*
Siento la claridad que da en mis ojos cerrados, pero no quiero abrirlos, estoy cansado. Me acurruco más a Els, apretándola más contra mi. Oigo que da un pequeño estornudo y sonrió porque me viene a la cabeza lo que paso ayer; y después rio porque a mi cabeza viene la imagen de la cara estupefacta de Eleanor con mechones mojados en la cara tras caer de la barca al río.
Me voy a dar la vuelta...que incómoda es esta cama...
-¡Aaahhhh!-al suelo.
No estaba en la cama, estaba en el sofá. No me había acordado de que ayer nos dormimos los dos apretujados en el sofá con la chimenea a los pies.
Eleanor se incorpora con los ojos hinchados y la nariz roja.
-¿Que haces ahí?-me pregunta ronca y apenas sin respirar. La pobre tiene la nariz congestionada.
-Estoy merendando, ¿quieres un poco de alfombra?-le digo con una sonrisa.
Ella suspira y se deja caer de nuevo en el respaldo del sofá, esta vez mirando hacia mi y no hacia la parte interna del sofá, como estaba antes.
Me acercó, votando con el culo, hasta que situo mi cara enfrente de la suya, nuestras narices se rozan. Ella se aleja mientras dice:
-¡Quita! Que te voy a contagiar...
Antes de que gire la cabeza, se la agarró.
-Hazlo.
Me acercó a sus labios y la beso con pasión. Cuando me alejo la miro con cariño y ella me sonríe mientras levanta una mano y me acaricia el pelo.
Comienzo a toser de mentira y me tiro al suelo gritando:
-Oohh ya siento los virus invadiendome, mátame Eleanor, mátame antes de que coja un resfriado que acabe con mi vida.
Ella riendo se incorpora en el sofá y comienza a tirarme los cojines que tiene a mano, que no son pocos. Yo sigo haciendo drama, doy las últimas "convulsiones" en el suelo y término mi actuación diciendo:
-Yo siempre te querré mi vida, me voy, recuérdame cada vez que estornudes.
Ella se rió y se lanzó encima mía, me dió un pico, para después ponerse sería y decirme:
-No bromes con esas cosas.
Y que razón tiene, con esas cosas no se bromea.
Narra Cristina*
-No quiero salir nunca de aquí-le digo a Liam mientras me hundo un poco más en el caliente agua.
-Pues como no salgamos nos vamos a poner como pasas-se ríe.
Yo también me rio y me acercó a el moviéndome lentamente por el agua caliente, de los baños termales del hotel.
Nuestro plan para hoy era ir al pueblo, comprar algo de comida típica e irnos dando un paseo al bosque donde haríamos un pequeño picnic. Pero el baño se estaba alargando.
-Yo ya me salgo porque si no tomo la iniciativa nos podemos quedar aquí todo el santo día-Liam se levanta y sale del baño individual en el que estamos ambos con un pequeño chapoteo-Vamos perezosa.
Me da un beso en el pelo y se va. Miro como se aleja y sonrio feliz.
¿Cómo he podido llegar a esto?¿Cómo he podido tener tanta suerte?
Aún recuerdo como si fuese ayer nuestro primer beso. Me llevo al ojo de Londres, la gran noria desde donde se ve todo Londres. Nevaba, un día nevado y frío en Londres, los dos en esa cabina espaciosa. Me miraba mientras yo observaba Londres a nuestros pies, me cogió la barbilla y me giro un poco la cabeza, no me dio tiempo si quiera a preguntarme que hacia, sentí sus labios sobre los míos y eso fue todo...todo desapareció a mi alrededor y me entregué a ese beso, a ese momento, a él. Me entregué a la magia.
Narra Marta*
Oigo el ruido de la ducha. Niall esta duchándose mientras yo sigo tumbada en la amplia cama. Me imagino las gotas de agua pegadas al cristal de la mampara...debían ser tan parecidas a las gotas que ahora poblaban mi cara. No soy mucho de llorar, me gusta ser optimista, feliz, no pensar en las cosas y no darle importancia a los problemas pero siempre llega un día que estallas y todo te da en la cara. Y ese día es hoy. Hoy me he puesto a pensar en el final del verano, que ya no esta tan lejano, y me he hundido y me ha dado miedo. Así que aquí estoy, tumbada, envuelta en las sábanas que ayer nos cubrieron poco a Niall y a mi, con un rayo de sol iluminando mi cara surcada por lágrimas, pensando en la despedida. Pensando en Niall, en los chicos, en Londres, en exámenes, mis compañeros retrasados de clase y mi pequeña ciudad; comparando y dándome cuenta de todo lo que iba a perder en un momento.
-¡Marta!-grita Niall.
Me incorporo rápido y me seco las lágrimas rápido.
-¡Dime!-chillo pero me ha salido un gallo.
-¿Te pasa algo?
-No...-mascullo.
-Oye, ¿te vienes a la ducha? Así ayudamos al medio ambiente ahorrando agua.
Suelto una risita y mientras voy caminando hacia el baño y abro la puerta, me voy despojando de mi ropa.
-Bésame-le digo antes de unir nuestros labios y nuestros cuerpos bajo el chorro de agua caliente que sale de la ducha y nos empapa a los dos.
Las gotas de agua surcan mi cara...las gotas de agua mezcladas con mis lágrimas. Angustia. Miedo.
Narra Eleanor*
-¿Me podrían traer algo para la tos, congestión, fiebre y dolor de cabeza? Gracias-Louis habla a través del teléfono con recepción.
Me he despertado ya mala pero cada vez me siento peor. Ahora mismo estoy cerca de la chimenea, debería estar calentita pero tirito.
-Ya te puedes quitar el termómetro-me dice Louis mientras lo coge de mi boca y lo mira-¡Tienes mucha fiebre! Voy a llamarles para decir que traigan a un médico...-dice volviéndose a dar la vuelta para ir de nuevo a llamar a recepción.
-No hace falta, Louis. Yo creo que es solo un trancazo y ya esta. No te preocupes.
Louis se da la vuelta y me mira con angustia. Se acerca a mi y me dice:
-Perdóname, perdona que te tirase al rio, nunca pensé que pudiese haber pasado esto. Si pudiera, me cambiaría por ti, porque ha sido mi culpa y...y me siento fatal... Claro, me comporto como un crío y son estas cosas las que consigo, poner mala a mi novia, si es que...
Este chico no tiene remedio.
-Louis, Louis no te emboles-le digo deteniendo su historia-No ha sido tu culpa. Me encanta que seas como eres y me encanto que me tirases al rio y me encanta que me cuides... ¿No te das cuenta? Me gustas tal y como eres, así eres perfecto.
Narra Clara*
¡Ya me han fastidiado el día!¿Por que mis padres no pueden entender que es esta mi decisión?¿Por que no entienden que mi elección es Zayn? Se equivocan al pensar lo que piensan de el. Que si al ser artista vive en una vida de en sueño en la que no existen los problemas, que nunca estará conmigo porque viajara mucho, que cada día podría elegir a una tía... Pero ellos no lo conocen, no saben como es realmente.
Alguien me agarra desde detrás y juntando sus manos sobre mi barriga me acerca más a el y me besa con dulzura el cuello.
-Zayn...-susurro-Quizás mis padres no quieran que este contigo y que...
-Ssshhh-me manda a callar-¿Has visto el día que hace hoy? Estamos en Cancún, de vacaciones y no nos vamos a amargar por nada ni por nadie. No vamos a darle vueltas a problemas que se van a solucionar, ¿vale?
Me da la vuelta, lo veo con una sonrisa de oreja a oreja, de esas con las que sale en las revistas y tu en tu casa te repites una y otra vez que es imposible que sea real porque es demasiado perfecta; y emocionada le contesto un flojo:
-Vale.
-Bien-me dice agarrándome del cuello-Sonríe, venga sonríe.
Y yo sonrió y el me acerca y me besa y los dos sonreímos mientras nos besamos.
Narra Ana María*
Harry tarareaba una canción, una canción de la que no conocía la letra pero de una melodía dulce y algo triste. La tarareaba mientras masajeaba mi espalda desnuda con una mano y con la otra entrelazaba sus dedos con los míos. Tenia la cabeza sobre su pecho y podía oír su corazón retumbando con fuerza en mi oído.
Cuando de repente, apareció una mariposa blanca y con ella una sonrisa a mis labios, sin embargo Harry dio un pequeño brinco, se puso rígido y soltando mi mano se dispuso a golpear a la pequeña y frágil mariposa.
-¡Quita bicho!-dijo.
Pero le agarré la mano antes de que pudiese golpearla.
-¡No!
Harry volteo la cabeza confuso mientras yo abría la mano y la mariposa se posaba en la palma.
-Ana, mátala que me da miedo-me roga Harry, logrando que soltase una fuerte carcajada.
-No...¿Sabes lo que decía mi abuela de estas mariposas?
-Cuéntame.
-Mi abuela siempre decía que las mariposas blancas eran portadoras de buena suerte y que por eso, cada vez que vieses una, tenías que pedir un deseo, porque con su magia, se harían realidad.
Sonreí recordando. Era una cría, una calurosa mañana de verano dando un paseo con mi abuela agarrada del brazo, vimos una mariposa y yo la solté del brazo y salí corriendo despavorida, ella se rió de mi y después me contó esta fantástica y esperanzadora historia, de sueños que se hacen realidad...como el mío.
-Y desde entonces odio a todos los insectos, excepto a las mariposas blancas-rio-Mi abuela se fue unos años después y yo se que cada vez que una mariposa viene a mi encuentro y se posa en mi mano, es ella, que viene a saludarme y a decirme que esta conmigo.
Harry me aprieta más fuerte y besa mi cabeza. Yo levanto la cabeza y le sonrió.
-¿Y a que esperamos? Pidamos un deseo.
Amplio mi sonrisa y el ensancha la suya, cerramos los ojos al mismo tiempo y deseamos.
<<Que este sueño no acabe nunca, abuela>>
Narra Liam*
-Pues se esta bien. Hace un día precioso, ¿verdad?-silencio-¿Cristina?
Miro a mi alrededor ya que no me contesta y veo que se ha quedado parada en un puesto de dulces, intentando entenderse con la repostera que la mira confusa, y ambas ríen ante la imposibilidad de entenderse. Yo sonrió y me acerco lentamente a ellas.
