Corazones!! :))
Siento que esto no sea un capítulo pero no he tenido mucho tiempo para escribir y tampoco creo que lo vaya a tener... Últimamente estoy bastante ocupada, estresada, triste, amargada, enfadada y rabiosa...estoy teniendo algunos problemillas con respecto a todo (familia, "amigos", amores, estoy teniendo incluso problemas conmigo misma) y me estoy viniendo un poquito abajo, pero bueno esto no importa, vosotras estais aquí para leer mi novela y no para que os cuente mis problemas y mis sentimientos, asi que siento esta patata aqui en medio!
El caso es que ni estoy de ánimo, ni tengo tiempo para escribir, asi que os pido paciencia y sobre todo PERDÓN por las largas esperas que teneis que sufrir hasta que subo los capítulos...de verdad que lo siento mucho porque siento que no estoy haciendo mi "trabajo", pero me requieren por muchos lados y si me pongo a todo, voy a acabar haciéndolo todo mal. También siento no poder leer vuestras novelas, ni poder comentar, ni nada...estoy guardando en un archivo todos los enlaces que me decis y en cuanto acabe con los estudios, os prometo leer todas y comentar :) pero como entendereis si ya tengo poco tiempo para escribir la mia; leer y comentar las demás es imposible.
Lo que quiero decir con esto, es que voy a tardar un tiempo en subir, intentaré en Semana Santa y después de ahí, lo siento muchísimo por esto, pero al menos hasta Junio, tras Selectividad, nada de nada :(( me da mucha rabia deciros esto porque como ya notareis la novela esta llegando a su fin (sniiifff, sniiiiifff) y tengo muchas ganas de acabarla para saber vuestras reacciones, pero quiero que sea perfecto y con todo este rollo, si lo intentase ahora, me quedaría una mierda.
Después de este mensaje, que lo se, os ha amargado (lo siento y mil veces lo siento) tiene que haber una buena noticia! :) La buena noticia es que tras mucho pensarlo y a riesgo de que me mateis, me descuarticeis o me regaleis un unicornio explosivo (lo digo por ti, DreamRose) he decidido hacer segunda parte!! No digo nada del final pero sabiendo que os puede no gustar, he estado pensando y he decidido algo. Voy a hacer un final alternativo. Os explico, el final de la novela lo colgaré en este blog; el "final alternativo" no va a ser un final, sino la segunda parte de la novela, que la subiré en el Blog nuevo que cree. No se si me he explicado bien, pero vamos que el "final 1" en este Blog y el "final 2" y continuación, en el blog que cree. Me gustaría saber lo que pensais todas, si os parece bien y si os gusta la idea, porque esto es muy importante para mi.
Tras este tostón, dar las gracias a todas las que seguís aquí, a las nuevas que vais llegando y comentando y a las que leeis pero permaneceis ausentes, gracias a vosotras también :) Sois un encanto todas y un gran apoyo y no os podeis hacer una idea de lo importante que sois para mi y de lo que es poder decir que tengo amigas increíbles a las que ni siquiera he visto una vez; a DreamRose con sus tonterias, a la simpática HappyGirl, a Yera DIrt. y sus bonitas palabras, a la encantadora María del Mar y a la agradecida Bea.
Para despedirme, os repito mis disculpas y os dejo unos importantes mensajes y un relatito, que escribí en uno de mis malos momentos y del cual espero que me deis vuestra opinión y que os guste :))
YA LO HE DICHO MUCHAS VECES, ENLACES EN EL APARTADO CONTACTO, ESTE ES MI ULTIMO AVISO, POR MUY BONITOS QUE SEAN VUESTROS COMENTARIOS, LOS BORRARE (no grito, ni soy borde :) es que quiero que lo veais jajajaja)
SIENTO MIS TARDANZAS, PERDONANDME
OS QUIERO MUCHO, MUCHO, MUCHO...
