Todos hablaban animadamente cuando la puerta de cristal del restaurante volvía a abrirse. Ya estábamos todos: nosotros, las chicas y sus padres; excepto los de Clara, a los que todos sin preguntarle si quiera, sabíamos que no teníamos que esperar. ¿Quien entraría por esa puerta? Mientras volteaba la cabeza para ver al recién llegado, pasee mi vista por los rostros de la gente a mi alrededor. Pude percibir la mirada tensa y algo preocupada de Sonia, que miraba a un punto, la vista fija y curiosa del recientemente más silencioso de lo normal: Zayn, y la sonrisa en el rostro de Ana...
Un momento...
¿Qué era eso que había echo sonreír a Ana como una boba?
-¡Iván!-dijo mientras se levantaba.
Un momento, un momento...¿quien es Iván?
Narra Paula*
Puto cochecito de las narices...
Entre el calor sofocante que hace y tener que ir empujando toda la cuesta la mierda de cochecito, el niño llorando y yo amargada por tener que ir a donde tengo que ir; me planteé si abrir la puerta del restaurante o dejarla cerrada y largarme.
La puerta del restaurante era de cristal, así que podía ver a todos los que se encontraban dentro; ellos estaban demasiado ocupados como para fijarse si quiera en que yo estuviese allí fuera, así que los observe.
Uno por uno... Estaban mi madre, mis tíos, los padres de una de las amigas de mis primas, las amigas, mis primas, Eleanor y los chicos.
Me fije especialmente en ellos. No cuadraban en ese ambiente...o quizás fuese que jamás pensé que llegase a verlos allí, en el restaurante del hotel de mi familia, charlando como si nada.
Cuando me fije en el último, lo vi mirándome. Cambie la expresión de mi cara curiosa a la que tenía siempre: neutral y algo descarada; e hice un gesto como diciéndole que que miraba, subiendo en una especie de aspaviento los hombros y las cejas. Zayn me miro con recelo pero no aparto la vista (que era lo que yo esperaba). Eso me quedo algo desconcertada, así que levanté los brazos en alto de forma amenazadora mientras me acercaba a la puerta dejando a mi hermano en el cochecito detrás. El lo único que hizo fue subir una ceja inquisitivamente, confuso. Resoplé. Ya lo único que podía hacer era ponerme a darle puños a la puerta o entrar acercarme a él, cogerle la cabeza y volteársela para que mirara a otro lado, pero supongo que eso habría sido demasiado. Me estaba retando a no apartar la vista y hasta ese momento nadie lo había echo, no se si era por la advertencia que llameaba en mis ojos constantemente o por mi altanería pero todo el mundo apartaba la vista de mi, cuando yo quería.
Empecé a andar de espaldas hacia el cochecito pero me choqué con una silla, aún así no deje de mirar al chaval; después paso un camarero al que casi le caigo la bandeja encima pero seguí sin desviar la vista. Él, que había cambiado su expresión atenta a una divertida, prorrumpió en una carcajada que pude oír claramente incluso a través del cristal, cuando me vio intentando obstinadamente de coger los mangos del cochecito sin mirarlos. Al final meneo la cabeza mientras reía y apartó la vista.
A punto estuve de saltar gritando que había ganado pero dos cosas me lo impidieron. La primera, la confusión de por que había tenido que retener una sonrisa cuando lo había visto riendo; la segunda, la risa de Zayn había alertado a algunos comensales, entre ellos mi madre que me miraba y me hacia gestos para que entrara.
Cogí los mangos del coche y me dispuse a entrar.
Narra Ana Maria*
-¡Iván!-grite mientras me levantaba con una sonrisa de oreja.
-Ana,Ana,Ana,Ana,Ana...-se puso a decir sin parar mi primo de año y medio, mientras me echaba los brazos para que lo cogiese.
Y lo hice al vuelo porque sino podría haberse caído de la silla, ya que mi prima Paula no paraba de dar tirones del carrito porque una rueda se había quedado encajada en la puerta y la muy burra en vez de moverlo, daba tirones para sacarla.
Mi hermana se acercó rápidamente para hacerle carantoñas a mi primito y mi tía se puso a echarle la bronca a mi prima.
-¿No ves que puedes romper el coche con esos ademanes?
-No lo hubiese podido romper si no me hubieses mandado a por el niño y me hubieses dejado tranquila con mis amigos.
-¿Haciendo que? ¿Algo más importante que venir a ver a tus primas que han pasado tanto tiempo fuera?
-Algo mucho más importante, si.
Todo el mundo se había quedado callado, incluso mi primo dejo de repetir mi nombre como un loro.
-Ya esta, Sonia. No se ha dado cuenta...-intento de apaciguar el ambiente mi madre.
