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domingo, 14 de abril de 2013

CAPITULO 67 "Amor y dolor"

Narra Zayn*

-Venga, mañana nos vemos tíos-dice Louis mientras se baja en la primera planta del ascensor con Eleanor, donde Sonia tras mucho parloteo, signos y dibujos en un papel le había dado una habitación con cama de matrimonio.
Nosotros teníamos dos habitaciones dobles en la segunda planta, así que tras unos segundos, ya estábamos allí.
-¿Quieren dormir los cuñados juntos? ¿O nos repartimos las habitaciones diferentes?-dijo con tono de guasa Liam.
Harry que permanecía con la cabeza gacha, la levantó bruscamente, se quedó mirando a Liam y después extendió la mano, le arrancó una de las tarjetas y se fue en dirección a una de las habitaciones que nos habían dado.
-Pero...¿qué he dicho?-dice el pobre de Liam algo asombrado.
-Creo que ha sido por lo de cuñados...-responde Niall.
-Ya me quedo yo con él, iros vosotros a la otra-les digo.
Niall me mira y dice:
-¿Seguro? Te puedes venir con nosotros, te hacemos sitio...
-Pero bueno Niall, ¡ni que Harry mordiera!
-Últimamente...-dicen ambos al unísono mirándome mientras encarnan las cejas.
Yo levantó los ojos y cogiendo mis maletas me dirijo a la habitación en la que hace un momento desaparecía Harry.

Narra Cristina*

-Mira en esta estamos todos-le digo a mi hermano.
Cuando vivía en casa, la mayoría de las noches mi hermano se venía a acostar a mi cama. Era un incordio porque no paraba quieto, me daba patadas, manotazos, me empujaba... Sin embargo, fue una de las cosas que más eche de menos cuando me fuí a Londres; su cuerpecito pegado al mío, sus cariños ántes de dormirnos y sus besos por la mañana temprano.
Ahora estábamos los dos metidos en la cama, a oscuras y con el ordenador en medio. Le estaba enseñando fotos y vídeos que habíamos hecho durante este verano, fotos en las que salíamos todos, solo los chicos, sólo las chicas o por parejas. Se las enseñaba en un intento de que le empezase a gustar más Liam aunque por ahora no íbamos bien.
-Estos somos Liam y yo...-le digo mirándole.
-Pues es feo.
-¡No es feo! Es muy guapo.
 
 
-No, es horroroso y le voy a pegar.
Yo, que se como controlar a mi hermano, bajo la cabeza y la aplastó contra las sábanas como si estuviese llorando. Al rato puedo sentir sus manitas acariciándome el pelo:
-Bueno, venga Cristina, que no es tan feo... No llores, ¿vale? Mañana estará a prueba.
Yo rio por lo bajito sin levantar la cabeza. Al rato siento como mi hermano se incorpora de la cama, se sube a ella y salta al suelo. Al momento besa mi cabeza y me susurra al oído.
-Pero aunque le de permiso para ser tu novio...tu siempre serás mía, ¿vale? Y no te preocupes que si al final deja de ser tu novio te podrás venir a vivir conmigo y con mi mujer y cuidarás de tus sobrinos, ¿quieres? Te quiero.
Mis ojos se han empañado, mi hermanito siempre creando momentos tan emotivos...
-¿Dónde vas?-le digo cuando oigo que se abre la puerta.
-Me voy a mi habitación, que ya soy mayor y puedo dormir solo.
Su voz proviene de la oscuridad.
Me dice <<Buenas noches, esposa>> antes de cerrar la puerta. Si, ya es mayor, mi pequeño crece...