El tiempo pasa,no se detiene...sientes que corre, tan rápido que sólo puedes rendirte a la velocidad y correr con el, para que no se pasen las oportunidades, para que no pase sin valor tu vida, pero tu, como yo, sabes; que lo único que quieres es poder frenar, detenerte y disfrutar, disfrutar del momento. Parar y no moverte, quedarte en un instante perfecto o imperfecto, da igual, pero detenerte a descansar a respirar y saber lo que estas haciendo porque no lo sabes, no sabes nada, te dejas llevar por impulsos, acertados o erróneos pero no son decisiones; pero el tiempo no se detiene y la vida sigue aunque tu no quieras, contigo o sin ti, sigue. Y la gente viene y va. Entran en tu vida como extraños, rápidos como torbellinos, le dan la vuelta a todo, lo cambian, lo desordenan, lo estropean, lo rompen y después se van como entraron, como extraños. La gente viene y va pero los importantes permanecen. ¿Estas seguro? La gente es importante, imprescindible para ti en un momento, en un instante pero ya sabéis, la vida corre y los momentos y los instantes se van como las personas, corren y tu corres con ellos para no perderlos, tu corres porque no quieres que se vayan, tu corres porque no quieres que te abandonen, tu corres porque les quieres, simplemente por eso, porque les quieres. Pero no puedes hacer nada, porque necesitan entrar en otra vida, porque tienen que descansar para la eternidad, porque no eres único, ni especial, hay millones como tu, y no se van a detener por ti, al igual que tu no te has detenido por ellos, al igual que el resto no se detiene. Nada para, todo sigue, todo cambia: la vida, las personas, tu, yo y el resto.
Pero yo paro por One Direction, yo paro por mi novela, yo me detengo por todas vosotras...mis lectoras, mis corazones...
sábado, 16 de febrero de 2013
domingo, 3 de febrero de 2013
CAPITULO 64 "Lágrimas"
Narra Harry*
Ana se empieza mover y a restregarse un poco los ojos. Esta tan guapa...con su pelo revuelto y su delgada mano sobre mi pecho, me siento el hombre más afortunado del mundo. Le aparto un mechón que esta sobre sus ojos, porque quiero verlos, quiero ver sus ojos aunque estén cerrados.
Me pica un poco la espalda, así que me revuelvo un poco y sin querer muevo más de la cuenta a Ana, que abre los ojos y al instante los entrecierra debido a la claridad que hay.
-Apaga la luz.
Me dice mientras hunde la cara en mi pecho. Yo me comienzo a reír.
-Ana, estamos fuera...
Se pone un poco tensa entre mis brazos y me dice simplemente:
-Ui, es verdad.
La miro con una sonrisa pícara y espero hasta que sube lentamente la cabeza con una sonrisa también, pero la suya es, más bien tímida. De repente, coge impulso y me da un corto beso en los labios, se separa con una sonrisa radiante y los ojos brillantes y se abraza con fuerza a mi barriga. Yo la aprieto fuerte contra mi.
-Mi gordita...
Narra Zayn*
-Suena tu móvil-le digo a Clara haciéndola reír porque tengo la boca llena.
Estamos desayunando en el bufé del hotel, al lado del mar. Es una preciosa mañana, el viento sopla suave trayéndonos el salado olor a mar, el sol radiante en el cielo azul nos da un calor que aunque intenso, no es muy sofocante.
-¿Si?-dice ella con una sonrisa aún en la cara.
Esta durante un rato hablando, habla en español así que no entiendo nada de lo que dice. Yo sigo comiendo y cuando por fin, acaba de hablar la noto bastante enfadada.
-¿Qué pasa?¿Quien era?-le pregunto.
-Era mi madre, que llamaba para preguntarme donde estaba, que estaba haciendo, con quien... No hace más que decirme que en menudo berenjenal me estoy metiendo por salir con alguien como tu...no lo entiende...-dice moviendo la cabeza, algo afectada.
-¿Le has dicho lo de Oxford? Quizás con eso me vea como una mejor influencia...-le digo algo preocupado.
Para mi es muy importante la familia y me gustaría caerle bien a la de Clara, para poder formar parte de ella, pero no se sí es por mi profesión, o por lo que más miedo me da, por mi religión, por lo que parece ser que ellos no están muy contentos conmigo.
-No, quiero decírselo en persona. Es algo muy importante-me dice.
-Importante y una gran oportunidad, se van a poner muy contentos, tranquila.
-¿Contentos? Se tranquilizarán por saber donde voy pero no les va a hacer ni pizca de gracia que vaya a estudiar tan lejos de casa, estoy segura de que al menos se enfadarán, no montarán en cólera, pero se van a enfadar-todo esto lo dice mientras unta con fuerza el pan en mantequilla. De repente lo suelta todo:
-Se me ha quitado el hambre-se levanta y se va hacia la barandilla que da a la playa.
Yo también suelto mis cubiertos, disgustado. Me levanto y voy a por ella. Un día perfecto, con un principio feo, muy feo.
Narra Louis*
Siento la claridad que da en mis ojos cerrados, pero no quiero abrirlos, estoy cansado. Me acurruco más a Els, apretándola más contra mi. Oigo que da un pequeño estornudo y sonrió porque me viene a la cabeza lo que paso ayer; y después rio porque a mi cabeza viene la imagen de la cara estupefacta de Eleanor con mechones mojados en la cara tras caer de la barca al río.
Me voy a dar la vuelta...que incómoda es esta cama...