Mi prima roja de ira, saco su iPod del bolsillo y se fue a un rincón alejado donde se sentó. Al parecer seguía como siempre...
Narra Marta*
Lo bueno de tener un bebe en la habitación es que todas las miradas sin excepciones, van para él. A la gente le encantan los bebés con sus babitas, sus gorgoritos, sus manos rechonchas y sus ojos despiertos. Un bebe viene bien cuando quieres pasar desapercibida.
Me levanté de la mesa sin hacer ningún ruido y me alejé hacia la esquina de la habitación donde estaba mi prima, me fuí, bajo la atenta mirada de mi chico...al que le gustan los bebés, pero más yo y mi culete.
-Paula, no me has ni siquiera saludado. ¿Qué tal?-le dije dándole dos besos, que me respondió con algo de desgana.
-Ya ves...aquí...
Me quede mirándola. Siempre ha sido una chica algo retraída, supongo que las circunstancias la hicieron así. Mi tía y su padre se separaron al tener ella 5 años; siempre ha vivido una vida llena de discusiones y guerras internas, sin estar nunca del todo en un bando o en otro siempre ha sido una extraña en ambos.
Paula me miró un momento, meneó la cabeza y se quitó rápidamente los cascos.
-Marta, yo... Quería venir a veros y me alegro de que estéis bien y felices... Sólo he dicho eso para cabrear a mi madre...no lo sentía de verdad... Odio que me diga lo que tengo que hacer, ya lo sabes...
Solté una risita y la abracé con fuerza. Ella me rodeó con sus brazos también, esta vez con más entusiasmo. Yo le di un besito en el cuello.
-¡Ya lo se tonta! No te preocupes.
Siempre ha sido retraída y guerrera y firme defensora de su libertad pero por encima de todo, siempre ha sido muy buena chica; al menos con todo el mundo que no sean sus padres.
-Anda, ven...que te voy a presentar a mi novio y al resto.
Narra Zayn*
Cuando se acercó a darme dos besos, la mire a los ojos. Me gusto volver a hacerlo, me gustaba ver su cara de disgusto cuando lo hacía. Sus ojos eran marrones claros, rasgados, grandes, parecidos a los de Ana. La nariz pequeña y respingona, el pelo era liso y marrón, estoy seguro del que al tacto sería sedoso, muy, muy suave. Lo que más me llamo la atención fue la boca, tenía los labios gruesos, carnosos y al natural.
-Encantado.
-Encantada.
Cuando le di dos besos pude oler su pelo, lavanda. Pero también olí otra cosa...olía a tabaco. Iba vestida con ropa sport y sin pintar.
Su ropa, su mirada descarada y dura, su comportamiento...todo hacia ver que era una chica mala, como a mi me gust...
Un remordimiento me recorrió la columna vertebral, hasta llegar a mi nuca, lo que me provoco un dolor en el cuello, en la cabeza y mas intensamente en el corazon. Hoy no es mi día.
-Voy a salir a tomar el aire, ¿vale?-dije interrumpiendo la conversación que se había formado en torno a Paula. Louis le hablaba y el resto reía; ella solo asentía y le miraba más animada pero no sonreía. Al parecer tenías que ganarte más puntos para ver su sonrisa.
-¿Te acompaño?-me dijo Clara agarrándome del brazo.
-No, prefiero ir sólo.-le dije al más duramente de lo que quería. Para redimirme, le sonreí y le di un pico.
Y salí a la calle para intentar aclarar mis pensamientos.
Narra Liam*
-¿Esta algo raro, no?-menciono Clara mientras todos veíamos a Zayn salir por la puerta hacia la cafetería y después a la calle.
-Yo también voy a salir. Adiós.-Harry salió por donde Zayn.
Ana le miró suplicante con Iván en brazos mientras pasaba por su lado. Harry ni siquiera movió su cabeza, ni cambio su expresión.
El círculo que habíamos formado se quedo algo tenso y en silencio, hasta que Eleanor nos instó a sentarnos en una mesa, algo más apartada de los padres; los cuales habían empezado una animada conversación y no queríamos molestarlos hablando nosotros.
Se formaron dos grupos: los papis españoles y los chicos que hablaban en inglés.
-Esto se nos esta llendo de las manos-me dijo Cristina en susurros.
-¿Eh?
-¡Que esto es un desastre!¿Qué le pasa ahora a Zayn?-dijo gesticulando exageradamente, lo cual hacia cuando estaba muy nerviosa.
-No tengo ni idea... Esta así desde esta mañana.
-Pues no lo entiendo, de verdad...
Yo tampoco lo entendía, estaba más confuso que nunca, no entendía absolutamente nada. Sólo espero que todo se solucione...