Narra Marta*

Silencio completo. Es raro volver a estar en casa, habiendo estado en tantos sitios últimamente. Es como sentir que vuelves al sitio del que provienes, reconoces la cama, el olor, el tacto de las sábanas...pero sabes que algo ha cambiado, pero no ha cambiado nada de lo que te rodea, lo que ha cambiado soy yo. Ya no soy la chica que dormía nerviosa pensando en que al día siguiente iría rumbo a Londres, ahora había vuelto y no era la misma.
De tanto pensar me entra sed, así que me levanto y me dirijo a la cocina a oscuras. Voy arrastrando una mano por la pared y me resulta raro el tacto rugoso, ya me había acostumbrado a las lisas de Londres...supongo que ya no es este el único lugar al que considero mi hogar.
Pero algo me hace detenerme. Estaba pasando por la habitación de mi hermana cuando oigo unos quejidos amortiguados por la puerta cerrada. Esta llorando. Abro la puerta sin hacer ruido y digo:
-¿Ana?
Mi hermana no responde y sigue sollozando. Yo entro, cierro la puerta y a tientas, levanto las sábanas y me tiendo a su lado. Al segundo ya la tengo abrazada a mi, llorando en mi hombro.

Narra Zayn*

Llamo a la puerta.
-¡Vete!-grita desde dentro Harry.
-Gilipollas, abre la puerta. ¿No ves que la habitación es doble?¿Dónde quieres que duerma yo?
Al rato la puerta se abre. Yo entro con las maletas y las dejo en la cama que no había ocupado Harry.
-¿Que pasa contigo?¿Por qué nos hablas así? Liam se ha quedado muy desconcertado. No se que te habrá pasado con Ana pero tienes que relajarte un poco porque desde que hemos llegado de las vacaciones estas un poco insoportable, ¿sabes?
Dejo de echarle la bronca cuando veo como desazonado se sienta en la cama y hunde la cara entre las palmas de sus manos.
-La estoy cagando, Zayn.
Suspiro, me acercó a él y me siento a su lado.
-¿Que ha pasado?¿Por qué te portas así?¿Por qué le dices esa cosas a Ana?¿Que te pasa?
Supongo que son demasiadas preguntas porque Harry responde tajante:
-Nada.
Yo le paso la mano por la espalda y le digo:
-Sabes que puedes contar conmigo hermano. Estoy contigo.
Él levanta la cabeza, me mira a los ojos y de repente se pone a hablar, rápido y sin pausa. Me cuenta como siguió mi estrategia, que llamo a Oxford y consiguió plaza, me dice lo feliz que estaba y como se sintió después de que Ana dijese que no, en esa discusión horrible en la que él dijo tantas que no sentía, ni pensaba, ni quería decir realmente.
-Y no se que hacer... Quiero a Ana como nunca he querido a nadie, siento cosas por ella que nunca pensé que podría sentir una persona... He aprendido a quererla en este verano más que a cualquier otra persona en toda mi vida. Lo daría todo por ella, todo, sin pensarlo, sin dudarlo, todo; podría dar incluso mi vida. Dejaría mi carrera, me mudaría a cualquier sitio del planeta, le daría todo lo que me pidiese porque estoy obsesionado con ella. No puedo dejar de pensar en sus ojos cuando le da la luz del sol, en su sonrisa cuando le digo algo bonito, no puedo quitarme de la cabeza su risa y como habla rápido y de repente se detiene y me mira expectante porque no recuerda la palabra en inglés y quiere que yo se la diga. ¿Te has dado cuenta de como se muerde el labio o como pone los ojos en blanco, antes de reírse, cuando alguno dice alguna tontería? No solo estoy obsesionado con ella, no solo la quiero, la amo con toda mi vida. No soportaría perderla o hacerle daño y estoy haciendo las dos cosas. No quiero que se vaya, soy un egoísta, lo se; y me cabreo con ella aún sabiendo que las cosas que dice tienen sentido. En el fondo se que lo que dice es verdad y que es mejor que no estemos juntos cuando empiece el curso, pero la quiero a mi lado. Y este egoísmo, esta obsesión, este amor, puede conmigo y le hago daño a la persona por la que mataría para que estuviese feliz. Y por eso se me ha pasado por la cabeza dejarla...quizás sea mejor para ella...quizás con otra persona este mejor...una persona que no le haga tanto daño como le hago yo...
Harry para de hablar y yo me quedo fijo mirándole porque no se que decirle, no se que hacer. Estoy ahí, quieto mirándole, pensando en todo lo que ha dicho mientras él se sorbe la nariz y se seca la cara de las lágrimas que han ido cayendo de sus ojos mientras hablaba. Cuando se serena un poco mira serio al suelo, pensando en algo. Supongo que recuerda algo gracioso porque sonríe.
 