-¡Aaahhhh!-al suelo.
No estaba en la cama, estaba en el sofá. No me había acordado de que ayer nos dormimos los dos apretujados en el sofá con la chimenea a los pies.
Eleanor se incorpora con los ojos hinchados y la nariz roja.
-¿Que haces ahí?-me pregunta ronca y apenas sin respirar. La pobre tiene la nariz congestionada.
-Estoy merendando, ¿quieres un poco de alfombra?-le digo con una sonrisa.
Ella suspira y se deja caer de nuevo en el respaldo del sofá, esta vez mirando hacia mi y no hacia la parte interna del sofá, como estaba antes.
Me acercó, votando con el culo, hasta que situo mi cara enfrente de la suya, nuestras narices se rozan. Ella se aleja mientras dice:
-¡Quita! Que te voy a contagiar...
Antes de que gire la cabeza, se la agarró.
-Hazlo.
Me acercó a sus labios y la beso con pasión. Cuando me alejo la miro con cariño y ella me sonríe mientras levanta una mano y me acaricia el pelo.
Comienzo a toser de mentira y me tiro al suelo gritando:
-Oohh ya siento los virus invadiendome, mátame Eleanor, mátame antes de que coja un resfriado que acabe con mi vida.
Ella riendo se incorpora en el sofá y comienza a tirarme los cojines que tiene a mano, que no son pocos. Yo sigo haciendo drama, doy las últimas "convulsiones" en el suelo y término mi actuación diciendo:
-Yo siempre te querré mi vida, me voy, recuérdame cada vez que estornudes.
Ella se rió y se lanzó encima mía, me dió un pico, para después ponerse sería y decirme:
-No bromes con esas cosas.
Y que razón tiene, con esas cosas no se bromea.
Narra Cristina*
-No quiero salir nunca de aquí-le digo a Liam mientras me hundo un poco más en el caliente agua.
-Pues como no salgamos nos vamos a poner como pasas-se ríe.
Yo también me rio y me acercó a el moviéndome lentamente por el agua caliente, de los baños termales del hotel.
Nuestro plan para hoy era ir al pueblo, comprar algo de comida típica e irnos dando un paseo al bosque donde haríamos un pequeño picnic. Pero el baño se estaba alargando.
-Yo ya me salgo porque si no tomo la iniciativa nos podemos quedar aquí todo el santo día-Liam se levanta y sale del baño individual en el que estamos ambos con un pequeño chapoteo-Vamos perezosa.
Me da un beso en el pelo y se va. Miro como se aleja y sonrio feliz.
¿Cómo he podido llegar a esto?¿Cómo he podido tener tanta suerte?
Aún recuerdo como si fuese ayer nuestro primer beso. Me llevo al ojo de Londres, la gran noria desde donde se ve todo Londres. Nevaba, un día nevado y frío en Londres, los dos en esa cabina espaciosa. Me miraba mientras yo observaba Londres a nuestros pies, me cogió la barbilla y me giro un poco la cabeza, no me dio tiempo si quiera a preguntarme que hacia, sentí sus labios sobre los míos y eso fue todo...todo desapareció a mi alrededor y me entregué a ese beso, a ese momento, a él. Me entregué a la magia.
Narra Marta*
Oigo el ruido de la ducha. Niall esta duchándose mientras yo sigo tumbada en la amplia cama. Me imagino las gotas de agua pegadas al cristal de la mampara...debían ser tan parecidas a las gotas que ahora poblaban mi cara. No soy mucho de llorar, me gusta ser optimista, feliz, no pensar en las cosas y no darle importancia a los problemas pero siempre llega un día que estallas y todo te da en la cara. Y ese día es hoy. Hoy me he puesto a pensar en el final del verano, que ya no esta tan lejano, y me he hundido y me ha dado miedo. Así que aquí estoy, tumbada, envuelta en las sábanas que ayer nos cubrieron poco a Niall y a mi, con un rayo de sol iluminando mi cara surcada por lágrimas, pensando en la despedida. Pensando en Niall, en los chicos, en Londres, en exámenes, mis compañeros retrasados de clase y mi pequeña ciudad; comparando y dándome cuenta de todo lo que iba a perder en un momento.
-¡Marta!-grita Niall.
Me incorporo rápido y me seco las lágrimas rápido.
-¡Dime!-chillo pero me ha salido un gallo.
-¿Te pasa algo?
-No...-mascullo.
-Oye, ¿te vienes a la ducha? Así ayudamos al medio ambiente ahorrando agua.
Suelto una risita y mientras voy caminando hacia el baño y abro la puerta, me voy despojando de mi ropa.