-¿Te entiendes?-me rio de Cristina mientras le doy un golpecito en la espalda.
-Ja, ja, ja, que gracia, ¿verdad?-me dice molesta-Intentaló tu, listo.
Cojo dos de los bollos que quería comprar Cristina y le extiendo a la mujer la mano llena de monedas. Ella suelta una carcajada y remueve las monedas en mi mano hasta que coge dos de color cobre. Después riendo se aleja un poco de nosotros y trae consigo una bolsa de galletas que nos extiende con una sonrisa.
Yo asiento a modo de agradecimiento y los dos nos vamos del puesto despidiéndonos de la mujer con la mano, que nos agita la suya hasta que la perdemos de vista.
-Que simpática-dice Cristina a la vez que le da un mordisco al dulce y tierno bollo-Pero, ¿cómo sabes que no te ha engañado?
-¿Le has visto pinta de engañarnos a la dulce mujer esa?
Cristina ríe, no no tenía pinta.
No tuvimos que caminar mucho tiempo más para llegar al final del pueblo y el principio del bosque. Según nos habíamos informado en el hotel, había un sendero que nos llevaría directos a un lindero, rodeado de preciosos árboles. Tenía una sorpresa de esas que a Cristina no le gustan al principio pero después si. Reí en mi interior, me encanta hacerla de rabiar.
Narra Niall*
-He leído en un folleto que a unos kilómetro fuera de la ciudad se pueden practicar deportes extremos como caída libre, ¿qué te parece?-me pregunta Marta.
-¿Y por que no comemos tranquilamente y dejamos eso para otro viaje?-le digo asustado.
No quiero hacer caída libre y menos con Marta al lado, que con lo gafe que es, me tira antes de tiempo y me mata.
-Hay que vivir aventuras, Niall.
-Ya, ya, pero bueno...no quiero morir en el intento de una, ¿sabes?
-Venga anda, no seas cobarde...¡Quiero hacer caída libre!¡Quiero hacer caída libre!-se puso a gritar en medio del restaurante del hotel en el cual estábamos desayunando.
Todo el mundo nos empezó a mirar con caras raras pero Marta siguió gritando y riendo al mismo tiempo que yo ponía cara de excusa y disculpa a la gente de nuestro alrededor y le intentaba tapar la boca. Pero no había manera...niña malcriada...
-Vale, vale, esta bien...iremos...
-¡YUPI!
Narra Ana María*
Tras costarnos la vida apartar las sábanas y levantarnos de esa cama en la que nos unimos la primera vez y en la que nos uniríamos muchas, muchas más veces a lo largo de la semana; nos duchamos, desayunamos entre risas y carantoñas, más incluso de las que ya nos solemos hacer y nos encontramos, listos para otra aventura de día, con Ranjit, que hoy nos quería llevar a otra parte turística de la ciudad. El iba conduciendo, mientras Harry y yo estábamos abrazados en la parte trasera, cuando me pico el gusanillo.
-Ranjit, ¿tu dónde vives?-le pregunté con curiosidad. El hombre no vestía con ropas muy caras y siendo guía turístico no tenía que tener un sueldo muy elevado por lo que no creo que viva en las majestuosas zonas residenciales por las que hemos pasado nosotros.
-Lejos de aquí señorita Ana, a las afueras de la ciudad.
-Las afueras de la ciudad están lejísimos del hotel, Ranjit. ¿Viajas durante muchas horas antes de llegar a recogernos?-le pregunta ahora Harry.
-No, señor. Unas dos cortas horas-abro mucho los ojos y miró con expresión asombrada a Harry que esta igual-Pero ya estoy acostumbrado.
Me moriría por ver su casa. Cuando llegue aquí me propuse algo, que entre tantos monumentos y lugares emblemáticos no estaba consiguiendo; y era descubrir la verdadera ciudad que se escondía detrás del lujo turístico. Le di un golpe en el brazo para que siguiese indagando pero como si hubiese leído mi cabeza le pregunto:
-¿Le importaría llevarnos a su casa? Nos corroe la curiosidad...
-No creo que les vaya a gustar a los señores, es mejor que sigamos con el plan. Mi casa no es digna.
-Ranjit, todas las casas son dignas si en ellas se convive con respeto y amor; y estoy segura que con alguien como tu en una casa, eso será lo primordial-le dije segura-Llevenos, queremos conocer a su familia.
Narra Louis*
-Es tan solo un constipado, no se preocupe-me dijo el doctor-Que descanse y se tome la aspirina para el dolor de cabeza y la congestión nasal.
Yo asentí y acompañé al amable señor hasta la puerta de la habitación.
-¿Ves como no era para alarmase? Sólo un poco de fiebre...-me dijo Eleanor desde el sillón.
Yo me acerqué a ella y me senté a su lado, pasándole el brazo por sus hombros.
-Me había asustado...
-¿Sabes lo que más rabia me da de todo esto?
-¿El que?
Eleanor carraspea y me mira con cara de pillina.
-Que según tenía entendido hoy tenía una sorpresa...
Yo comencé a reír y recordé lo que le tenía preparado. Podía arreglarlo todo.
-¡Y la sigues teniendo!¿Quien te ha dicho que no?
Eleanor comenzó a reír.
Narra Niall*
No se como me dejo convencer para hacer estas cosas.
-¿Estas bien?-el señor que me esta poniendo los cacharros para hacer la caída libre, que es el mismo que me llevara a mi de paquete, me ha tenido que notar el nerviosismo.
-Mi novia me da miedo.
El hombre se echa a reír.
-Todos tenemos novias que nos dan miedo. Pero la tuya no tiene pinta de ser muy mala, ¿o si?-me pregunta mirando a Marta, que ríe mientras el hombre que la llevaría a ella de paquete le coloca el casco.
-Yo no estaría aquí haciendo esto, la verdad...no es por ofender pero es una locura.
-Pero estas aquí, a punto de tirarte de un avión, de hacer una locura por tu chica. Si no te gustan estas cosas y tienes las pelotas para hacerlo quiere decir que la quieres los suficiente como para hacer cualquier cosa por ella, incluso una tontería de este tipo.
Yo sonrió y asiento.
-Supongo que si.
En ese momento Marta sale a correr en mi dirección, vestida de la misma forma estúpida que yo y salta sobre mi y me da un apasionado beso.
-Por si acaso morimos, precioso.
Yo que la agarro por la cintura la suelto de golpe asustado para decirle.
-¡No digas eso!-Marta hace caso omiso a lo que le digo y comienza a reír histéricamente mientras hace aspavientos amplios con los brazos y empieza a gritar:
-¡Vamos a volar!
Al rato ya estamos ambos montado en un avión a kilómetros de altura de tierra firme y con un ruido ensordecedor de motores que hace que me agobie aún más. Marta esta agarrada a mi mano y mira al exterior con curiosidad. No entiendo como puede estar tan tranquila...
-Voy a revisar los agarres-me dice el señor mientras comienza a comprobar todos los instrumentos que unen mi cuerpo al suyo.
-Asegurese bien-le suplico.
Marta que me esta mirando se ríe de mi y me guiña una ojo.
-Listo.
-Listo.
Se comunican los expertos.
-Vamos a saltar, chicos.
-¡Vamos allá!-dice Marta entusiasmada. Esta como una cabra...
-¡Jesucrito!-dijo yo.
El hombre que esta situado a mi espalda, casi se podría decir que me lleva a la fuerza a la puerta del avión, que abierta deja pasar un vendaval de aire fuerte que azota mis oídos.
-Tranquilo amigo, esto pasa rápido.
Marta ya esta a punto de tirarse, en el último momento gira la cabeza con una sonrisa y me grita:
-Te quie....
El <<ro>> lo escucho amortiguado pues es justo en ese momento cuando se tira.
Y ahora, es mi turno.
-No se sí quiero hacerlo-le digo al hombre cuando ya estamos en la puerta del avión, con todo el viento en la cara y la vista de todas las nubes y el suelo allí abajo.
-Venga tío. ¿Sabes? Después de esto podrás pedirle cualquier cosa a tu novia, que lo tendrá que hacer.
Cuando el hombre se impulsa y comenzamos a caer a la velocidad de la luz, a traspasar nubes y a ser embestidos por las fuertes ráfagas de viento se me ocurre lo que puedo pedirle a Marta:
No volver a hacer esto, nunca más.
Narra Cristina*
Liam y yo estuvimos un ratito caminando por el pequeño sendero con la cesta llena de comida y bebida y los bollitos recién comprados, hasta que llegamos a un prado enorme, lleno de flores y hierba verde esmeralda. El día había amanecido soleado y podría decirse que incluso algo caluroso para la zona de Alemania en la que estábamos, se estaba genial.
-Es precioso-le dije entusiasmada.
-¡Esta lleno de amapolas!
-Si, ya me he dado cuenta...¿sabes? Soy alérgica al polen-le dije empezando a sentir picor nariz. Esto es congestión psicológica porque hace un rato no me picaba, como lo de cuando oyes que alguien ha visto un bicho o tiene urticaria y comienzas a rascarte todo el cuerpo como un poseso.
-Pues menos mal que eres alérgica al polen, porque si lo llegas a ser a las amapolas estarías en problemas...
Volteo la cabeza para mirarle con cara de incredulidad cuando el fija su vista en mi, sin entender nada y me dije:
-¿Qué?
Comienzo a reír y me subo de un vote a su espalda, el deja la cestita en el suelo y después empieza dar bandadas de un lado a otro bruscamente intentando acerceme caer. Al final se deja caer él, al suelo y yo me muevo lo suficiente para que se de la vuelta, tumbándose boca arriba en el césped. Después paso mis piernas sobre su cuerpo y me coloco sobre el. Le beso con pasión y el con una mano, puesta en mi cuello me acerca aun más a el y con la otra recorre mi espalda con cariño.
-Estas tonto, ¿lo sabias?-le digo cuando separo nuestro labios.
Narra Zayn*
El día paso rápido. Logré quitarle de la cabeza a Clara todos los problemas y las preocupaciones que tenía desde que había hablado con sus padres. Nuestro día se basó en un mañana y tarde de playa.
-Corre Clara, ¡corre!-le gritaba yendo detrás de ella corriendo por la arena intentando atraparla, mientras ella reía.