 
-Desde el primer momento que la vi supe que era especial. Desde que la vi allí parada, roja y con los ojos abiertos de par en par. Me enamoré cuando sus ojos se cruzaron con los míos.
Harry soltó un sollozo y se puso a llorar. Yo le abracé y le dije lo que realmente pensaba.
-Harry, no la dejes. No lo hagas, porque nadie, nunca, jamás, podrá decir lo que tu has dicho esta noche de ella, porque estoy seguro de que jamás nadie la podrá querer como tu.

Narra Clara*

Me despierto con las luces de la mañana. Salto de la cama y me visto rápidamente, hago el desayuno y para cuando mis padres se despiertan ya esta todo puesto sobre la mesa, listo para ser comido.
 
 
-Venga dormilones, habéis tardado.
Me siento en una silla mientras que digo esto. Mi padre se me acerca por detrás y me abraza mientras me dice al oído:
-No sabes lo que te hemos echado de menos hija.
Desayunamos mientras me cuentan cosas de nuestros familiares y de como se lo han pasado ellos este verano. Al parecer, ha sido un rollo sin mi, pero al mismo tiempo como una segunda luna de miel, así que están contentos a fin de cuentas.
-¿Os vestís rápido o me voy y os espero en el hotel?-les digo mientras recojo mi plato y mi vaso y los limpio en el fregadero.
-¿Qué dices?-me pregunta mi madre.
-Ayer no os lo dije. Los chicos están en el hotel de Ana y Marta y habíamos quedados todas allí con nuestros familiares para que los conozcáis y eso...
-Nosotros ya tenemos comida con la abuela, Clara. Además ya le dije ayer a la noche que habías vuelto y tenía muchas ganas de verte así que no podrás ir.-me dice mi madre.
-No iréis vosotros entonces; yo me voy ahora mismo. Darle recuerdos a la abuela y decirle que iré a verla antes de volver a Londres.
-Pero, Clara...
Dejo a mi madre con la palabra en la boca y me voy a mi habitación a vestirme rápidamente. Esta última noche ha sido horrible sin tener el hombro de Zayn para apoyarme, estaba deseando ir a verlo con toda mi alma. Y lo iba a ir a ver, me lo iba a pasar genial, voy a vivir mi vida y a hacer lo que quiera y no lo que me digan.

Narra Eleanor*

-Bueno, Liam dice que esta en la 201 intentando de despertar a Niall y que Zayn y Harry están en la 208...-le estoy diciendo a Louis mientras leo su mensaje, antes de que me interrumpa.
-Yo ayudo a despertar a Niall, tu ve con los otros dos-dice corriendo.
-¿Por que tanta prisa? Harry es tu amigo, ¿sabes? Quizás quiera hablar contigo de lo que le pasa con Ana.
-Ya hablo ayer con Zayn, me mando un mensaje diciéndome que se acababa de quedar dormido después de tirarse media hora llorando. No me gusta verlo mal, además no puedo ayudarlo.
Los dos cerramos la puerta de la habitación y nos dirigimos al ascensor. Cuando estamos dentro me quedo mirando la cara tensa de Louis y pregunto:
-¿Estas enfadado con Ana?
-¡En absoluto! Esta en su derecho de hacer lo que quiera, además me parece que tiene razón en lo que dice. No estoy enfadado, estoy preocupado por Harry.
-Entrara en razón-le digo.
-Eso espero.