De repente mi ceño fruncido se relajó, la expresión tensa y pensativa de mis ojos cambio a una de sorpresa, mi cuerpo se tenso como un resorte y mis pensamientos de preocupación se disolvieron en el aire, cuando sentí la pequeña y dulce mano de Cristina en mi pierna.
Volteé la cabeza para mirarla extrañado y ella solo me levantó las cejas y los hombros con una pequeña y burlona sonrisilla en sus labios para después decir:
-Obviamente son nuestros amigos y nos tenemos que preocupar por ellos pero no toda nuestra vida debe girar en torno suyo...yo también me lo quiero pasar bien...
Estas últimas palabras las dijo acercándose a mi para después darme un corto pero intenso beso en los labios, que me dejócon ganas de más.
Narra Zayn*
Hacía un calor horroroso fuera. Esto parece un infierno, no solo por el calor sofocante que quema la piel; también por la tortura a la que me estaba sometiendo yo mismo allí.
Saqué un cigarrillo, lo encendí y comencé a fumar. Fue reconfortante darme cuenta de que eso seguía como siempre, fue reconfortante sentir el sabor del tabaco bajando por mi garganta.
Al momento Harry salió por la puerta de la cafetería y se posicionó a mi lado. No dijo nada, simplemente se quedo allí, a mi lado, quieto. Y los dos sabíamos lo que pensábamos. Yo sabía porque el había salido, lo había echo porque odiaba ver a Ana y no poder demostrarle que la quería a cada maldito instante y él no sabía porque lo había echo yo, pero lo intuía, sabía que era algo que me martirizaba y que necesitaba ayuda...simplemente estaba esperando a que hablara y no tarde en hacerlo.
Le di un calada fuerte al cigarrillo y lo miré, girando la boca mientras expulsaba el humo, para que no le diese en la cara.
-¿Sabes? Ayer me enseñaste lo que era el amor.
Harry que tenía la cabeza gacha la levanto levemente pero seguía sin mirarme.
-Ayer cuando te pusiste a decir esas cosas maravillosas de Ana, me di cuenta de que mi sentimiento por Clara no es tan fuerte. No es el mismo...-le mire esperando que me dirigiese una mirada reconfortadora, animándome a continuar. Al parecer la gravedad de lo que decía, despertó a Harry, que ahora si, me miraba con los ojos como platos y algo extrañado.
-La quiero, quiero a Clara-dije con rudeza y enfatizando cada palabra-Pero no como lo debería hacer-añadi más bajo-No como lo hacéis tu o Liam o...no he hablado con Louis y Niall pero estoy seguro de que ellos me dirían algo muy parecido a vosotros, algo que yo no tengo claro y que no puedo decir.
Harry carraspeo.
-No todos amamos igual, Zayn.
-No todos queremos igual, pero amar...-sacudí la cabeza- Amar, amamos todos igual. Podemos tener diferentes formas de amar pero el sentimiento es siempre igual y es eso lo que yo no siento.
Nos quedamos un rato en silencio. Yo dando caladas desesperadamente y Harry mirando a un punto infinito.
-¿Estas seguro de lo que estas diciendo?-dijo de repente mirándome- Yo siempre os he visto muy enamorados...Mira Zayn, estas confundido y te estas agobiando tu solo, relájate, piénsalo y verás como te darás cuenta de que la quieres y...
-Quererla, la quiero y es por eso por lo que tengo que aclarar cuanto antes mi mente para no hacerla sufrir, para no hacerla creer cosas que no son verdad. Le he dicho cosas...le he jurado amor eterno y no se si...
-¿Le has mentido?-dijo con un tono acusador Harry.
Me quede pensativo.
Respira. Piensa. Repasa los momentos juntos.
Cigarrillo a la boca. Aspira. Expira. Piensa.
Giro la cabeza y miro los verdes ojos de Harry que esperan una respuesta impacientes.
-Puede que me haya mentido a mi mismo.
Harry resopló y se revolvió los rizos.
-Madre mia...
Narra Clara*
Sentada en la mesa me siento sola. Los padres de las chicas están en el restaurante y los míos no. Me siento la diferente, el bicho, la que destaca. Todas están riendo, incluso Ana que esta dándose besitos en los labios con el pequeñín; y más fuerte, Paula también. La seria y algo macarra prima de las hermanas parecía que ya se había integrado en el grupo y soltaba alguna risita tímida cuando Louis, el eterno alma de la fiesta la seguía intentando hacer reír de verdad, a carcajada limpia.
Y yo estaba allí sola. Sin padres, sin la atención de mis amigos y sin novio. Estaba algo molesta con Zayn. Sabía que la situación no tenía que ser del todo fácil para mi en casa cuando me había venido sola y ni si quiera se había dignado a mirarme por más de 5 segundo a los ojos, ni me había dirigido una mirada reconfortante, ni me había besado en condiciones. Estaba raro y un novio raro, después de lo que había echo por él, retar a mis padres y rebelarme, era lo que menos me esperaba y quería.