No me preguntéis como paso, pero acabe tirado boca abajo cuán largo era en la arena. Oía como Clara gritaba y después empezaba reír de nuevo mientras se acercaba a mi de prisa.
-¿Estas bien, precioso?
Yo me quejé y levanté la cabeza lentamente. Cuando Clara me vio, se tapó la boca para no soltar una carcajada en mi cara pero no aguanto mucho tiempo.
-Pobrecito, espera, que te quite la arena...-me decía mientras me sentaba y ella con una mano me quitaba lentamente la arena de la cara.
Esa cara de concentración y con una media sonrisa, me impulso a acercarme a ella y a darle un corto beso. Cuando nos apartamos ella se limpió los labios diciendo:
-¡Un beso arenoso!
-¿Un beso arenoso?¿Un beso arenoso?¡Te vas a enterar de lo que es un beso arenoso!-le dije amenazadoramente.
Clara grito, se levantó rápida y comenzó a correr de nuevo en dirección al mar.
-¡Ven aquí, cariño, que te voy dar un beso largo y pasional lleno de arena!
Los dos entramos en el mar corriendo y ya allí, si que la alcancé. La agarré de los muslos e hice que pasase sus piernas alrededor de mi cadera. Los dos reíamos mientras las olas chocaban en nuestros cuerpos unidos. Después la besé apasionadamente mientras ella recorría mi espalda con sus manos. Nos separamos y comencé a besarle el cuello fuertemente haciendo que ella me apretase más contra su cuerpo y buscase de nuevo mis labios para besarlos. Entre tanto jaleo no nos percatamos de que una gran ola venía hacia nosotros, así que fuimos bruscamente separados y arroyados por ella. Cuando conseguí sacar la cabeza y levantarme vi a Clara a unos metros de distancia mía con los pelos en la cara, mirada desorientada y recolocándose la parte superior del bikini. Cuando me vió, comenzó a reírse:
-Tu tupe se ha caído.
Narra Harry*
-¿Esta es tu casa Ranjit?-le pregunto algo impresionado.
Ana esta más o menos igual que yo, con los ojos como platos va recorriendo la única habitación que compone esta minúscula y más que simple "casa".
-Si, ya les dije que era muy corriente pero tenemos más de lo que muchos de por aquí poseen. Me siento afortunado.
-Ranjit, ¿no crees que deberías pedir más por tu trabajo? Viajas todos los días para recoger a turistas como Harry yo al hotel, te pasas el día entero fuera de casa recorriendo siempre las mismas rutas, andando bajo el sol abrasador y después otro viaje hasta aquí. ¡Acabarás agotado! Y por lo que veo aquí, tu sueldo no debe ser muy grande...-le dice Ana algo preocupada.
-Si les exijo más, me dirán que me vaya que no les costará encontrar a alguien que trabaje por menos incluso de lo que cobro yo. Y es cierto señorita, la gente esta desesperada por trabajar y aceptan miserias...como yo, la acepté en su día...
Bajó la cabeza avergonzado ante esta confesión. Ana y yo nos miramos con cara de circunstancias y justo cuando iba a ofrecerle algo de dinero entraron por la puerta una mujer mayor, una más joven, de la edad de Ranjit, quizás su mujer y dos niños, una niña de unos dos años y un chico de unos 10.
-Meena, Kavita, estos son los señores a los que estoy atendiendo durante esta semana-nos presento a las mujeres.
-¿Ellas también hablan inglés, Ranjit?-le pregunto Ana.
-Mi madre, Menna-le paso el brazo por los hombros a la mujer mayor-no sabe, pero mi mujer Kavita si. Por cierto, ellos son Harry y Ana.
-Encantada-se nos acercó Kavita tendiendonos la mano. Nosotros se la estrechamos con una sonrisa en la cara-Siento no tener la casa lo suficiente preparada para ustedes.
-No se preocupe, hemos venido sin avisar, ha sido nuestra culpa, pero teníamos curiosidad por conocer a la familia de nuestro encantador guía-le dije riendo.
-Nadie había venido antes, a los turistas no les suele interesar esta parte de la ciudad o ni siquiera la verdadera vida que se lleva en este país...-dijo con algo de rencor-Bueno, Surinder, Pooja, saludad a los señores-le dijo a los niños.
Ana se apresuró a agachare para ponerse a la altura de los niños y mientras yo le daba la mano al simpático chico, ella le ponía caras a la pequeñina Pooja para que saliese de detrás de su madre, donde se escondía avergonzada.
-Mi madre dice que si quieren quedarse a comer. Sin compromiso señores, entenderemos que prefieran comer en un sitio más adecuado.
Ana estaba ahora demasiado entretenida hablando con Kavita y los niños como para prestarle atención a lo que decía Ranjit pero yo sabía que estaría de acuerdo conmigo.
-Encantados de quedarnos Ranjit, ¿ayudamos en algo?
Narra Eleanor*
-Señorita, el señor Louis la espera-me dice el botones que ha venido a buscarme.
-¿Esta abajo?-le pregunto sonandome los mocos por enésima vez...me he tenido que echar un kilo de maquillaje en la nariz para tapar el rojo fosforescente.
-No, señorita, en la azotea, yo la acompaño.
¿En la azotea? A media tarde me ha dejado en la cama, diciéndome que descansase que mientras, el iba a hacer una cosa. No me ha querido decir que era así que supuse que era algo relacionado con mi sorpresa y creo que no me he equivocado.
Mientras el botones y yo íbamos en el ascensor me empezó a decir:
-El señor se ha esforzado mucho en organizarlo todo y ha quedado precioso.
Cada vez tenía más ganas de ver que era eso que había preparado con tanto empeño, aunque de lo que realmente tenía ganas era de verlo a él, que me había dejado toda la tarde sola y lo había echado mucho de menos.
Por fin llegamos a la planta, el hombre se paró en una puerta de metal, supongo que sería esa la que llevaría a la azotea. Ántes de abrirla dijo:
-Esta muy guapa, que disfruten.
-Gracias, lo haremos.
Cuando salí a la azotea, el vestido ondeo con el suave y cálido viento que corría. Apoyado en la piedra que servía de barandilla estaba mi mitad, vestido de traje de chaqueta y de espaldas a mi.
-Eh, tu, guapo, ¿qué haces por aquí?-le dije pícaramente.
El se dio la vuelta con una sonrisa que se congeló en sus labios al verme.
-Estas...estas...
-¿Decente?
-Decente dice...ven aquí-me acerco a el y nos abrazamos fuertemente-¿Estas mejor?
-Mucho mejor ahora que estoy contigo.
Me da un beso y agarrándome de la mano me dirige hacia una mesa que esta al lado de la barandilla en la que hace un momento estaba el apoyado.
-Ooohhh, ¡no me había dado cuenta de la torre Eiffel! Y la mesa esta tan bien decorada...¿lo has echo tu?-le pregunto mientras me siento en la silla que el me aparta.
-¡Todo! La comida también así que no exijas mucho...ya sabes que lo intento-me dice haciéndome reír.
-Todo para mi-susurro mirándolo a los ojos.
-Todo para ti. Para ti la comida, las vistas, la decoración, mi corazón y yo entero. Todo para ti.
Narra Marta*
-¡Fue increíble cuando me tire! Esa fue la mejor parte, bueno, esa y cuando te vi en frente mía con los ojos cerrados, la boca abierta y todos los carrillos llenos de aire-comencé a reír al recordarlo-Cuando te vi, me entró la risa y al reírme y abrir la boca, me paso lo mismo que a ti y ya no la podía cerrar.
Niall y yo ya estábamos en el hotel. Yo me estaba poniendo el pijama y el estaba tirado boca abajo en uno de los sofás del salón de la habitación. Demasiadas emociones en un día para él.
-Niall, ¿estas bien?-le pregunto.
El gruñe contra el cojín en el que esta tirado. Yo me siento a su lado y le digo:
-Venga, anda, que se que tu también lo has disfrutado.
Levanta la cabeza y se da la vuelta en el sofá poniéndose boca arriba y sacando dedos comienza a enumerar:
-He andado mal con tanto tembleque de piernas durante una hora, he estado mareado dos horas y he vomitado tres veces. No, no Marta, no lo he disfrutado.
Yo me empiezo a reír porque es verdad.
-Encima te ríes, ¿no?
-No seas tonto anda-le digo empezándole a dar besos por el cuello y a desabrocharle la camisa-Te voy a recompensar el esfuerzo.
Sonríe un poco.
-Vale, pero prométeme algo-me dice alejándome de él por los hombros.
-Lo que quieras.
-No lo volveremos a hacer.
-Prometido-le digo levantándolo del sofá y dirigiéndolo hacia la cama, donde lo empujo con fuerza y me echo encima de él.
-No más deportes extremos-susurra sonriendo mientras me da la vuelta poniéndose encima mía.
-Yo no he prometido eso, he dicho que no volveremos a hacer caída libre.
Niall para de besarme y se deja caer sin fuerza sobre mi cuerpo, dejándome sin aire, aplastada contra su cuerpo.
-Me rindo contigo.
Yo suelto una risa cantarina y vuelvo a besarle con amor.
Narra Ana*
Nos tiramos toda la tarde en casa de Ranjit y su familia. Descubrimos muchas cosas, entre otras como era vivir en una ciudad atestada de pobres que viven bajo el peso de los ricos que les hacen trabajar por un mísero cheque que no les vale para nada más que comida y algo de ropa, sin posibilidades de ahorrar para poder llevar una vida mejor. Pero también disfrutamos haciendo hablar en inglés a Menna y con los preciosos críos de Ranjit y Kavita. La niña al principio algo recelosa al final no se quería despegar de mi, jugamos a las muñecas y le peiné el pelo en una larga trenza poniéndole unas flores que había en la casa a modo de tocado, mientras Harry jugaba con el pequeño Surinder y con su padre, fuera de la casa con una pelota de aluminio, al fútbol.
-Mi suegra Menna dice que serán grandes padres-me dice Kavita con una sonrisa burlona, yo abro los ojos como platos y rio algo nerviosa.
-No tan pronto.
Cuando ya fue de noche, nos despedimos de toda la familia y lamentablemente hicimos que Ranjit tuviese que dar otro paseo en coche para llevarnos de vuelta al hotel.
-Ranjit, no venga mañana a trabajar. Hoy se va tarde y mañana le prometemos que nos quedaremos por aquí cerca y no iremos a sitios peligrosos-le dijo Harry.