Narra Ana María*

-Me voy Ana...¿Seguro que vas con papá y mamá? Te puedo esperar y así te vienes ya conmigo...
-No, de verdad. Ve tu, nosotros llegaremos en seguida-le contesto con la voz ronca que se me queda al estar recién levantada.
Mi hermana me mira con preocupación mientras hago la cama pero yo la ignoro y sigo a mi tarea. Cuando me canso de estar haciendo la cama con los ojos de mi hermana puestos en mi cogote, la miro y le digo:
-Marta, en serio, vete. Que yo quiero ir con mamá y con papá, que los he echado de menos-Marta enarca una ceja.
-Ana, no me mientas.
-Mira, haz lo que te de la gana.
Unos minutos más tarde Marta se acerca a darme un beso y se va de casa.
Yo termino de hacer la cama y me voy al baño con la ropa que me pondré hoy. Cuando me miro al espejo, lo primero que se me pasa por la cabeza es la cantidad de maquillaje que me tendré que echar para que parezca que no tengo los ojos tan hinchados como un pez globo.
Cuando estoy en la ducha pienso en lo que me dijo Harry. ¿De verdad quería dejarlo? No podía quitarme de la cabeza esa pregunta. Se que estaba enfadado conmigo, mucho; pero creí que nuestro amor podría con todo, que podría perdonarme por no quedarme con él... Ahora no lo tengo tan claro...

Narra Niall*

Sonia!-grito saliendo corriendo del ascensor y dirigiéndome a la recepción.
-¿Que pasa?¿Que pasa?-grita en español.
Cuando estamos los dos uno en frente del otro le digo con una sonrisa:
-Hola.
Ella resopla y mira al resto de chicos que han salido más lentamente que yo del ascensor y que ahora se unen a nuestra "conversación".
Sonia vuelve a parlotear en español con una sonrisa y nosotros nos ponemos a asentir con caras de tontos como si entendiésemos todo lo que nos decía pero vamos que nada, ni una palabra le pillo; va súper rápido...
Y en ese momento, asoma por la puerta el ángel más bonito, la salvación. Mi española.
Tita!-grita Marta y corre hacia ella.
Las dos se abrazan y vuelven a parlotear en español, sigo sin entender una palabra pero vamos que nos miran y se ríen, se están cachondeado de nosotros claramente.
-Mi tía decía que os fueseis a desayunar pero que os estaba preguntando que qué os pedía y que vosotros solo sabías asentir y sonreír-dice Marta dándome un beso en la mejilla y dándole la mano a Eleanor a modo de saludo mientras Zayn le desordenaba el pelo.
-Tortitas, tortitas...-dice Liam mientras todos seguimos a Marta a través del hotel en dirección a la parte reservada de la cafetería.
El hotel esta genial y la verdad es que ese reservado nos va a venir genial, así podremos estar con las familias de las chicas sin que nos hagan fotos ni nos molesten. Mientras que andamos por la cafetería todo el mundo nos mira y los camareros saludan y se paran a hablar con Marta en español.
Cuando ya ha saludado a todo el mundo, me mira y me tiene ver cara de embobado con la que la miro porque me pregunta:
-¿Que pasa?
Yo la agarro de la barriga y le digo al oído:
-Estas tan sexy hablando en español...
Marta se ríe y me besa con fuerza.

Narra Harry*

Cuando nos acaban de traer las cosas y todos empezamos a desayunar, algunos con más apetito que otros, porque yo no tengo ganas de nada; la puerta vuelve a abrirse y pasa la primera familia que llega.
Entran un hombre con gafas y cara amigable, alto y delgado y una mujer morena y elegante que tiene unos rasgos que reconozco.
Detrás de ellos viene una chica, de pelo rizado castaño con ojos triste e hinchados que me mira con dolor.
-Mamá, papá-se levanta rápido Marta.
Yo no aparto la vista de Ana pero puedo oír como Niall se atraganta de la sorpresa.
Todos ríen, pero yo no.

sábado, 6 de abril de 2013

CAPITULO 66 "Vuelta a casa"

