-Me voy a por mi Coca Cola, ya que Zayn parece haber desaparecido otra vez-dijo Niall.
-Aquí desaparece todo el mundo-sentenció Eleanor.
Hacia cómo una hora que Paula se había ido, al momento salió Zayn para pedir unas bebidas y aún no había regresado. Hace menos de una hora que se había ido Liam a por el móvil y no volvía. Tras lo cual, inmediatamente, se fue Cristina "al baño" y tampoco ha vuelto. Harry y Ana no aparecen, lo que se extiende también al bebe.
-¿Nos vamos a dar una vuelta?-pregunto Marta.
-Zayn esta raro hoy o, ¿me lo estoy imaginando?-pregunté con curiosidad.
-¿Raro en que sentido?-me dijo Louis.
-Raro, no se explicarlo. Esta como evasivo conmigo, me rehuye, desaparece.
Los chicos levantaron los hombros indicándome que no sabían nada.
-¿Podríais preguntárselo?-les dije con cara de súplica.
-No nos pidas eso...-me respondió Niall como disculpándose.
-Verás Clara, Zayn, es muy reservado. No le gusta que le preguntemos nada cuando lo vemos raro o triste. Cuando este preparado para contárnoslo nos lo dirá; en el caso de que tenga algo que decirnos, porque yo no lo veo muy distinto a como suele ser normalmente, quizás este cansado y sea sólo eso-me intentó convencer tranquilizadoramente Louis.
Suspiré, dejando el tema aparcado, pero me mostré descontenta e insatisfecha con sus explicaciones.
De repente la puerta del restaurante se abrió. Harry y Ana aparecieron agarrados de la mano.
-¡Parejita!-gritó Niall.
-¿Otra vez, Harry?¿Otra vez?-dijo Louis indignado-Creí que ya había quedado claro que no me podías poner los cuernos con Ana.
-No he podido evitarlo.
-¿Ya estáis bien?-pregunto Marta emocionada, mientras daba palmitas y saltaba en la silla.
Harry y Ana se miraron y se sonrieron amorosamente, dándonos a entender cual era su respuesta. No dijeron ni una palabra, pero no hacia falta.
-Entonces, ¿te vienes a Londres este año?-dijo esperanzada Eleanor, haciendo que el resto levantarán la cabeza, dejarán de reír y abrieran de par en par los ojos.
-No, me quedo en España-respondió Ana.
Todos bajaron la cabeza y resoplaron apenados.
Pero Harry y Ana seguían sonriendo, a pesar del futuro desagradable que se les acercaba, a pesar de saber que en unas pocas semanas se separarían por un periodo de tiempo más largo del que cualquier pareja enamorada quiere pasar. Y aún así, sonreían.
Y yo estaba triste y mustia como una hoja que se cae en otoño, yo, que me iba a quedar todo el año en Londres, que iba a poder ver a Zayn cada vez que quisiese, que iba a poder ir a sus conciertos y que iba a estudiar en una prestigiosa universidad. Y aún así, estaba triste, triste y mustia y sin ganas de hacer nada, porque yo no tenía a Zayn a mi lado, ni sonreíamos.
Narra Zayn*
-Despacio, despacio...-le dije a Paula, cuando empezó a reaccionar, agarrándola del brazo derecho obligándola a apoyar la cabeza en la pared del portal donde la había dejado después de echar a la loca con la que se estaba peleando.
Se quedo un momento allí apoyada con los ojos cerrados, yo no pronunciaba palabra, no quería asustarla o ponerla nerviosa. Le había limpiado la sangre que emanaba del labio roto y había comprado una botella de agua helada en un bar cercano para echarla en un pañuelo que encontré en mi pantalón y así poder refrescarla un poco y de paso rebajarle con frío el dolor que tenía que sentir en el golpe de la sien.
Cuando abrió los ojos se quedo asombrada mirándome, supongo que sería la persona que menos esperaría encontrarse. Se le desorbitaron un momento los ojos, se recompuso rápidamente y su expresión entre miedosa y asombrada, cambio radicalmente a la típica expresión que reinaba en su rostro, soberbia y segura, aunque algo tensa.