-¿Están seguros?-nos preguntó.
-Segurísimos-le respondimos contentos.
Cuando llegamos a la habitación, a Harry y a mi se nos ocurrió una idea, aprovechando que mañana no vendría Ranjit, saldríamos a comprar regalos para él y su familia. Eran encantadores.
Narra Liam*
Cristina y yo nos pasamos todo el día en el prado, haciéndonos fotos, comiendo, jugando... Con ella no te podías aburrir, siempre sabía como hacerte reír o que tema de conversación sacar para que el día, el momento, el segundo fuese perfecto.
-Oye, Cristina, mira lo que he traído-le dije sacando una cosa, de la mochila grande que me había traído.
-¿Eso es una tienda de campaña?¿No estarás pensando hacer lo mismo que yo creo que quieres hacer, no?
Yo comienzo a reír y subo inocentemente los hombros.
Ella deja caer la cabeza pesadamente sobre el suelo y grita:
-Y encima tendré que ayudarte a montarla, ¿verdad?
-Venga perrona, en pie a montarla.
Entre los dos, la montamos y cuando ya estuvo echa, estaba atardeciendo. Vimos como las estrellas salían, como la luna se ponía y con esa tranquilidad, belleza y silencio reinante, pude sentir como nuestro amor crecía lentamente en nuestros corazones cuando la abrace fuertemente en un prado en medio de Alemania.
Narra Zayn*
Tras el baño y los besos arenosos ese día en la playa, fuimos a la habitación, nos duchamos y disfrutamos de un espectáculo nocturno en el hotel. Un espectáculo al que no préstamos mucha atención.
Estábamos demasiados absortos mirándonos a los ojos y dibujando sonrisas en la cara del otro. Parecía que nos olíamos lo que pasaría esa noche pues nada más entrar en la habitación algo recorrió nuestros cuerpos que hizo que Clara cerrase con fuerza la puerta y saltase sobre mis brazos, que hizo la despojase rápidamente de su corto y floreado vestido y que ella me quitase con ansia mi camiseta. Algo recorrió nuestro cuerpo que hizo que los dos cayésemos pesadamente sobre la cama, que nos hizo despojarnos de nuestra ropa. Un impulso, que hizo que esa noche, sin aviso, sin previsión, sin miedo, sin cautela, nos uniésemos en todos los sentido bajo un sentimiento llamado amor.
El último día de vacaciones...
Narra Marta*
Los días fueron pasando, y con ellos momentos mágicos e irrepetibles.
Niall y yo nos recorrimos San Petersburgo entera, comimos todo lo que nos pusieron, así que llevamos unos kilitos de más cada uno. Disfrutamos de los días con una tranquilidad que nada tenía que ver con nuestra gran aventura de caída libre, aunque creo que me lo va a estar recordando toda la vida. Además de con kilitos también volvemos a Londres con muchos moretones verdes de las caídas en la pista de hielo, sin embargo, se podría decir que somos casi profesionales del patinaje.
Por lo que hemos hablado con el resto, todos están bien, se lo han pasado genial y aunque tienen ganas de vernos, no quieren dejar su lugar de destino del que todos se han encariñado, incluso Cristina, a la que se la veía un poco a disgusto en Heidelberg, se ha enamorado de esa hermosa tierra. Supongo que volverá relajada y más feliz que nunca con Liam.
A Clara y Zayn los he visto más compenetrados y tontorrones que de costumbre, aunque siguen con sus típicas y estúpidas peleas. Se ve que el viaje y la convivencia los han unido aún más de lo que estaban...ya sabéis a que me refiero.
Louis y Els han disfrutado de unas románticas y pasadas por agua vacaciones. Al parecer le han dejado más dinero del debido a los gabachos...espero que me traigan un detalle y que no se lo hayan comprado todo para ellos.
En cuanto a mi hermana y Harry...bueno ha sido un poco extraño. Hasta ayer, parecía que estaban genial, más empalagosos que normalmente incluso; pero ayer parecían enfadados por la video llamada. Mi hermana no hablo mucho, algo raro en ella, y Harry aún menos. ¿Les habría pasado algo? Pues no lo se...pero espero que no.
Bueno, en el caso de que hubiese pasado algo, no tendré que esperar mucho para enterarme de que es...hoy viajaríamos y nos encontraríamos todos en Londres...o quizás no...
Penúltimo día de vacaciones...
-Ana, ¿puedes venir un momento?-le grita Harry a Ana desde la terraza. Ella esta recogiendo sus cosas, mañanas vuelven a salir de viaje; el esta como meditando, con las piernas cruzadas sobre la cama. Ya que esta es su última noche aquí en la India, Harry quiere aprovechar para darle esa sorpresa a Ana que tantas ganas tienes de decirle para poder compartir con ella su alegría.
Cuando Ana sale y lo ve de esas guisas comienza a reírse mientras se acerca a él. Cuando llega a la cama en la que se unieron por primera vez, se sentó en ella de un salto.
-Tengo algo que decirte...-le dice Harry con una sonrisa.
-¿Si? Cuenta, cuenta...-le contesta emocionada.
-¡No nos vamos a tener que separar! ¡Te he conseguido plaza en Oxford! Te puedes quedar en Londres, conmigo.
Ana se desinfla y la sonrisa que hasta hace un momento sostenía, se le cae.
-Harry...-le dice con pesadumbre y bajando la vista, apartando sus ojos de los de el-No puedo quedarme en Londres-suelta.
La sonrisa de Harry también se cae, se desvanece como si nunca hubiese existido, sus ojos pierden la luz de alegría que hace unos momentos los iluminaba, llenos de esperanza y amor.
-Estas de broma.
-No, Harry, no estoy de broma...Esto es algo que deberías haber consultado conmigo, no puedes decidir estas cosas sin mi-le dice acusadoramente, aunque en el fondo de su alma le duela tener que decirlo, es lo que debe hacer, lo que su cabeza le dice.
-Creí que esto era lo que deseábamos los dos, además es una sorpresa, no podía consultarte nada. Zayn, hizo lo mismo con Clara.
Harry se estaba empezando a enfadar y a levantar la voz.
-Ya bueno, pues yo no soy Clara.
-No, ya veo...¿Se puede saber por que no quieres quedarte conmigo?-pregunta dolido, mientras se levanta de la cama.
-Claro que me quiero quedar contigo, pero yo, en Londres, contigo, con el resto de chicos y con mis amigas, no podría estudiar, no me centraría.
Intenta razonar Ana, levantándose ella también y yendo a su encuentro.
-No puedo entenderte-Harry esta perdiendo los nervios-¿Tu sabes lo que he tenido que desembolsar, tan solo, para que se replanteasen tu matrícula a deshora? Y ahora, me vienes con que no podrías centrate, ¿que eres, una cría?
-Tengo que acabar mi carrera.
Harry grita estupefacto:
-¿Pones tu carrera por encima de nosotros?
Ana se mantiene tranquila:
-¿Prefieres seis años en los que sin poder centrarme en los estudios, repitiese una y otra vez, sin poder dedicarme por entero a ti, o tres años separados y el resto de la vida juntos?
-Yo quiero que no tengamos que separarnos y que acabes la carrera en tres años.
-Ya bueno, pues lo siento, pero no te has echado una novia lo suficientemente inteligente.
Ya ambos gritan.
-A ti lo que te pasa es que eres una cagada.
-¿Una cagada? No me hables así Harry.
-Si, una cagada, todo te da miedo, no puedes hacer nada por ti sola, necesitas la aprobación y el ánimo de todo el mundo porque no tienes la suficiente jodida fuerza para cumplir tus sueños, nuestros sueños. Estas tan malditamente asustada que ni si quiera lo intentas-golpe bajo-Y, ¿sabes? Empiezo a pensar que simplemente has estado conmigo este verano para tontear, para darte a conocer, para sacarme todo lo que pudieses; porque si de verdad te importase harías todo por mi, no desaprovecharías la oportunidad que te doy y no me dejarías-para, Harry, para antes de que las cosas se estropeen demasiado-Tu a mi no me quieres.
A Ana se le escapan unas lágrimas:
-¿Cómo puedes decirme eso?¿Cómo puedes?
Lágrimas. Lágrimas y silencio. Ana se recoge las lágrimas con las manos y se sorbe la nariz ante la mirada de Harry, que sabe que Ana tiene razón, que para poder empezar una vida con el, en Londres, tiene que terminar con la suya en España si no puede terminarla a su lado. Pero le duele y le da rabia tener que perderla y separarse de ella; y por eso no ha podido callar palabras que no siente y por eso su corazón se ha roto en mil pedazos y por eso sale por la puerta dando un portazo y la deja. Deja a Ana llorando desconsoladamente tirada en el suelo de la terraza.
Ana se empieza mover y a restregarse un poco los ojos. Esta tan guapa...con su pelo revuelto y su delgada mano sobre mi pecho, me siento el hombre más afortunado del mundo. Le aparto un mechón que esta sobre sus ojos, porque quiero verlos, quiero ver sus ojos aunque estén cerrados.
Me pica un poco la espalda, así que me revuelvo un poco y sin querer muevo más de la cuenta a Ana, que abre los ojos y al instante los entrecierra debido a la claridad que hay.
-Apaga la luz.
Me dice mientras hunde la cara en mi pecho. Yo me comienzo a reír.
-Ana, estamos fuera...
Se pone un poco tensa entre mis brazos y me dice simplemente:
-Ui, es verdad.
La miro con una sonrisa pícara y espero hasta que sube lentamente la cabeza con una sonrisa también, pero la suya es, más bien tímida. De repente, coge impulso y me da un corto beso en los labios, se separa con una sonrisa radiante y los ojos brillantes y se abraza con fuerza a mi barriga. Yo la aprieto fuerte contra mi.
-Mi gordita...
Narra Zayn*
-Suena tu móvil-le digo a Clara haciéndola reír porque tengo la boca llena.
Estamos desayunando en el bufé del hotel, al lado del mar. Es una preciosa mañana, el viento sopla suave trayéndonos el salado olor a mar, el sol radiante en el cielo azul nos da un calor que aunque intenso, no es muy sofocante.
-¿Si?-dice ella con una sonrisa aún en la cara.