Narra Cristina*

-Estoy un poco mareada... Paramos en el primer bar que veamos, ¿vale?-dice Marta, que ya lleva un rato con la ventanilla bajada para que le de el aire caldeado y que esta más blanca que la cera.
-Relájate preciosa-le dice Niall soplándole.
Marta ríe y le responde:
-No puedo relajarme si me soplas.
Pasamos un rato en silencio pues todos estamos realmente cansados. Yo apoyo la cabeza en el hombro de Liam, aunque ciertamente el roce no es agradable porque hace un calor del muerte. Ya me había acostumbrado al clima de Londres, por no hablar de que la última semana había estado en Alemania, y volver a la calurosa España, en pleno Agosto no era plato de buen gusto.
-¡¡¡¡¡Louis!!!!!-gritan de repente Clara, Eleanor y Zayn.
Yo pongo cara extrañada pero al poco tiempo me doy cuenta de porque gritan.
-¡Ponte ahora mismo los zapatos, Lou!-le grita Liam autoritariamente mientras todos nos tapamos la nariz.
Ana empieza a reír ante la situación pero no su hermana que dice:
-Dios, voy a vomitar.
-Louis, ¡que vomita! ¡Ponte los zapatos por Jesucristo! ¡Madre mía de mi vida que asco!-grita dramáticamente Niall mientras se levanta y saca la cabeza por la ventanilla como un perro.
Louis y Ana siguen riendo mientras el resto intentamos no respirar.
-Era una misión imposible tener un viaje tranquilo con estos-me dice Liam que esta rojo como un tomate y que también abre la ventanilla.
Yo rio ante el percal, Louis moviendo los dedos de los pies, Niall mencionando incluso al Espíritu Santo con media cabeza fuera del coche, Marta blanca como una tiza, el resto con las narices tapadas...
Que especiales somos todos aquí...

Narra Ana María*

-¡Ahí! Hay una gasolinera, paremos por favor...
-¿No podemos esperar a un bar, Marta? Tengo hambre...-dice Niall.
-Compramos algo en la gasolinera Niall porque además, de que Marta se encuentra mal, yo tengo que respirar aire fresco y no este de aquí, que esta viciado, gracias a Louis-dice Liam mientras Louis le sonríe inocentemente.
Al final, paramos en la gasolinera.
Marta baja corriendo y se va al baño velozmente. Cuando yo me dispongo a seguirla, Eleanor me coge el brazo y me dice:
-Yo voy con ella, ve con Harry y Louis a comprar comida para Niall.
Se porque lo hace, todos se han dado cuenta de que Harry y yo estamos enfadados. Poco falta ya para llegar a casa, donde me avasallarán a preguntas y les tendré que contar todo, así que no me resisto y mirando a los otros dos aludidos comienzo a andar hacia la tienda de la gasolinera. Ellos me siguen y a pesar de la tensión, rio al ver la cara del cajero que se queda asombrado al vernos entrar a los tres seguidos de los dos armarios que llevamos de guardaespaldas.


 