-¿Qué haces aquí?-me preguntó.
Yo me quede algo confundido y enfadado, me había costado mucho echar a esa tipa y además la había cuidado, para que me dijese que qué hacia allí.
-¿Yo?¿Tu me vas a preguntar a mi?¿Qué hacías tu peleandote con una tía?
Paula se terminó de tensar entera, sus gruesos labios se convirtieron en una fina línea, pude sentir como sus manos se crispaban y su espalda se enderezaba de repente.
Se levantó velozmente y se tocó el bolsillo trasero con una expresión de horror absoluto en su cara, como cuando crees haber perdido el móvil y te palpas entero esperando encontrarlo, pero mil veces peor. Su expresión se relajó en parte y después me miro como si no me hubiese visto hasta ahora. Hizo un ademan como despidiéndose y se dio la vuelta.
-¡Eh!¿No vas a responder a mis preguntas?-le iba diciendo mientras la seguía- ¿Ni si quiera me darás las gracias?
-Gracias-dijo mientras seguía andando y sin ni siquiera voltear la cabeza.
-Al principio pensé que no conocías a esa tía y que te atacaba sin más, pero después de ver como te comportas...supongo que sabías quien era y que quería...-tenía la sartén por el mango y me iba a aprovechar de esa situación-Me podrás decir tú quien era o quizás deba contarle a tu madre lo que he visto y preguntarle por si ella la conocía.
De repente Paula se paró en seco, se dio la vuelta velozmente y me agarró del cuello de la camiseta.
-Tu no vas a decirle nada a nadie.
-Oohh, claro que se lo diré, a quien sea para mantenerte a salvo, ya que esta claro que tu no sabes cuidarte sola.
-¿Sabes? No soy una princesa en apuros, ni tu eres mi héroe, así que déjame en paz y desaparece de mi vista cuanto antes. No te necesito ni a ti, ni a nadie.
Se volvió a dar la vuelta y yo aproveché ese momento para intentar de buscar eso que tenía en el bolsillo trasero y que tanto miedo le había dado perder en manos de esa loca.
En cuanto sintió mis dedos rebuscando, se fue a dar la vuelta, pero antes de que pudiese la agarré de la cintura con fuerza impidiendo que se pudiese dar la vuelta y pegarme un puño.
-¡Sueltame!¡Que me sueltes!-no paraba de moverse y dar saltitos haciéndome dura la tarea de llegar a eso que escondía con tanto celo.
Cuando por fin lo saqué, averiguando que era, solté a Paula que se quedo mirándome, mientras yo no podía apartar la vista de esa bolsita de plástico llena de polvo blanco.
Narra Niall*
La verdad es que ver a Harry y Ana venir de la mano fue un alivio. Por fin las cosas seguían su cauce, todo estaba solucionado, todas las parejas éramos de nuevo esas que un día fuimos...o eso creía en ese momento.
-Me voy a por mi Coca Cola, porque me parece ridículo seguir esperando a que Zayn las traiga, la verdad...-dije levantándome.
-Tráeme una Fanta a mi, por favor-me dijo Ana.
-Una Coca Cola.
-Otra.
-Acuarious.
Se unieron algunos más. Resoplé y respondí:
-¿Qué pasa?¿Esperabais a que me levantase o qué?
Cuando salí del restaurante, me fijé en que la cafetería estaba considerablemente más llena, sobre todo de gente joven. Supongo que se habría extendido el rumor de que estábamos allí y la gente se estaba acercando al hotel para confirmar o desmentir el rumor.
Sin embargo, la gente se mantuvo bastante respetuosa y solo tuve que aguantar unas cuantas miradas, un par de fotos y abrazos, hasta llegar a la barra. Cuando llegué me apoyé, y esperé a que se acercase el camarero; mientras, eché una ojeada a mi alrededor; los padres de las chicas ya habían vuelto y al parecer, al entrar Ana y Harry habían dejado al pequeñín con su madre. Los mire un momento pero rápidamente desvié la vista al ver a Miguel mirándome fijamente. Se le veía buen hombre (evidentemente era buen hombre si tenía hijas como las que tenía) pero era callado y eso me ponía nervioso. Quería evitar a toda costa hablar con él a solas...