-Bésame-le digo antes de unir nuestros labios y nuestros cuerpos bajo el chorro de agua caliente que sale de la ducha y nos empapa a los dos.
Las gotas de agua surcan mi cara...las gotas de agua mezcladas con mis lágrimas. Angustia. Miedo.
Narra Eleanor*
-¿Me podrían traer algo para la tos, congestión, fiebre y dolor de cabeza? Gracias-Louis habla a través del teléfono con recepción.
Me he despertado ya mala pero cada vez me siento peor. Ahora mismo estoy cerca de la chimenea, debería estar calentita pero tirito.
-Ya te puedes quitar el termómetro-me dice Louis mientras lo coge de mi boca y lo mira-¡Tienes mucha fiebre! Voy a llamarles para decir que traigan a un médico...-dice volviéndose a dar la vuelta para ir de nuevo a llamar a recepción.
-No hace falta, Louis. Yo creo que es solo un trancazo y ya esta. No te preocupes.
Louis se da la vuelta y me mira con angustia. Se acerca a mi y me dice:
-Perdóname, perdona que te tirase al rio, nunca pensé que pudiese haber pasado esto. Si pudiera, me cambiaría por ti, porque ha sido mi culpa y...y me siento fatal... Claro, me comporto como un crío y son estas cosas las que consigo, poner mala a mi novia, si es que...
Este chico no tiene remedio.
-Louis, Louis no te emboles-le digo deteniendo su historia-No ha sido tu culpa. Me encanta que seas como eres y me encanto que me tirases al rio y me encanta que me cuides... ¿No te das cuenta? Me gustas tal y como eres, así eres perfecto.
Narra Clara*
¡Ya me han fastidiado el día!¿Por que mis padres no pueden entender que es esta mi decisión?¿Por que no entienden que mi elección es Zayn? Se equivocan al pensar lo que piensan de el. Que si al ser artista vive en una vida de en sueño en la que no existen los problemas, que nunca estará conmigo porque viajara mucho, que cada día podría elegir a una tía... Pero ellos no lo conocen, no saben como es realmente.
Alguien me agarra desde detrás y juntando sus manos sobre mi barriga me acerca más a el y me besa con dulzura el cuello.
-Zayn...-susurro-Quizás mis padres no quieran que este contigo y que...
-Ssshhh-me manda a callar-¿Has visto el día que hace hoy? Estamos en Cancún, de vacaciones y no nos vamos a amargar por nada ni por nadie. No vamos a darle vueltas a problemas que se van a solucionar, ¿vale?
Me da la vuelta, lo veo con una sonrisa de oreja a oreja, de esas con las que sale en las revistas y tu en tu casa te repites una y otra vez que es imposible que sea real porque es demasiado perfecta; y emocionada le contesto un flojo:
-Vale.
-Bien-me dice agarrándome del cuello-Sonríe, venga sonríe.
Y yo sonrió y el me acerca y me besa y los dos sonreímos mientras nos besamos.
Narra Ana María*
Harry tarareaba una canción, una canción de la que no conocía la letra pero de una melodía dulce y algo triste. La tarareaba mientras masajeaba mi espalda desnuda con una mano y con la otra entrelazaba sus dedos con los míos. Tenia la cabeza sobre su pecho y podía oír su corazón retumbando con fuerza en mi oído.
Cuando de repente, apareció una mariposa blanca y con ella una sonrisa a mis labios, sin embargo Harry dio un pequeño brinco, se puso rígido y soltando mi mano se dispuso a golpear a la pequeña y frágil mariposa.
-¡Quita bicho!-dijo.
Pero le agarré la mano antes de que pudiese golpearla.
-¡No!
Harry volteo la cabeza confuso mientras yo abría la mano y la mariposa se posaba en la palma.
-Ana, mátala que me da miedo-me roga Harry, logrando que soltase una fuerte carcajada.
-No...¿Sabes lo que decía mi abuela de estas mariposas?
-Cuéntame.
-Mi abuela siempre decía que las mariposas blancas eran portadoras de buena suerte y que por eso, cada vez que vieses una, tenías que pedir un deseo, porque con su magia, se harían realidad.
Sonreí recordando. Era una cría, una calurosa mañana de verano dando un paseo con mi abuela agarrada del brazo, vimos una mariposa y yo la solté del brazo y salí corriendo despavorida, ella se rió de mi y después me contó esta fantástica y esperanzadora historia, de sueños que se hacen realidad...como el mío.
-Y desde entonces odio a todos los insectos, excepto a las mariposas blancas-rio-Mi abuela se fue unos años después y yo se que cada vez que una mariposa viene a mi encuentro y se posa en mi mano, es ella, que viene a saludarme y a decirme que esta conmigo.