Los tres vamos juntos pero después siniestramente Louis desaparece entre las estanterías y nos quedamos Harry y yo solos.
-Coge esas chocolatinas, Harry.
Harry pasa de mi y sigue mirando la estantería sin hacerme caso. Tras un momento las cojo yo con rabia y le digo:
-Pareces un crio.
-¿Yo?¿Un crio? Mira la que fue a hablar, la que no puede estudiar en Londres porque se despistaría por estar con sus amigos y con su novio.
-¿Vamos a discutir otra vez? No es solo por eso Harry, no me entiendes y tampoco te molestas en hacerlo-levanto la voz- No puedo estudiar allí no solo porque me despistaríais; no puedo porque los paparazzis no me dejarían, porque mis compañeros me mirarían raro, porque no puedo resistirme a una salida con vosotros, porque prefiero estar con ellos y contigo antes que estudiando y se que no haría nada. ¿Tan difícil es de entender?
En ese momento llega Louis con dos bolsas de chuches en las manos y se queda quieto entre ambos.
-Chicos, ¿os gustan las chuches con azúcar o sin...?
-¡Muy difícil! Entiendo que sería complicado para ti pero estas despreciando la oportunidad de estar conmigo, Ana, conmigo-me dice Harry acercándose a mi gritando.
-Lo se, y no sabes lo que me duele no poder quedarme contigo pero esto es lo mejor-le digo.
Tras el enfado inicial porque Harry se comporte como se comporta, las barreras se vienen de nuevo a bajo y las lágrimas corren el peligro de correr por mis ojos.
-¿Lo mejor para quién?¿Para ti? ¿O para los dos? Porque no le veo nada positivo a que nos separemos sinceramente.
-También podemos coger unas bolsas de gusanitos o unos regalices o...-dice Louis intenta desviar el tema de una manera poco efectiva.
-¡Para los dos! Serán 9 meses, Harry, 9 meses. No es tanto-le digo acercándome a él y levantando las manos para cogerle la cara.
Él las aparta.
-Quizás sea poco para ti. Para mi, 1 día sin ti ya es una eternidad.
Los dos nos quedamos en silencio mirándonos sin saber que decir. Intensamente, dolorosamente...
-¡Oh, mirad! Chicles de mora, me encantan los chicles de mora-dice Louis enseñándonos una cajita sonriendo.
Harry resopla, se da la vuelta y sale de la tienda de la gasolinera.
-Harry, Harry, espera...
Le digo mientras voy detrás de él. Las puertas automáticas se abren y ambos salimos al exterior.
-Saldrá bien, Harry-le digo consiguiendo que se detenga-Todo ira bien por muy lejos que estemos, por mucho tiempo que no estemos el uno al lado del otro. Saldrá bien.
Harry sigue de espaldas y solo puedo oír su voz preguntando:
-¿Cómo puedes estar tan segura?
-Porque...porque...-titubeo pensando como poder decirle que lo que siento por él es eterno, que se que él siente lo mismo, que se que da igual todo el mal que me haga no estar a su lado porque podría soportarlo por años solo para estar con él un minuto...- Porque estamos destinados a ser.
Harry se da lentamente la vuelta, veo sus ojos llorosos y su labio tenso y no puedo evitar sentirme mal por hacerle pasar por esto; y por primera vez me arrepiento de haberlo conocido, me arrepiento de hacerle daño, me arrepiento de hacerlo preocupar por mi culpa.
-Eso es lo que yo pensaba. Ahora, pienso que quizás no estemos echo el uno para el otro, puede que nos hayamos equivocado y que lo mejor sea...
-¿Dejarlo?-le digo antes de que pueda terminar.


 

Él baja la vista, se da la vuelta, se mete en el coche y con fuerza cierra la puerta dejándome allí plantada con Louis detrás mía recogiendo una y otra vez las bolsas y bolsas que lleva entre los brazos y con mi hermana y todos nuestros amigos mirándonos preocupados y sorprendidos.

Narra Clara*

Bueno, el ambiente en este coche se puede cortar y no precisamente porque el olor a pies de Louis se halla convertido en verdadero queso...
Lo único que se oye es el sonido que hace Niall al mascar las patatas. Todos estamos en silencio mirando a ningún punto determinado, excepto mi dormilón que se ha dormido en mi hombro.
Estoy preocupada por la situación de Ana y Harry pero no puedo quitarme de la cabeza que cada vez estamos más cerca de nuestra ciudad. Pronto volveré a ver a mis padres...y les presentaré a Zayn...y no les va a hacer ninguna gracia. Cada vez que me acuerdo de como me hablaron por teléfono, de las cosas que dijo mi madre acerca de mi relación con Zayn, se me retuerce el estómago de nervios.
Sin embargo, por otra parte tenía unas ganas inmensas de llegar y verlos, son mis padres, están equivocados pero los quiero al fin y al cabo.