Esta durante un rato hablando, habla en español así que no entiendo nada de lo que dice. Yo sigo comiendo y cuando por fin, acaba de hablar la noto bastante enfadada.
-¿Qué pasa?¿Quien era?-le pregunto.
-Era mi madre, que llamaba para preguntarme donde estaba, que estaba haciendo, con quien... No hace más que decirme que en menudo berenjenal me estoy metiendo por salir con alguien como tu...no lo entiende...-dice moviendo la cabeza, algo afectada.
-¿Le has dicho lo de Oxford? Quizás con eso me vea como una mejor influencia...-le digo algo preocupado.
Para mi es muy importante la familia y me gustaría caerle bien a la de Clara, para poder formar parte de ella, pero no se sí es por mi profesión, o por lo que más miedo me da, por mi religión, por lo que parece ser que ellos no están muy contentos conmigo.
-No, quiero decírselo en persona. Es algo muy importante-me dice.
-Importante y una gran oportunidad, se van a poner muy contentos, tranquila.
-¿Contentos? Se tranquilizarán por saber donde voy pero no les va a hacer ni pizca de gracia que vaya a estudiar tan lejos de casa, estoy segura de que al menos se enfadarán, no montarán en cólera, pero se van a enfadar-todo esto lo dice mientras unta con fuerza el pan en mantequilla. De repente lo suelta todo:
-Se me ha quitado el hambre-se levanta y se va hacia la barandilla que da a la playa.
Yo también suelto mis cubiertos, disgustado. Me levanto y voy a por ella. Un día perfecto, con un principio feo, muy feo.
Narra Louis*
Siento la claridad que da en mis ojos cerrados, pero no quiero abrirlos, estoy cansado. Me acurruco más a Els, apretándola más contra mi. Oigo que da un pequeño estornudo y sonrió porque me viene a la cabeza lo que paso ayer; y después rio porque a mi cabeza viene la imagen de la cara estupefacta de Eleanor con mechones mojados en la cara tras caer de la barca al río.
Me voy a dar la vuelta...que incómoda es esta cama...
-¡Aaahhhh!-al suelo.
No estaba en la cama, estaba en el sofá. No me había acordado de que ayer nos dormimos los dos apretujados en el sofá con la chimenea a los pies.
Eleanor se incorpora con los ojos hinchados y la nariz roja.
-¿Que haces ahí?-me pregunta ronca y apenas sin respirar. La pobre tiene la nariz congestionada.
-Estoy merendando, ¿quieres un poco de alfombra?-le digo con una sonrisa.
Ella suspira y se deja caer de nuevo en el respaldo del sofá, esta vez mirando hacia mi y no hacia la parte interna del sofá, como estaba antes.
Me acercó, votando con el culo, hasta que situo mi cara enfrente de la suya, nuestras narices se rozan. Ella se aleja mientras dice:
-¡Quita! Que te voy a contagiar...
Antes de que gire la cabeza, se la agarró.
-Hazlo.
Me acercó a sus labios y la beso con pasión. Cuando me alejo la miro con cariño y ella me sonríe mientras levanta una mano y me acaricia el pelo.
Comienzo a toser de mentira y me tiro al suelo gritando:
-Oohh ya siento los virus invadiendome, mátame Eleanor, mátame antes de que coja un resfriado que acabe con mi vida.
Ella riendo se incorpora en el sofá y comienza a tirarme los cojines que tiene a mano, que no son pocos. Yo sigo haciendo drama, doy las últimas "convulsiones" en el suelo y término mi actuación diciendo:
-Yo siempre te querré mi vida, me voy, recuérdame cada vez que estornudes.
Ella se rió y se lanzó encima mía, me dió un pico, para después ponerse sería y decirme:
-No bromes con esas cosas.
Y que razón tiene, con esas cosas no se bromea.
Narra Cristina*
-No quiero salir nunca de aquí-le digo a Liam mientras me hundo un poco más en el caliente agua.
-Pues como no salgamos nos vamos a poner como pasas-se ríe.
Yo también me rio y me acercó a el moviéndome lentamente por el agua caliente, de los baños termales del hotel.
Nuestro plan para hoy era ir al pueblo, comprar algo de comida típica e irnos dando un paseo al bosque donde haríamos un pequeño picnic. Pero el baño se estaba alargando.
-Yo ya me salgo porque si no tomo la iniciativa nos podemos quedar aquí todo el santo día-Liam se levanta y sale del baño individual en el que estamos ambos con un pequeño chapoteo-Vamos perezosa.
Me da un beso en el pelo y se va. Miro como se aleja y sonrio feliz.
¿Cómo he podido llegar a esto?¿Cómo he podido tener tanta suerte?
Aún recuerdo como si fuese ayer nuestro primer beso. Me llevo al ojo de Londres, la gran noria desde donde se ve todo Londres. Nevaba, un día nevado y frío en Londres, los dos en esa cabina espaciosa. Me miraba mientras yo observaba Londres a nuestros pies, me cogió la barbilla y me giro un poco la cabeza, no me dio tiempo si quiera a preguntarme que hacia, sentí sus labios sobre los míos y eso fue todo...todo desapareció a mi alrededor y me entregué a ese beso, a ese momento, a él. Me entregué a la magia.
Narra Marta*
Oigo el ruido de la ducha. Niall esta duchándose mientras yo sigo tumbada en la amplia cama. Me imagino las gotas de agua pegadas al cristal de la mampara...debían ser tan parecidas a las gotas que ahora poblaban mi cara. No soy mucho de llorar, me gusta ser optimista, feliz, no pensar en las cosas y no darle importancia a los problemas pero siempre llega un día que estallas y todo te da en la cara. Y ese día es hoy. Hoy me he puesto a pensar en el final del verano, que ya no esta tan lejano, y me he hundido y me ha dado miedo. Así que aquí estoy, tumbada, envuelta en las sábanas que ayer nos cubrieron poco a Niall y a mi, con un rayo de sol iluminando mi cara surcada por lágrimas, pensando en la despedida. Pensando en Niall, en los chicos, en Londres, en exámenes, mis compañeros retrasados de clase y mi pequeña ciudad; comparando y dándome cuenta de todo lo que iba a perder en un momento.
-¡Marta!-grita Niall.
Me incorporo rápido y me seco las lágrimas rápido.
-¡Dime!-chillo pero me ha salido un gallo.
-¿Te pasa algo?
-No...-mascullo.
-Oye, ¿te vienes a la ducha? Así ayudamos al medio ambiente ahorrando agua.
Suelto una risita y mientras voy caminando hacia el baño y abro la puerta, me voy despojando de mi ropa.
-Bésame-le digo antes de unir nuestros labios y nuestros cuerpos bajo el chorro de agua caliente que sale de la ducha y nos empapa a los dos.
Las gotas de agua surcan mi cara...las gotas de agua mezcladas con mis lágrimas. Angustia. Miedo.
Narra Eleanor*
-¿Me podrían traer algo para la tos, congestión, fiebre y dolor de cabeza? Gracias-Louis habla a través del teléfono con recepción.
Me he despertado ya mala pero cada vez me siento peor. Ahora mismo estoy cerca de la chimenea, debería estar calentita pero tirito.
-Ya te puedes quitar el termómetro-me dice Louis mientras lo coge de mi boca y lo mira-¡Tienes mucha fiebre! Voy a llamarles para decir que traigan a un médico...-dice volviéndose a dar la vuelta para ir de nuevo a llamar a recepción.
-No hace falta, Louis. Yo creo que es solo un trancazo y ya esta. No te preocupes.
Louis se da la vuelta y me mira con angustia. Se acerca a mi y me dice:
-Perdóname, perdona que te tirase al rio, nunca pensé que pudiese haber pasado esto. Si pudiera, me cambiaría por ti, porque ha sido mi culpa y...y me siento fatal... Claro, me comporto como un crío y son estas cosas las que consigo, poner mala a mi novia, si es que...
Este chico no tiene remedio.
-Louis, Louis no te emboles-le digo deteniendo su historia-No ha sido tu culpa. Me encanta que seas como eres y me encanto que me tirases al rio y me encanta que me cuides... ¿No te das cuenta? Me gustas tal y como eres, así eres perfecto.
Narra Clara*
¡Ya me han fastidiado el día!¿Por que mis padres no pueden entender que es esta mi decisión?¿Por que no entienden que mi elección es Zayn? Se equivocan al pensar lo que piensan de el. Que si al ser artista vive en una vida de en sueño en la que no existen los problemas, que nunca estará conmigo porque viajara mucho, que cada día podría elegir a una tía... Pero ellos no lo conocen, no saben como es realmente.
Alguien me agarra desde detrás y juntando sus manos sobre mi barriga me acerca más a el y me besa con dulzura el cuello.
-Zayn...-susurro-Quizás mis padres no quieran que este contigo y que...
-Ssshhh-me manda a callar-¿Has visto el día que hace hoy? Estamos en Cancún, de vacaciones y no nos vamos a amargar por nada ni por nadie. No vamos a darle vueltas a problemas que se van a solucionar, ¿vale?
Me da la vuelta, lo veo con una sonrisa de oreja a oreja, de esas con las que sale en las revistas y tu en tu casa te repites una y otra vez que es imposible que sea real porque es demasiado perfecta; y emocionada le contesto un flojo:
-Vale.
-Bien-me dice agarrándome del cuello-Sonríe, venga sonríe.
Y yo sonrió y el me acerca y me besa y los dos sonreímos mientras nos besamos.
Narra Ana María*
Harry tarareaba una canción, una canción de la que no conocía la letra pero de una melodía dulce y algo triste. La tarareaba mientras masajeaba mi espalda desnuda con una mano y con la otra entrelazaba sus dedos con los míos. Tenia la cabeza sobre su pecho y podía oír su corazón retumbando con fuerza en mi oído.
Cuando de repente, apareció una mariposa blanca y con ella una sonrisa a mis labios, sin embargo Harry dio un pequeño brinco, se puso rígido y soltando mi mano se dispuso a golpear a la pequeña y frágil mariposa.
-¡Quita bicho!-dijo.
Pero le agarré la mano antes de que pudiese golpearla.
-¡No!
Harry volteo la cabeza confuso mientras yo abría la mano y la mariposa se posaba en la palma.
-Ana, mátala que me da miedo-me roga Harry, logrando que soltase una fuerte carcajada.