Harry me aprieta más fuerte y besa mi cabeza. Yo levanto la cabeza y le sonrió.
-¿Y a que esperamos? Pidamos un deseo.
Amplio mi sonrisa y el ensancha la suya, cerramos los ojos al mismo tiempo y deseamos.
<<Que este sueño no acabe nunca, abuela>>
Narra Liam*
-Pues se esta bien. Hace un día precioso, ¿verdad?-silencio-¿Cristina?
Miro a mi alrededor ya que no me contesta y veo que se ha quedado parada en un puesto de dulces, intentando entenderse con la repostera que la mira confusa, y ambas ríen ante la imposibilidad de entenderse. Yo sonrió y me acerco lentamente a ellas.
-¿Te entiendes?-me rio de Cristina mientras le doy un golpecito en la espalda.
-Ja, ja, ja, que gracia, ¿verdad?-me dice molesta-Intentaló tu, listo.
Cojo dos de los bollos que quería comprar Cristina y le extiendo a la mujer la mano llena de monedas. Ella suelta una carcajada y remueve las monedas en mi mano hasta que coge dos de color cobre. Después riendo se aleja un poco de nosotros y trae consigo una bolsa de galletas que nos extiende con una sonrisa.
Yo asiento a modo de agradecimiento y los dos nos vamos del puesto despidiéndonos de la mujer con la mano, que nos agita la suya hasta que la perdemos de vista.
-Que simpática-dice Cristina a la vez que le da un mordisco al dulce y tierno bollo-Pero, ¿cómo sabes que no te ha engañado?
-¿Le has visto pinta de engañarnos a la dulce mujer esa?
Cristina ríe, no no tenía pinta.
No tuvimos que caminar mucho tiempo más para llegar al final del pueblo y el principio del bosque. Según nos habíamos informado en el hotel, había un sendero que nos llevaría directos a un lindero, rodeado de preciosos árboles. Tenía una sorpresa de esas que a Cristina no le gustan al principio pero después si. Reí en mi interior, me encanta hacerla de rabiar.
Narra Niall*
-He leído en un folleto que a unos kilómetro fuera de la ciudad se pueden practicar deportes extremos como caída libre, ¿qué te parece?-me pregunta Marta.
-¿Y por que no comemos tranquilamente y dejamos eso para otro viaje?-le digo asustado.
No quiero hacer caída libre y menos con Marta al lado, que con lo gafe que es, me tira antes de tiempo y me mata.
-Hay que vivir aventuras, Niall.
-Ya, ya, pero bueno...no quiero morir en el intento de una, ¿sabes?
-Venga anda, no seas cobarde...¡Quiero hacer caída libre!¡Quiero hacer caída libre!-se puso a gritar en medio del restaurante del hotel en el cual estábamos desayunando.
Todo el mundo nos empezó a mirar con caras raras pero Marta siguió gritando y riendo al mismo tiempo que yo ponía cara de excusa y disculpa a la gente de nuestro alrededor y le intentaba tapar la boca. Pero no había manera...niña malcriada...
-Vale, vale, esta bien...iremos...
-¡YUPI!
Narra Ana María*
Tras costarnos la vida apartar las sábanas y levantarnos de esa cama en la que nos unimos la primera vez y en la que nos uniríamos muchas, muchas más veces a lo largo de la semana; nos duchamos, desayunamos entre risas y carantoñas, más incluso de las que ya nos solemos hacer y nos encontramos, listos para otra aventura de día, con Ranjit, que hoy nos quería llevar a otra parte turística de la ciudad. El iba conduciendo, mientras Harry y yo estábamos abrazados en la parte trasera, cuando me pico el gusanillo.
-Ranjit, ¿tu dónde vives?-le pregunté con curiosidad. El hombre no vestía con ropas muy caras y siendo guía turístico no tenía que tener un sueldo muy elevado por lo que no creo que viva en las majestuosas zonas residenciales por las que hemos pasado nosotros.
-Lejos de aquí señorita Ana, a las afueras de la ciudad.
-Las afueras de la ciudad están lejísimos del hotel, Ranjit. ¿Viajas durante muchas horas antes de llegar a recogernos?-le pregunta ahora Harry.
-No, señor. Unas dos cortas horas-abro mucho los ojos y miró con expresión asombrada a Harry que esta igual-Pero ya estoy acostumbrado.
Me moriría por ver su casa. Cuando llegue aquí me propuse algo, que entre tantos monumentos y lugares emblemáticos no estaba consiguiendo; y era descubrir la verdadera ciudad que se escondía detrás del lujo turístico. Le di un golpe en el brazo para que siguiese indagando pero como si hubiese leído mi cabeza le pregunto:
-¿Le importaría llevarnos a su casa? Nos corroe la curiosidad...