Narra Louis*

-Eehh gente arriba-empecé a decir bajito-Ya hemos llegado, despertad.
Todos se habían quedado dormidos y lo seguían porque no me hacían ni caso y estaban ahí intentando acomodar cabezas.
-Como no abráis los ojos, me quito los zapatos.
-¡¡¡No, no, no!!!-se pusieron a gritar todos incorporándose rápidamente en sus asientos.
-Mi cuello-dijo mi mitad a mi lado moviendo la cabeza lentamente de un lado a otro.
Todos a mi alrededor se pusieron a hacer lo mismo y se siguieron quejando hasta que el conductor dijo desde delante:
-Ya estamos, ¿a qué parte de la ciudad les llevo?
-¡Ostia!-dijo Zayn-No hemos reservado hotel y no creo que a vuestros padres le haga mucha gracia que metemos a todo el equipo en casa de alguna.
-Mi hermana y yo tenemos un hotel-dice la estatuilla medio dormida y moviendo también el cuello.
-¿Qué dices? Anda Ana, duérmete otro ratito, hija-le digo.
Marta, Cristina y Clara comienzan a reírse y nos comunican a todos.
-¡Qué es verdad!
-¡Conductor, al centro de la ciudad!-gritan las españolas locas.

Narrador Omnisciente*

Miguel, el padre de Ana y Marta hace ya un rato que se fue a casa. Ahora se encuentra en la recepción del hotel mas bonito y céntrico de la ciudad, la tía de las chicas, Sonia. Habla con su hija Paula por el móvil, pero al oír que la puerta se abre, se despide y se apresura a cortar.
Cuando mira en dirección a la puerta se encuentra a cinco chicos a los que conoce muy bien y a una chica joven que le suena de algo. Los ídolos de sus sobrinas y de su propia hija. Bueno ídolos, ya no eran, por lo que le había contado su hermana, la madre de las chicas, Elena; y por lo que había leído en las revistas de cotilleos, sus sobrinas eran las novias de esos cantantes ingleses.
Todos reían y hablaban en susurros mientras se acercaban al mostrador de la recepción. Sabían que esa mujer era la tía de Ana y Marta porque ellas se lo habían dicho, y también sabían que no entendía ni una palabra de inglés así que deberían echarle imaginación al asunto y apañárselas solos, porque las chicas para ahorrarse más vueltas habían decidido ir en el coche directamente cada una a su casa.
-Niall, tu eres el medio español, dale-empuja Zayn a su amigo.
Niall se aproxima al mostrador, carraspea y empieza:
-Hola, ¿que pasa?
-¿Qué tal?-le apoya Liam mientras el resto ríe.
-¡Piñata!-grita Louis.
Sonia los mira estupefacta.

Narra Clara*

-¡Hola! ¿Hay alguien en casa?-grito entrando en mi casa.
Puedo oír como las voces procedentes del salón cesaban de hablar.
-¿Clara?-grita mi padre.
De repente mis padres aparecen por la puerta del salón, yo suelto mis maletas que caen al suelo con un golpe seco y después me abalanzo hacia ellos. Tras unos minutos de abrazos y besos, mi madre me aparta bruscamente de su lado y con su típica voz autoritaria me pregunta:
-¿Qué haces aquí? Aún no ha acabado el verano... ¿Te ha hecho algo el chico ese?
-Mamá-le digo con tono de reproche-No me ha echo absolutamente nada...
Mi madre me mira con recelo y comienza...
-Por ahora no, hija, pero ¿qué te crees? Es un viva la vida, un cantante, una estrella. Cuando se aburra de ti, te dejara y se irá con otra porque tiene a miles y miles de chicas, Clara. Lo que me extraña es que tu hayas caído en esta trampa. Eres una chica lista, no puedes dejarte engañar por una cara bonita, una voz famosa y un carácter afable...
-¡Se acabo, mamá!-le grito-¡No quiero oír más estupideces, que es lo único que pareces saber decir últimamente!
Nunca le he hablado así a mi madre pero últimamente esta más cansina que nunca y yo más madura y segura de mi misma.
-Os quiero y me gustaría que aceptarais y respetarais mis decisiones. No voy a ser quien queráis, no voy a hacer lo que me ordenéis, voy a ser yo misma. Y podéis aconsejarme, claro que si, pero no ordenarme. No soy una cría, se cuidarme sola.
Mis padres se que quedan estupefactos ante mi reacción, su semblante es imperturbable pero puedo notar una furia contenida en los ojos de mi madre. Me acerco y les doy un beso a cada uno, cojo mis maletas diciéndoles que mañana hablaremos y me dirijo a mi habitación cuando caigo en algo:
-Por cierto mamá, si que me ha hecho algo el chico ese-le digo mirándola seria- Me ha hecho la chica más feliz del mundo.
Me doy la vuelta y sonrió.
Las ranitas no son tontas, son fuertes y rebeldes.