-No...¿Sabes lo que decía mi abuela de estas mariposas?
-Cuéntame.
-Mi abuela siempre decía que las mariposas blancas eran portadoras de buena suerte y que por eso, cada vez que vieses una, tenías que pedir un deseo, porque con su magia, se harían realidad.
Sonreí recordando. Era una cría, una calurosa mañana de verano dando un paseo con mi abuela agarrada del brazo, vimos una mariposa y yo la solté del brazo y salí corriendo despavorida, ella se rió de mi y después me contó esta fantástica y esperanzadora historia, de sueños que se hacen realidad...como el mío.
-Y desde entonces odio a todos los insectos, excepto a las mariposas blancas-rio-Mi abuela se fue unos años después y yo se que cada vez que una mariposa viene a mi encuentro y se posa en mi mano, es ella, que viene a saludarme y a decirme que esta conmigo.
Harry me aprieta más fuerte y besa mi cabeza. Yo levanto la cabeza y le sonrió.
-¿Y a que esperamos? Pidamos un deseo.
Amplio mi sonrisa y el ensancha la suya, cerramos los ojos al mismo tiempo y deseamos.
<<Que este sueño no acabe nunca, abuela>>
Narra Liam*
-Pues se esta bien. Hace un día precioso, ¿verdad?-silencio-¿Cristina?
Miro a mi alrededor ya que no me contesta y veo que se ha quedado parada en un puesto de dulces, intentando entenderse con la repostera que la mira confusa, y ambas ríen ante la imposibilidad de entenderse. Yo sonrió y me acerco lentamente a ellas.
-¿Te entiendes?-me rio de Cristina mientras le doy un golpecito en la espalda.
-Ja, ja, ja, que gracia, ¿verdad?-me dice molesta-Intentaló tu, listo.
Cojo dos de los bollos que quería comprar Cristina y le extiendo a la mujer la mano llena de monedas. Ella suelta una carcajada y remueve las monedas en mi mano hasta que coge dos de color cobre. Después riendo se aleja un poco de nosotros y trae consigo una bolsa de galletas que nos extiende con una sonrisa.
Yo asiento a modo de agradecimiento y los dos nos vamos del puesto despidiéndonos de la mujer con la mano, que nos agita la suya hasta que la perdemos de vista.
-Que simpática-dice Cristina a la vez que le da un mordisco al dulce y tierno bollo-Pero, ¿cómo sabes que no te ha engañado?
-¿Le has visto pinta de engañarnos a la dulce mujer esa?
Cristina ríe, no no tenía pinta.
No tuvimos que caminar mucho tiempo más para llegar al final del pueblo y el principio del bosque. Según nos habíamos informado en el hotel, había un sendero que nos llevaría directos a un lindero, rodeado de preciosos árboles. Tenía una sorpresa de esas que a Cristina no le gustan al principio pero después si. Reí en mi interior, me encanta hacerla de rabiar.
Narra Niall*
-He leído en un folleto que a unos kilómetro fuera de la ciudad se pueden practicar deportes extremos como caída libre, ¿qué te parece?-me pregunta Marta.
-¿Y por que no comemos tranquilamente y dejamos eso para otro viaje?-le digo asustado.
No quiero hacer caída libre y menos con Marta al lado, que con lo gafe que es, me tira antes de tiempo y me mata.
-Hay que vivir aventuras, Niall.
-Ya, ya, pero bueno...no quiero morir en el intento de una, ¿sabes?
-Venga anda, no seas cobarde...¡Quiero hacer caída libre!¡Quiero hacer caída libre!-se puso a gritar en medio del restaurante del hotel en el cual estábamos desayunando.
Todo el mundo nos empezó a mirar con caras raras pero Marta siguió gritando y riendo al mismo tiempo que yo ponía cara de excusa y disculpa a la gente de nuestro alrededor y le intentaba tapar la boca. Pero no había manera...niña malcriada...
-Vale, vale, esta bien...iremos...
-¡YUPI!
Narra Ana María*
Tras costarnos la vida apartar las sábanas y levantarnos de esa cama en la que nos unimos la primera vez y en la que nos uniríamos muchas, muchas más veces a lo largo de la semana; nos duchamos, desayunamos entre risas y carantoñas, más incluso de las que ya nos solemos hacer y nos encontramos, listos para otra aventura de día, con Ranjit, que hoy nos quería llevar a otra parte turística de la ciudad. El iba conduciendo, mientras Harry y yo estábamos abrazados en la parte trasera, cuando me pico el gusanillo.
-Ranjit, ¿tu dónde vives?-le pregunté con curiosidad. El hombre no vestía con ropas muy caras y siendo guía turístico no tenía que tener un sueldo muy elevado por lo que no creo que viva en las majestuosas zonas residenciales por las que hemos pasado nosotros.
-Lejos de aquí señorita Ana, a las afueras de la ciudad.
-Las afueras de la ciudad están lejísimos del hotel, Ranjit. ¿Viajas durante muchas horas antes de llegar a recogernos?-le pregunta ahora Harry.
-No, señor. Unas dos cortas horas-abro mucho los ojos y miró con expresión asombrada a Harry que esta igual-Pero ya estoy acostumbrado.
Me moriría por ver su casa. Cuando llegue aquí me propuse algo, que entre tantos monumentos y lugares emblemáticos no estaba consiguiendo; y era descubrir la verdadera ciudad que se escondía detrás del lujo turístico. Le di un golpe en el brazo para que siguiese indagando pero como si hubiese leído mi cabeza le pregunto:
-¿Le importaría llevarnos a su casa? Nos corroe la curiosidad...
-No creo que les vaya a gustar a los señores, es mejor que sigamos con el plan. Mi casa no es digna.
-Ranjit, todas las casas son dignas si en ellas se convive con respeto y amor; y estoy segura que con alguien como tu en una casa, eso será lo primordial-le dije segura-Llevenos, queremos conocer a su familia.
Narra Louis*
-Es tan solo un constipado, no se preocupe-me dijo el doctor-Que descanse y se tome la aspirina para el dolor de cabeza y la congestión nasal.
Yo asentí y acompañé al amable señor hasta la puerta de la habitación.
-¿Ves como no era para alarmase? Sólo un poco de fiebre...-me dijo Eleanor desde el sillón.
Yo me acerqué a ella y me senté a su lado, pasándole el brazo por sus hombros.
-Me había asustado...
-¿Sabes lo que más rabia me da de todo esto?
-¿El que?
Eleanor carraspea y me mira con cara de pillina.
-Que según tenía entendido hoy tenía una sorpresa...
Yo comencé a reír y recordé lo que le tenía preparado. Podía arreglarlo todo.
-¡Y la sigues teniendo!¿Quien te ha dicho que no?
Eleanor comenzó a reír.
Narra Niall*
No se como me dejo convencer para hacer estas cosas.
-¿Estas bien?-el señor que me esta poniendo los cacharros para hacer la caída libre, que es el mismo que me llevara a mi de paquete, me ha tenido que notar el nerviosismo.
-Mi novia me da miedo.
El hombre se echa a reír.
-Todos tenemos novias que nos dan miedo. Pero la tuya no tiene pinta de ser muy mala, ¿o si?-me pregunta mirando a Marta, que ríe mientras el hombre que la llevaría a ella de paquete le coloca el casco.
-Yo no estaría aquí haciendo esto, la verdad...no es por ofender pero es una locura.
-Pero estas aquí, a punto de tirarte de un avión, de hacer una locura por tu chica. Si no te gustan estas cosas y tienes las pelotas para hacerlo quiere decir que la quieres los suficiente como para hacer cualquier cosa por ella, incluso una tontería de este tipo.
Yo sonrió y asiento.
-Supongo que si.
En ese momento Marta sale a correr en mi dirección, vestida de la misma forma estúpida que yo y salta sobre mi y me da un apasionado beso.
-Por si acaso morimos, precioso.
Yo que la agarro por la cintura la suelto de golpe asustado para decirle.
-¡No digas eso!-Marta hace caso omiso a lo que le digo y comienza a reír histéricamente mientras hace aspavientos amplios con los brazos y empieza a gritar:
-¡Vamos a volar!
Al rato ya estamos ambos montado en un avión a kilómetros de altura de tierra firme y con un ruido ensordecedor de motores que hace que me agobie aún más. Marta esta agarrada a mi mano y mira al exterior con curiosidad. No entiendo como puede estar tan tranquila...
-Voy a revisar los agarres-me dice el señor mientras comienza a comprobar todos los instrumentos que unen mi cuerpo al suyo.
-Asegurese bien-le suplico.
Marta que me esta mirando se ríe de mi y me guiña una ojo.
-Listo.
-Listo.
Se comunican los expertos.
-Vamos a saltar, chicos.
-¡Vamos allá!-dice Marta entusiasmada. Esta como una cabra...
-¡Jesucrito!-dijo yo.
El hombre que esta situado a mi espalda, casi se podría decir que me lleva a la fuerza a la puerta del avión, que abierta deja pasar un vendaval de aire fuerte que azota mis oídos.
-Tranquilo amigo, esto pasa rápido.
Marta ya esta a punto de tirarse, en el último momento gira la cabeza con una sonrisa y me grita:
-Te quie....
El <<ro>> lo escucho amortiguado pues es justo en ese momento cuando se tira.
Y ahora, es mi turno.
-No se sí quiero hacerlo-le digo al hombre cuando ya estamos en la puerta del avión, con todo el viento en la cara y la vista de todas las nubes y el suelo allí abajo.
-Venga tío. ¿Sabes? Después de esto podrás pedirle cualquier cosa a tu novia, que lo tendrá que hacer.
Cuando el hombre se impulsa y comenzamos a caer a la velocidad de la luz, a traspasar nubes y a ser embestidos por las fuertes ráfagas de viento se me ocurre lo que puedo pedirle a Marta:
No volver a hacer esto, nunca más.
Narra Cristina*
Liam y yo estuvimos un ratito caminando por el pequeño sendero con la cesta llena de comida y bebida y los bollitos recién comprados, hasta que llegamos a un prado enorme, lleno de flores y hierba verde esmeralda. El día había amanecido soleado y podría decirse que incluso algo caluroso para la zona de Alemania en la que estábamos, se estaba genial.
-Es precioso-le dije entusiasmada.
-¡Esta lleno de amapolas!