-Hola.
Era Miguel...que suerte la mía...
Me di la vuelta y farfullé el peor <<hola>> español de mi vida antes de apartarme un poco dejándole hueco a él para apoyarse en la barra.
-¿Si te hablo lento me entenderás?-me preguntó.
Afirmé con la cabeza y esperé.
-Es evidente que mis hijas os quieren y por eso no las voy a prevenir de los riesgos que corren teniendoos como novios, pero habéis sido la peor elección que podían haber tomado.
Le miré algo sorprendido y bastante molesto, me pregunté a mi mismo si le habría entendido mal pero todo estaba bastante claro: Harry y yo no éramos bien recibidos para él.
La mirada de Miguel permanecía fría e impasible.
-Habéis sido la peor elección porque tendrán que aguantar y sobrellevar una vida que ellas no han elegido, una vida donde se sentirán agobiadas, vigiladas y amenazadas y todo por vosotros.
Bajé la cabeza, pensando en sus palabras y dándome cuenta de que tenía razón. Pero no por ello me iba a rendir y a guardar mis sentimientos; así que con el mejor español que pude, parándome a pensar en mis palabras de vez en cuando, confundiendo algunas terminaciones de verbos y teniendo que recibir ayuda incluso por parte de Miguel, le intenté expresar lo que sentía acabando con su dura charla. Más o menos, esto podría ser un resumen:
-Su hija...Marta, es la persona más increíble que he conocido en toda mi vida... Estoy seguro de que jamás podré encontrar a alguien como ella, porque la quiero con todo mi corazón, tal y como es. Amo todo en ella-me detuve para pensar mis próximas palabras, aunque el español fluía como nunca-Así que, como la quiero tanto y se que nunca encontraré a alguien tan afín a mi como ella, voy a luchar para permanecer a su lado, a pesar de lo que usted pueda pensar de mi. La defenderé siempre que haga falta, intentaré que permanezca lo más alejada posible de los medios, y cuidaré de ella si por alguna razón sale lastimada. Puede que no sea el mejor hombre que podía haber tenido a sus ojos, pero ella piensa que yo soy el mejor de los hombres, y con eso me basta.
Miguel se quedó parado mirándome. Bajó la cabeza, mirando hacia el suelo, mientras sacudía la cabeza y mostraba una pequeña sonrisa.
-Chico, eso que has dicho, es muy bonito pero no me has dejado terminar. Creo que por un lado habéis sido su peor elección, pero mis hijas no son tontas y aunque las circunstancias a las que las vais a someter no van a ser fáciles, se que han elegido a hombres que las quieren y que sabrán cuidarlas...-me miró y me puso una mano sobre el hombro aún con una sonrisilla antes de añadir- Y con este hermoso, a la vez que cursi discurso me lo has demostrado. Habéis sido su peor y a la vez, mejor elección. Estoy feliz de ver a mis hijas felices, no hagáis que mi alegría desaparezca.
Estas últimas palabras se tiñeron de una suave amenaza.
Me quede mirándole con los ojos abiertos de par en par, sin saber muy bien que decir a continuación. Así que sólo le sonreí y dije:
-No suelo ser tan cursi.
Miguel rió, palmeandome el hombro amigablemente.
-Te ayudo a llevar lo que pidas.
Narra Paula*
Le iba a quitar de un manotazo la bolsita que miraba embobado pero en el último momento, apartó rápidamente la mano, dejándola fuera de mi alcance.
-¿Te metes esto?
Obvie su pregunta y le grite:
-¡Dámelo!¡Te van a ver!¡Que me lo des!-le dije mientras saltaba para llegar a la droga.
-Dímelo, ¿te metes esto?-dijo tenso.
-¡Que no!¡Cállate, dame eso y te lo explicare todo!
Zayn se relajó un poco, pero sin bajar la mano con la bolsa, antes de añadir.
-¿De verdad?
-Te lo prometo.
Me miro un momento, mientras yo le echaba una mirada ansiosa. Cuando bajo un poco la mano, agarré la bolsa y me la guardé rápidamente en el bolsillo de los pantalones y miré a mi alrededor buscando a cualquier persona que nos pudiese haber visto.