Narra Marta*

-Me he dejado las llaves en Londres...-dice mi hermana.
-Ana, te dejas la cosas perdidas por medio mundo-le reprocho- Bueno, habrá que llamar al timbre.
Llamo al timbre del portal y espero.
-¿Si?-se oye la voz de mi madre.
-¡Mamá!¡Mamá! ¡Somos nosotras, abre!-le gritamos mi hermana y yo.
-¡Aaahhhhh!¡Miguel!¡Miguel! ¡Las niñas!-se oye el pitido de la puerta y las dos empujamos.
Mientras subimos las escaleras del portal, vamos soltando maletas y oímos el cerrojo del primer piso que se abre. Cuando llegamos las dos jadeando del ejercicio repentino y la emoción, ahí están nuestros padres con los brazos abiertos.
-Marta, estas muy delgada-me grita mi madre al oído.
-Estoy como antes mamá, es sólo que hace mucho tiempo que no me ves-le digo alejándola de mi-¡Papi!
Después de los besos y abrazos, recogemos las maletas que hemos ido dejando por las escaleras con ayuda de nuestro padre y entramos en casa.
Nos sentamos un rato en el salón y nos ponemos a contarle toda nuestra historia por encima, sin entrar en detalles. Se nota que mis padres están realmente sorprendidos y algo asustados cuando le hablamos acerca de los percances de Twitter y el problema con la fan loca que se dirigía hacia Cristina con un cuchillo, pero también nos preguntan acerca de nuestros viajes y de los chicos. Estaban preocupados, pero no enfadados.
-Bueno, es tarde. Estaréis cansadas, iros a acostar-dice mi papi.
-Si, eso, que mañana nos espera un gran día-digo.
-¿Mañana?¿Por qué?-dice mama.
-Porque los chicos han venido con nosotras-le responde Ana-Están alojados en el hotel.

Narra Cristina*

Entro por la puerta y rápidamente grito el nombre de la personita que más he echado de menos:
-¡Antonio!
Del salón oigo el gritito que da mi madre; me dispongo a avanzar hacia el salón, pero al segundo unos delgados brazos se abalanzan sobre mi y me aprietan contra él fuertemente.
-¡Cristina!¡Cristina!
Se me escapan una lágrimas mientras lo oigo. Lo he echado tantísimo de menos. Al momento llegan mis padres y se unen también al abrazo.
Mi hermano se deshace del abrazo y se pone a gritar:
-Ehh, ¿y dónde esta ese chico? Lo voy a matar, le voy a dar un puñetazo, y una patada y después...-se pone a decir mientras da puñetazos y patadas al aire como un loco- Me ha robado a mi esposa, le voy a meter una paliza.
-Antonio, entiéndelo, eres mucho más pequeño que yo y soy tu hermana, esto no habría funcionado-le digo dramáticamente.
Él ríe y se abraza a mí, de nuevo.
-Pues yo también quiero decirle un par de cosas a ese chico...se va a enterar-dice mi padre.
-¡Papá! ¿Ya me vas a enfadar?
-Déjala, no ves que nuestra niña esta de vuelta. No la enfades y disfrutémosla el tiempo que se quede.-dice mi madre entre lágrimas-Te hemos echado mucho de menos y bueno...cuéntame, cuéntame cosas.