-Si, ya me he dado cuenta...¿sabes? Soy alérgica al polen-le dije empezando a sentir picor nariz. Esto es congestión psicológica porque hace un rato no me picaba, como lo de cuando oyes que alguien ha visto un bicho o tiene urticaria y comienzas a rascarte todo el cuerpo como un poseso.
-Pues menos mal que eres alérgica al polen, porque si lo llegas a ser a las amapolas estarías en problemas...
Volteo la cabeza para mirarle con cara de incredulidad cuando el fija su vista en mi, sin entender nada y me dije:
-¿Qué?
Comienzo a reír y me subo de un vote a su espalda, el deja la cestita en el suelo y después empieza dar bandadas de un lado a otro bruscamente intentando acerceme caer. Al final se deja caer él, al suelo y yo me muevo lo suficiente para que se de la vuelta, tumbándose boca arriba en el césped. Después paso mis piernas sobre su cuerpo y me coloco sobre el. Le beso con pasión y el con una mano, puesta en mi cuello me acerca aun más a el y con la otra recorre mi espalda con cariño.
-Estas tonto, ¿lo sabias?-le digo cuando separo nuestro labios.
Narra Zayn*
El día paso rápido. Logré quitarle de la cabeza a Clara todos los problemas y las preocupaciones que tenía desde que había hablado con sus padres. Nuestro día se basó en un mañana y tarde de playa.
-Corre Clara, ¡corre!-le gritaba yendo detrás de ella corriendo por la arena intentando atraparla, mientras ella reía.
No me preguntéis como paso, pero acabe tirado boca abajo cuán largo era en la arena. Oía como Clara gritaba y después empezaba reír de nuevo mientras se acercaba a mi de prisa.
-¿Estas bien, precioso?
Yo me quejé y levanté la cabeza lentamente. Cuando Clara me vio, se tapó la boca para no soltar una carcajada en mi cara pero no aguanto mucho tiempo.
-Pobrecito, espera, que te quite la arena...-me decía mientras me sentaba y ella con una mano me quitaba lentamente la arena de la cara.
Esa cara de concentración y con una media sonrisa, me impulso a acercarme a ella y a darle un corto beso. Cuando nos apartamos ella se limpió los labios diciendo:
-¡Un beso arenoso!
-¿Un beso arenoso?¿Un beso arenoso?¡Te vas a enterar de lo que es un beso arenoso!-le dije amenazadoramente.
Clara grito, se levantó rápida y comenzó a correr de nuevo en dirección al mar.
-¡Ven aquí, cariño, que te voy dar un beso largo y pasional lleno de arena!
Los dos entramos en el mar corriendo y ya allí, si que la alcancé. La agarré de los muslos e hice que pasase sus piernas alrededor de mi cadera. Los dos reíamos mientras las olas chocaban en nuestros cuerpos unidos. Después la besé apasionadamente mientras ella recorría mi espalda con sus manos. Nos separamos y comencé a besarle el cuello fuertemente haciendo que ella me apretase más contra su cuerpo y buscase de nuevo mis labios para besarlos. Entre tanto jaleo no nos percatamos de que una gran ola venía hacia nosotros, así que fuimos bruscamente separados y arroyados por ella. Cuando conseguí sacar la cabeza y levantarme vi a Clara a unos metros de distancia mía con los pelos en la cara, mirada desorientada y recolocándose la parte superior del bikini. Cuando me vió, comenzó a reírse:
-Tu tupe se ha caído.
Narra Harry*
-¿Esta es tu casa Ranjit?-le pregunto algo impresionado.
Ana esta más o menos igual que yo, con los ojos como platos va recorriendo la única habitación que compone esta minúscula y más que simple "casa".
-Si, ya les dije que era muy corriente pero tenemos más de lo que muchos de por aquí poseen. Me siento afortunado.
-Ranjit, ¿no crees que deberías pedir más por tu trabajo? Viajas todos los días para recoger a turistas como Harry yo al hotel, te pasas el día entero fuera de casa recorriendo siempre las mismas rutas, andando bajo el sol abrasador y después otro viaje hasta aquí. ¡Acabarás agotado! Y por lo que veo aquí, tu sueldo no debe ser muy grande...-le dice Ana algo preocupada.
-Si les exijo más, me dirán que me vaya que no les costará encontrar a alguien que trabaje por menos incluso de lo que cobro yo. Y es cierto señorita, la gente esta desesperada por trabajar y aceptan miserias...como yo, la acepté en su día...
Bajó la cabeza avergonzado ante esta confesión. Ana y yo nos miramos con cara de circunstancias y justo cuando iba a ofrecerle algo de dinero entraron por la puerta una mujer mayor, una más joven, de la edad de Ranjit, quizás su mujer y dos niños, una niña de unos dos años y un chico de unos 10.
-Meena, Kavita, estos son los señores a los que estoy atendiendo durante esta semana-nos presento a las mujeres.
-¿Ellas también hablan inglés, Ranjit?-le pregunto Ana.
-Mi madre, Menna-le paso el brazo por los hombros a la mujer mayor-no sabe, pero mi mujer Kavita si. Por cierto, ellos son Harry y Ana.
-Encantada-se nos acercó Kavita tendiendonos la mano. Nosotros se la estrechamos con una sonrisa en la cara-Siento no tener la casa lo suficiente preparada para ustedes.
-No se preocupe, hemos venido sin avisar, ha sido nuestra culpa, pero teníamos curiosidad por conocer a la familia de nuestro encantador guía-le dije riendo.
-Nadie había venido antes, a los turistas no les suele interesar esta parte de la ciudad o ni siquiera la verdadera vida que se lleva en este país...-dijo con algo de rencor-Bueno, Surinder, Pooja, saludad a los señores-le dijo a los niños.
Ana se apresuró a agachare para ponerse a la altura de los niños y mientras yo le daba la mano al simpático chico, ella le ponía caras a la pequeñina Pooja para que saliese de detrás de su madre, donde se escondía avergonzada.
-Mi madre dice que si quieren quedarse a comer. Sin compromiso señores, entenderemos que prefieran comer en un sitio más adecuado.
Ana estaba ahora demasiado entretenida hablando con Kavita y los niños como para prestarle atención a lo que decía Ranjit pero yo sabía que estaría de acuerdo conmigo.
-Encantados de quedarnos Ranjit, ¿ayudamos en algo?
Narra Eleanor*
-Señorita, el señor Louis la espera-me dice el botones que ha venido a buscarme.
-¿Esta abajo?-le pregunto sonandome los mocos por enésima vez...me he tenido que echar un kilo de maquillaje en la nariz para tapar el rojo fosforescente.
-No, señorita, en la azotea, yo la acompaño.
¿En la azotea? A media tarde me ha dejado en la cama, diciéndome que descansase que mientras, el iba a hacer una cosa. No me ha querido decir que era así que supuse que era algo relacionado con mi sorpresa y creo que no me he equivocado.
Mientras el botones y yo íbamos en el ascensor me empezó a decir:
-El señor se ha esforzado mucho en organizarlo todo y ha quedado precioso.
Cada vez tenía más ganas de ver que era eso que había preparado con tanto empeño, aunque de lo que realmente tenía ganas era de verlo a él, que me había dejado toda la tarde sola y lo había echado mucho de menos.
Por fin llegamos a la planta, el hombre se paró en una puerta de metal, supongo que sería esa la que llevaría a la azotea. Ántes de abrirla dijo:
-Esta muy guapa, que disfruten.
-Gracias, lo haremos.
Cuando salí a la azotea, el vestido ondeo con el suave y cálido viento que corría. Apoyado en la piedra que servía de barandilla estaba mi mitad, vestido de traje de chaqueta y de espaldas a mi.
-Eh, tu, guapo, ¿qué haces por aquí?-le dije pícaramente.
El se dio la vuelta con una sonrisa que se congeló en sus labios al verme.
-Estas...estas...
-¿Decente?
-Decente dice...ven aquí-me acerco a el y nos abrazamos fuertemente-¿Estas mejor?
-Mucho mejor ahora que estoy contigo.
Me da un beso y agarrándome de la mano me dirige hacia una mesa que esta al lado de la barandilla en la que hace un momento estaba el apoyado.
-Ooohhh, ¡no me había dado cuenta de la torre Eiffel! Y la mesa esta tan bien decorada...¿lo has echo tu?-le pregunto mientras me siento en la silla que el me aparta.
-¡Todo! La comida también así que no exijas mucho...ya sabes que lo intento-me dice haciéndome reír.
-Todo para mi-susurro mirándolo a los ojos.
-Todo para ti. Para ti la comida, las vistas, la decoración, mi corazón y yo entero. Todo para ti.
Narra Marta*
-¡Fue increíble cuando me tire! Esa fue la mejor parte, bueno, esa y cuando te vi en frente mía con los ojos cerrados, la boca abierta y todos los carrillos llenos de aire-comencé a reír al recordarlo-Cuando te vi, me entró la risa y al reírme y abrir la boca, me paso lo mismo que a ti y ya no la podía cerrar.
Niall y yo ya estábamos en el hotel. Yo me estaba poniendo el pijama y el estaba tirado boca abajo en uno de los sofás del salón de la habitación. Demasiadas emociones en un día para él.
-Niall, ¿estas bien?-le pregunto.
El gruñe contra el cojín en el que esta tirado. Yo me siento a su lado y le digo:
-Venga, anda, que se que tu también lo has disfrutado.
Levanta la cabeza y se da la vuelta en el sofá poniéndose boca arriba y sacando dedos comienza a enumerar:
-He andado mal con tanto tembleque de piernas durante una hora, he estado mareado dos horas y he vomitado tres veces. No, no Marta, no lo he disfrutado.
Yo me empiezo a reír porque es verdad.
-Encima te ríes, ¿no?
-No seas tonto anda-le digo empezándole a dar besos por el cuello y a desabrocharle la camisa-Te voy a recompensar el esfuerzo.
Sonríe un poco.
-Vale, pero prométeme algo-me dice alejándome de él por los hombros.
-Lo que quieras.
-No lo volveremos a hacer.
-Prometido-le digo levantándolo del sofá y dirigiéndolo hacia la cama, donde lo empujo con fuerza y me echo encima de él.
-No más deportes extremos-susurra sonriendo mientras me da la vuelta poniéndose encima mía.