Voy a salir a buscarlo y se va a enterar.
-Voy a hablar con Zayn-informé antes de levantarme...nadie me hizo caso.
Salí del restaurante y fuí caminando hacia la puerta que daba a la calle. Al abrirla y asomar la cabeza pude ver a Zayn y a Harry hablando, los dos estaban algo nerviosos se les notaba por la manera de mover las manos y la cabeza. Me alarmé, ¿de qué estarían hablando? Puse el oído, para ver de que me enteraba pero entonces alguien dio un golpecito en la puerta de la cafetería y me sobresalté.
-Esta mal espiar, Clara.-me dijo Ana.
Le sonreí y salí de mi escondite, dejándola en la cafetería paseando a su primo y haciendo que Harry y Zayn parasen de hablar. Me acerqué lentamente a ellos. Mientras lo hacía, Harry se apresuró a susurrarle algo en el oído y a mirarle como advirtiéndole, tras esto dio media vuelta y mirándome con una sonrisa dijo:
-Yo ya me iba.
Asentí sonriéndole al tiempo que ponía una mano en mi brazo y lo apretaba suavemente. Recorrí los últimos metros que me faltaban hasta Zayn, que miraba a un punto más lejano que el mío, supongo que a Harry; y me quede muy cerca suyo.
-Zayn, ¿te pasa algo?
Él me miró por un largo instante a los ojos, con una mezcla entre miedo y algo que pude reconocer como...¿culpa? Abrió la boca como si fuese a decir algo pero se paró de repente y la cerro con fuerza. Lo vi tan confuso y tan dolido que el impulso que sentí de protección y cariño hacia él, me hizo darle un beso. Me acerqué, le cogí desde la nuca con una mano y con la otra recorrí su hombro y parte de su espalda, enredé mi lengua con la suya y acaricie suavemente sus labios. Intente transmitirle con ese beso todo mi amor.
Cuando nos separamos, quede mi frente pegada a la suya; rozándose nuestras narices pude sentir su aliento en mis labios. Le miré y el me miró, me sonrió sinceramente y acariciándome con delicadeza la mejilla me respondió al fin.
-Nada. No me pasa nada.
Y lo sentí como siempre, cariñoso, bueno, rebelde y mío. Como siempre excepto por esa duda y esa...¿culpa?; que reflejaban sus ojos.
Narra Harry*
Me fuí a paso veloz, no me quería quedar a ver lo que podría pasar si a Zayn le daba un arrepio y sin pensárselo la liaba. Cuando llegue a la puerta de la cafetería, mire hacia atrás y vi a Zayn quieto mientras Clara se acercaba a él. Le hice señas con las manos, para que actuara tranquilamente y se pensara las cosas, mientras pasaba a la cafetería.
Como estaba mirando a otro lado cuando entre sin mirar al frente, por la puerta, me choque contra algo. Me choque contra alguien y no de una manera muy adecuada. Choque algo contra algo que no se deben chocar en ciertas situaciones...
Ana estaba paseando a su primo agachada de una forma demasiado sensual, con el culo en pompa agarrando con sus manos las de su primo; y yo, al entrar, de repente, y sin apenas mirar, choqué mi entrepierna con su culo.
-¡Eeehhh!-grito Ana cogiendo a su primo y dándose la vuelta enfadada.
Al percatarse de que era yo, perdió la expresión de enfado y se quedo mirándome seria.
-Lo siento, ¿eh? No quería darte con...-tartamudeé-con...vamos, que no quería darte en el...no quería darte en ningún lado con nada...aquí y ahora...-me refregué la cara con las manos ante la atenta mirada de Ana- Aaiii Dios, ¿te he hecho daño?
Ana me seguía mirando, en sus ojos se reflejaba la risa y supe que se estaba aguantando una carcajada. A mi también me entraron ganas de reír así que me mordí los labios para que no se me notase y baje la vista pero no aguanté mucho rato y solté una risita, que vino acompañada con una carcajada de Ana a la que siguió una mía.
La mire mientras los dos reíamos, me fije en sus labios tensos por la carcajada y en que sus ojos formaban arrugas al cerrarlos un poquitín al reír. Los dos fuimos perdiendo fuelle hasta que nos quedamos en silencio.
-¿Podemos hablar?-le pregunté.
-Si-me respondió.
Y ese <<si>> me supo a gloria viniendo de sus labios y en esos momentos.
NOTA: Este capi va dedicado a las cumpleañeras de este mes: Lidia y Laura :))