-No creo que les vaya a gustar a los señores, es mejor que sigamos con el plan. Mi casa no es digna.
-Ranjit, todas las casas son dignas si en ellas se convive con respeto y amor; y estoy segura que con alguien como tu en una casa, eso será lo primordial-le dije segura-Llevenos, queremos conocer a su familia.
Narra Louis*
-Es tan solo un constipado, no se preocupe-me dijo el doctor-Que descanse y se tome la aspirina para el dolor de cabeza y la congestión nasal.
Yo asentí y acompañé al amable señor hasta la puerta de la habitación.
-¿Ves como no era para alarmase? Sólo un poco de fiebre...-me dijo Eleanor desde el sillón.
Yo me acerqué a ella y me senté a su lado, pasándole el brazo por sus hombros.
-Me había asustado...
-¿Sabes lo que más rabia me da de todo esto?
-¿El que?
Eleanor carraspea y me mira con cara de pillina.
-Que según tenía entendido hoy tenía una sorpresa...
Yo comencé a reír y recordé lo que le tenía preparado. Podía arreglarlo todo.
-¡Y la sigues teniendo!¿Quien te ha dicho que no?
Eleanor comenzó a reír.
Narra Niall*
No se como me dejo convencer para hacer estas cosas.
-¿Estas bien?-el señor que me esta poniendo los cacharros para hacer la caída libre, que es el mismo que me llevara a mi de paquete, me ha tenido que notar el nerviosismo.
-Mi novia me da miedo.
El hombre se echa a reír.
-Todos tenemos novias que nos dan miedo. Pero la tuya no tiene pinta de ser muy mala, ¿o si?-me pregunta mirando a Marta, que ríe mientras el hombre que la llevaría a ella de paquete le coloca el casco.
-Yo no estaría aquí haciendo esto, la verdad...no es por ofender pero es una locura.
-Pero estas aquí, a punto de tirarte de un avión, de hacer una locura por tu chica. Si no te gustan estas cosas y tienes las pelotas para hacerlo quiere decir que la quieres los suficiente como para hacer cualquier cosa por ella, incluso una tontería de este tipo.
Yo sonrió y asiento.
-Supongo que si.
En ese momento Marta sale a correr en mi dirección, vestida de la misma forma estúpida que yo y salta sobre mi y me da un apasionado beso.
-Por si acaso morimos, precioso.
Yo que la agarro por la cintura la suelto de golpe asustado para decirle.
-¡No digas eso!-Marta hace caso omiso a lo que le digo y comienza a reír histéricamente mientras hace aspavientos amplios con los brazos y empieza a gritar:
-¡Vamos a volar!
Al rato ya estamos ambos montado en un avión a kilómetros de altura de tierra firme y con un ruido ensordecedor de motores que hace que me agobie aún más. Marta esta agarrada a mi mano y mira al exterior con curiosidad. No entiendo como puede estar tan tranquila...
-Voy a revisar los agarres-me dice el señor mientras comienza a comprobar todos los instrumentos que unen mi cuerpo al suyo.
-Asegurese bien-le suplico.
Marta que me esta mirando se ríe de mi y me guiña una ojo.
-Listo.
-Listo.
Se comunican los expertos.
-Vamos a saltar, chicos.
-¡Vamos allá!-dice Marta entusiasmada. Esta como una cabra...
-¡Jesucrito!-dijo yo.
El hombre que esta situado a mi espalda, casi se podría decir que me lleva a la fuerza a la puerta del avión, que abierta deja pasar un vendaval de aire fuerte que azota mis oídos.
-Tranquilo amigo, esto pasa rápido.
Marta ya esta a punto de tirarse, en el último momento gira la cabeza con una sonrisa y me grita:
-Te quie....
El <<ro>> lo escucho amortiguado pues es justo en ese momento cuando se tira.
Y ahora, es mi turno.
-No se sí quiero hacerlo-le digo al hombre cuando ya estamos en la puerta del avión, con todo el viento en la cara y la vista de todas las nubes y el suelo allí abajo.
-Venga tío. ¿Sabes? Después de esto podrás pedirle cualquier cosa a tu novia, que lo tendrá que hacer.
Cuando el hombre se impulsa y comenzamos a caer a la velocidad de la luz, a traspasar nubes y a ser embestidos por las fuertes ráfagas de viento se me ocurre lo que puedo pedirle a Marta:
No volver a hacer esto, nunca más.