-Yo no he prometido eso, he dicho que no volveremos a hacer caída libre.
Niall para de besarme y se deja caer sin fuerza sobre mi cuerpo, dejándome sin aire, aplastada contra su cuerpo.
-Me rindo contigo.
Yo suelto una risa cantarina y vuelvo a besarle con amor.
Narra Ana*
Nos tiramos toda la tarde en casa de Ranjit y su familia. Descubrimos muchas cosas, entre otras como era vivir en una ciudad atestada de pobres que viven bajo el peso de los ricos que les hacen trabajar por un mísero cheque que no les vale para nada más que comida y algo de ropa, sin posibilidades de ahorrar para poder llevar una vida mejor. Pero también disfrutamos haciendo hablar en inglés a Menna y con los preciosos críos de Ranjit y Kavita. La niña al principio algo recelosa al final no se quería despegar de mi, jugamos a las muñecas y le peiné el pelo en una larga trenza poniéndole unas flores que había en la casa a modo de tocado, mientras Harry jugaba con el pequeño Surinder y con su padre, fuera de la casa con una pelota de aluminio, al fútbol.
-Mi suegra Menna dice que serán grandes padres-me dice Kavita con una sonrisa burlona, yo abro los ojos como platos y rio algo nerviosa.
-No tan pronto.
Cuando ya fue de noche, nos despedimos de toda la familia y lamentablemente hicimos que Ranjit tuviese que dar otro paseo en coche para llevarnos de vuelta al hotel.
-Ranjit, no venga mañana a trabajar. Hoy se va tarde y mañana le prometemos que nos quedaremos por aquí cerca y no iremos a sitios peligrosos-le dijo Harry.
-¿Están seguros?-nos preguntó.
-Segurísimos-le respondimos contentos.
Cuando llegamos a la habitación, a Harry y a mi se nos ocurrió una idea, aprovechando que mañana no vendría Ranjit, saldríamos a comprar regalos para él y su familia. Eran encantadores.
Narra Liam*
Cristina y yo nos pasamos todo el día en el prado, haciéndonos fotos, comiendo, jugando... Con ella no te podías aburrir, siempre sabía como hacerte reír o que tema de conversación sacar para que el día, el momento, el segundo fuese perfecto.
-Oye, Cristina, mira lo que he traído-le dije sacando una cosa, de la mochila grande que me había traído.
-¿Eso es una tienda de campaña?¿No estarás pensando hacer lo mismo que yo creo que quieres hacer, no?
Yo comienzo a reír y subo inocentemente los hombros.
Ella deja caer la cabeza pesadamente sobre el suelo y grita:
-Y encima tendré que ayudarte a montarla, ¿verdad?
-Venga perrona, en pie a montarla.
Entre los dos, la montamos y cuando ya estuvo echa, estaba atardeciendo. Vimos como las estrellas salían, como la luna se ponía y con esa tranquilidad, belleza y silencio reinante, pude sentir como nuestro amor crecía lentamente en nuestros corazones cuando la abrace fuertemente en un prado en medio de Alemania.
Narra Zayn*
Tras el baño y los besos arenosos ese día en la playa, fuimos a la habitación, nos duchamos y disfrutamos de un espectáculo nocturno en el hotel. Un espectáculo al que no préstamos mucha atención.
Estábamos demasiados absortos mirándonos a los ojos y dibujando sonrisas en la cara del otro. Parecía que nos olíamos lo que pasaría esa noche pues nada más entrar en la habitación algo recorrió nuestros cuerpos que hizo que Clara cerrase con fuerza la puerta y saltase sobre mis brazos, que hizo la despojase rápidamente de su corto y floreado vestido y que ella me quitase con ansia mi camiseta. Algo recorrió nuestro cuerpo que hizo que los dos cayésemos pesadamente sobre la cama, que nos hizo despojarnos de nuestra ropa. Un impulso, que hizo que esa noche, sin aviso, sin previsión, sin miedo, sin cautela, nos uniésemos en todos los sentido bajo un sentimiento llamado amor.
El último día de vacaciones...
Narra Marta*
Los días fueron pasando, y con ellos momentos mágicos e irrepetibles.
Niall y yo nos recorrimos San Petersburgo entera, comimos todo lo que nos pusieron, así que llevamos unos kilitos de más cada uno. Disfrutamos de los días con una tranquilidad que nada tenía que ver con nuestra gran aventura de caída libre, aunque creo que me lo va a estar recordando toda la vida. Además de con kilitos también volvemos a Londres con muchos moretones verdes de las caídas en la pista de hielo, sin embargo, se podría decir que somos casi profesionales del patinaje.
Por lo que hemos hablado con el resto, todos están bien, se lo han pasado genial y aunque tienen ganas de vernos, no quieren dejar su lugar de destino del que todos se han encariñado, incluso Cristina, a la que se la veía un poco a disgusto en Heidelberg, se ha enamorado de esa hermosa tierra. Supongo que volverá relajada y más feliz que nunca con Liam.
A Clara y Zayn los he visto más compenetrados y tontorrones que de costumbre, aunque siguen con sus típicas y estúpidas peleas. Se ve que el viaje y la convivencia los han unido aún más de lo que estaban...ya sabéis a que me refiero.
Louis y Els han disfrutado de unas románticas y pasadas por agua vacaciones. Al parecer le han dejado más dinero del debido a los gabachos...espero que me traigan un detalle y que no se lo hayan comprado todo para ellos.
En cuanto a mi hermana y Harry...bueno ha sido un poco extraño. Hasta ayer, parecía que estaban genial, más empalagosos que normalmente incluso; pero ayer parecían enfadados por la video llamada. Mi hermana no hablo mucho, algo raro en ella, y Harry aún menos. ¿Les habría pasado algo? Pues no lo se...pero espero que no.
Bueno, en el caso de que hubiese pasado algo, no tendré que esperar mucho para enterarme de que es...hoy viajaríamos y nos encontraríamos todos en Londres...o quizás no...
Penúltimo día de vacaciones...
-Ana, ¿puedes venir un momento?-le grita Harry a Ana desde la terraza. Ella esta recogiendo sus cosas, mañanas vuelven a salir de viaje; el esta como meditando, con las piernas cruzadas sobre la cama. Ya que esta es su última noche aquí en la India, Harry quiere aprovechar para darle esa sorpresa a Ana que tantas ganas tienes de decirle para poder compartir con ella su alegría.
Cuando Ana sale y lo ve de esas guisas comienza a reírse mientras se acerca a él. Cuando llega a la cama en la que se unieron por primera vez, se sentó en ella de un salto.
-Tengo algo que decirte...-le dice Harry con una sonrisa.
-¿Si? Cuenta, cuenta...-le contesta emocionada.
-¡No nos vamos a tener que separar! ¡Te he conseguido plaza en Oxford! Te puedes quedar en Londres, conmigo.
Ana se desinfla y la sonrisa que hasta hace un momento sostenía, se le cae.
-Harry...-le dice con pesadumbre y bajando la vista, apartando sus ojos de los de el-No puedo quedarme en Londres-suelta.
La sonrisa de Harry también se cae, se desvanece como si nunca hubiese existido, sus ojos pierden la luz de alegría que hace unos momentos los iluminaba, llenos de esperanza y amor.
-Estas de broma.
-No, Harry, no estoy de broma...Esto es algo que deberías haber consultado conmigo, no puedes decidir estas cosas sin mi-le dice acusadoramente, aunque en el fondo de su alma le duela tener que decirlo, es lo que debe hacer, lo que su cabeza le dice.
-Creí que esto era lo que deseábamos los dos, además es una sorpresa, no podía consultarte nada. Zayn, hizo lo mismo con Clara.
Harry se estaba empezando a enfadar y a levantar la voz.
-Ya bueno, pues yo no soy Clara.
-No, ya veo...¿Se puede saber por que no quieres quedarte conmigo?-pregunta dolido, mientras se levanta de la cama.
-Claro que me quiero quedar contigo, pero yo, en Londres, contigo, con el resto de chicos y con mis amigas, no podría estudiar, no me centraría.
Intenta razonar Ana, levantándose ella también y yendo a su encuentro.
-No puedo entenderte-Harry esta perdiendo los nervios-¿Tu sabes lo que he tenido que desembolsar, tan solo, para que se replanteasen tu matrícula a deshora? Y ahora, me vienes con que no podrías centrate, ¿que eres, una cría?
-Tengo que acabar mi carrera.
Harry grita estupefacto:
-¿Pones tu carrera por encima de nosotros?
Ana se mantiene tranquila:
-¿Prefieres seis años en los que sin poder centrarme en los estudios, repitiese una y otra vez, sin poder dedicarme por entero a ti, o tres años separados y el resto de la vida juntos?
-Yo quiero que no tengamos que separarnos y que acabes la carrera en tres años.
-Ya bueno, pues lo siento, pero no te has echado una novia lo suficientemente inteligente.
Ya ambos gritan.
-A ti lo que te pasa es que eres una cagada.
-¿Una cagada? No me hables así Harry.
-Si, una cagada, todo te da miedo, no puedes hacer nada por ti sola, necesitas la aprobación y el ánimo de todo el mundo porque no tienes la suficiente jodida fuerza para cumplir tus sueños, nuestros sueños. Estas tan malditamente asustada que ni si quiera lo intentas-golpe bajo-Y, ¿sabes? Empiezo a pensar que simplemente has estado conmigo este verano para tontear, para darte a conocer, para sacarme todo lo que pudieses; porque si de verdad te importase harías todo por mi, no desaprovecharías la oportunidad que te doy y no me dejarías-para, Harry, para antes de que las cosas se estropeen demasiado-Tu a mi no me quieres.
A Ana se le escapan unas lágrimas:
-¿Cómo puedes decirme eso?¿Cómo puedes?
Lágrimas. Lágrimas y silencio. Ana se recoge las lágrimas con las manos y se sorbe la nariz ante la mirada de Harry, que sabe que Ana tiene razón, que para poder empezar una vida con el, en Londres, tiene que terminar con la suya en España si no puede terminarla a su lado. Pero le duele y le da rabia tener que perderla y separarse de ella; y por eso no ha podido callar palabras que no siente y por eso su corazón se ha roto en mil pedazos y por eso sale por la puerta dando un portazo y la deja. Deja a Ana llorando desconsoladamente tirada en el suelo de la terraza.
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