-Habla.
No tenía escapatoria, se lo tendría que contar todo y no tenía ninguna gana. Le miré desafiante a los ojos, pero como las veces que lo habia echo en el dia de hoy, no me aparto la vista, se quedo fijo, sin pestañear, sin sentir miedo.
Me fuí a sentar a un banco cercano y espere a que él se sentase a mi lado, cuando lo hizo, suspire y empece.
-Lo primero de todo es decirte que no tengo ningún problema con la droga, ¿vale?-le dije bajando la cabeza.
-¿No? Entonces, ¿eres un camello?
-Más bien eso, si.
-¿Por que?-me pregunto.
Abrí la boca para responder pero antes de poder hacerlo, Zayn me corto para explicarse.
-Quiero decir-continuo-Lo tienes todo. Una familia, dinero, ¿por que te complicas la vida de esta manera?
-Y yo te pregunto: ¿por que no? No lo hago por nada en especial. Hacer esto para mi es como un trabajo, y ya esta. Gano mucho dinero.
-Un trabajo algo peligroso, ¿no crees?
Sonreí antes de añadir:
-Me gusta lo peligroso.
Zayn meneo la cabeza. No me entendía, nadie me entendía nunca.
-Verás...mis padres se separaron cuando yo era pequeña, nunca he tenido muy buena relación con ninguno de mis padres y mi carácter algo reservado y huraño no me ha costeado muchos amigos. Siempre...he buscado... meterme en problemas...-Zayn levantó su cabeza y me miro con sus grandes ojos marrones rodeados de largas pestañas con interés-Lo se, suena estúpido, pero una madre coraje ocupandose de su hija, de su trabajo y buscando recobrar su vida amorosa y un padre volcado por entero en su nueva familia no tienen suficiente tiempo para ocuparse por entero de una hija que no encaja en sus nuevas vidas-hice una pausa y me pase un mechón de pelo por detrás de la oreja-Meterse en problemas es la única manera de llamar su atención y así lo hago...me junto con mala gente, llego tarde a todos lados, les oculto cosas... aunque sólo sea para que me griten y se enfaden conmigo, ya me hacen caso. La primera vez que me sentí integrada fue en un grupo de gente marginal en mi instituto, una amiga me metió en todo este mundillo...y aquí estoy.
Sin darme cuenta le había contado toda mi historia; es como si en realidad se la quisiese contar a alguien, como si necesitase soltar toda esta mierda, como si ya no aguantase más y buscase a alguien que pudiese ayudarme.
-Paula, esto es muy peligroso. Escúchame, entiendo como deberás de sentirte... Sola e incomprendida entre muchos adjetivos negativos más pero no todo es tan difícil como tu crees. Te has sumido en tu tristeza y crees que todo te sobrepasa pero no es así. Te has caído de un acantilado, te jodes, mala suerte, ahora estas hundida y las olas te están abatiendo, puedes dejarte llevar por la corriente, es el camino fácil, fastidiar a tus padres, no hacer nada con tu vida, correr riesgos y ser quien no quieres ser; pero créeme puedes nadar, nadar y subir a la superficie y respirar, puedes hacerlo, ¿me escuchas?
Baje la cabeza y cerré los ojos, intentado aclarar las ideas que bullían sin control en mi cabeza.
-Todo el mundo se equivoca, pero puedes arreglarlo. Deja esto atrás, no te juntes con gente que no te conviene, perdona y busca el perdón de tus padres, perdonate a ti misma, nada, nada hacia la superficie, nada y respira.
En ese momento cogí aire y me llene de ellos los pulmones y con lágrimas en los ojos, con dolor de cabeza y con el labio partido aún latente, me di cuenta de lo que me rodeaba. Tenía unos padres, un hermano, una familia, coño, estaba sentada en un banco con el que había sido uno de mis ídolos. No todo se iba a solucionar rápido y sin esfuerzo pero lo iba a hacer, iba a luchar.
Sonreí devilmente y le dije un simple:
-Gracias.
Gracias Zayn Malik. Gracias por salvarme de mi misma.
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