Narra Cristina*
Liam y yo estuvimos un ratito caminando por el pequeño sendero con la cesta llena de comida y bebida y los bollitos recién comprados, hasta que llegamos a un prado enorme, lleno de flores y hierba verde esmeralda. El día había amanecido soleado y podría decirse que incluso algo caluroso para la zona de Alemania en la que estábamos, se estaba genial.
-Es precioso-le dije entusiasmada.
-¡Esta lleno de amapolas!
-Si, ya me he dado cuenta...¿sabes? Soy alérgica al polen-le dije empezando a sentir picor nariz. Esto es congestión psicológica porque hace un rato no me picaba, como lo de cuando oyes que alguien ha visto un bicho o tiene urticaria y comienzas a rascarte todo el cuerpo como un poseso.
-Pues menos mal que eres alérgica al polen, porque si lo llegas a ser a las amapolas estarías en problemas...
Volteo la cabeza para mirarle con cara de incredulidad cuando el fija su vista en mi, sin entender nada y me dije:
-¿Qué?
Comienzo a reír y me subo de un vote a su espalda, el deja la cestita en el suelo y después empieza dar bandadas de un lado a otro bruscamente intentando acerceme caer. Al final se deja caer él, al suelo y yo me muevo lo suficiente para que se de la vuelta, tumbándose boca arriba en el césped. Después paso mis piernas sobre su cuerpo y me coloco sobre el. Le beso con pasión y el con una mano, puesta en mi cuello me acerca aun más a el y con la otra recorre mi espalda con cariño.
-Estas tonto, ¿lo sabias?-le digo cuando separo nuestro labios.
Narra Zayn*
El día paso rápido. Logré quitarle de la cabeza a Clara todos los problemas y las preocupaciones que tenía desde que había hablado con sus padres. Nuestro día se basó en un mañana y tarde de playa.
-Corre Clara, ¡corre!-le gritaba yendo detrás de ella corriendo por la arena intentando atraparla, mientras ella reía.
No me preguntéis como paso, pero acabe tirado boca abajo cuán largo era en la arena. Oía como Clara gritaba y después empezaba reír de nuevo mientras se acercaba a mi de prisa.
-¿Estas bien, precioso?
Yo me quejé y levanté la cabeza lentamente. Cuando Clara me vio, se tapó la boca para no soltar una carcajada en mi cara pero no aguanto mucho tiempo.
-Pobrecito, espera, que te quite la arena...-me decía mientras me sentaba y ella con una mano me quitaba lentamente la arena de la cara.
Esa cara de concentración y con una media sonrisa, me impulso a acercarme a ella y a darle un corto beso. Cuando nos apartamos ella se limpió los labios diciendo:
-¡Un beso arenoso!
-¿Un beso arenoso?¿Un beso arenoso?¡Te vas a enterar de lo que es un beso arenoso!-le dije amenazadoramente.
Clara grito, se levantó rápida y comenzó a correr de nuevo en dirección al mar.
-¡Ven aquí, cariño, que te voy dar un beso largo y pasional lleno de arena!
Los dos entramos en el mar corriendo y ya allí, si que la alcancé. La agarré de los muslos e hice que pasase sus piernas alrededor de mi cadera. Los dos reíamos mientras las olas chocaban en nuestros cuerpos unidos. Después la besé apasionadamente mientras ella recorría mi espalda con sus manos. Nos separamos y comencé a besarle el cuello fuertemente haciendo que ella me apretase más contra su cuerpo y buscase de nuevo mis labios para besarlos. Entre tanto jaleo no nos percatamos de que una gran ola venía hacia nosotros, así que fuimos bruscamente separados y arroyados por ella. Cuando conseguí sacar la cabeza y levantarme vi a Clara a unos metros de distancia mía con los pelos en la cara, mirada desorientada y recolocándose la parte superior del bikini. Cuando me vió, comenzó a reírse:
-Tu tupe se ha caído.
Narra Harry*
-¿Esta es tu casa Ranjit?-le pregunto algo impresionado.
Ana esta más o menos igual que yo, con los ojos como platos va recorriendo la única habitación que compone esta minúscula y más que simple "casa".
-Si, ya les dije que era muy corriente pero tenemos más de lo que muchos de por aquí poseen. Me siento afortunado.
-Ranjit, ¿no crees que deberías pedir más por tu trabajo? Viajas todos los días para recoger a turistas como Harry yo al hotel, te pasas el día entero fuera de casa recorriendo siempre las mismas rutas, andando bajo el sol abrasador y después otro viaje hasta aquí. ¡Acabarás agotado! Y por lo que veo aquí, tu sueldo no debe ser muy grande...-le dice Ana algo preocupada.
-Si les exijo más, me dirán que me vaya que no les costará encontrar a alguien que trabaje por menos incluso de lo que cobro yo. Y es cierto señorita, la gente esta desesperada por trabajar y aceptan miserias...como yo, la acepté en su día...
Bajó la cabeza avergonzado ante esta confesión. Ana y yo nos miramos con cara de circunstancias y justo cuando iba a ofrecerle algo de dinero entraron por la puerta una mujer mayor, una más joven, de la edad de Ranjit, quizás su mujer y dos niños, una niña de unos dos años y un chico de unos 10.
-Meena, Kavita, estos son los señores a los que estoy atendiendo durante esta semana-nos presento a las mujeres.
-¿Ellas también hablan inglés, Ranjit?-le pregunto Ana.
-Mi madre, Menna-le paso el brazo por los hombros a la mujer mayor-no sabe, pero mi mujer Kavita si. Por cierto, ellos son Harry y Ana.
-Encantada-se nos acercó Kavita tendiendonos la mano. Nosotros se la estrechamos con una sonrisa en la cara-Siento no tener la casa lo suficiente preparada para ustedes.
-No se preocupe, hemos venido sin avisar, ha sido nuestra culpa, pero teníamos curiosidad por conocer a la familia de nuestro encantador guía-le dije riendo.
-Nadie había venido antes, a los turistas no les suele interesar esta parte de la ciudad o ni siquiera la verdadera vida que se lleva en este país...-dijo con algo de rencor-Bueno, Surinder, Pooja, saludad a los señores-le dijo a los niños.
Ana se apresuró a agachare para ponerse a la altura de los niños y mientras yo le daba la mano al simpático chico, ella le ponía caras a la pequeñina Pooja para que saliese de detrás de su madre, donde se escondía avergonzada.
-Mi madre dice que si quieren quedarse a comer. Sin compromiso señores, entenderemos que prefieran comer en un sitio más adecuado.
Ana estaba ahora demasiado entretenida hablando con Kavita y los niños como para prestarle atención a lo que decía Ranjit pero yo sabía que estaría de acuerdo conmigo.
-Encantados de quedarnos Ranjit, ¿ayudamos en algo?
Narra Eleanor*
-Señorita, el señor Louis la espera-me dice el botones que ha venido a buscarme.
-¿Esta abajo?-le pregunto sonandome los mocos por enésima vez...me he tenido que echar un kilo de maquillaje en la nariz para tapar el rojo fosforescente.
-No, señorita, en la azotea, yo la acompaño.
¿En la azotea? A media tarde me ha dejado en la cama, diciéndome que descansase que mientras, el iba a hacer una cosa. No me ha querido decir que era así que supuse que era algo relacionado con mi sorpresa y creo que no me he equivocado.
Mientras el botones y yo íbamos en el ascensor me empezó a decir:
-El señor se ha esforzado mucho en organizarlo todo y ha quedado precioso.
Cada vez tenía más ganas de ver que era eso que había preparado con tanto empeño, aunque de lo que realmente tenía ganas era de verlo a él, que me había dejado toda la tarde sola y lo había echado mucho de menos.
Por fin llegamos a la planta, el hombre se paró en una puerta de metal, supongo que sería esa la que llevaría a la azotea. Ántes de abrirla dijo:
-Esta muy guapa, que disfruten.
-Gracias, lo haremos.
Cuando salí a la azotea, el vestido ondeo con el suave y cálido viento que corría. Apoyado en la piedra que servía de barandilla estaba mi mitad, vestido de traje de chaqueta y de espaldas a mi.
-Eh, tu, guapo, ¿qué haces por aquí?-le dije pícaramente.
El se dio la vuelta con una sonrisa que se congeló en sus labios al verme.
-Estas...estas...
-¿Decente?
-Decente dice...ven aquí-me acerco a el y nos abrazamos fuertemente-¿Estas mejor?
-Mucho mejor ahora que estoy contigo.
Me da un beso y agarrándome de la mano me dirige hacia una mesa que esta al lado de la barandilla en la que hace un momento estaba el apoyado.
-Ooohhh, ¡no me había dado cuenta de la torre Eiffel! Y la mesa esta tan bien decorada...¿lo has echo tu?-le pregunto mientras me siento en la silla que el me aparta.
-¡Todo! La comida también así que no exijas mucho...ya sabes que lo intento-me dice haciéndome reír.
-Todo para mi-susurro mirándolo a los ojos.
-Todo para ti. Para ti la comida, las vistas, la decoración, mi corazón y yo entero. Todo para ti.
Narra Marta*
-¡Fue increíble cuando me tire! Esa fue la mejor parte, bueno, esa y cuando te vi en frente mía con los ojos cerrados, la boca abierta y todos los carrillos llenos de aire-comencé a reír al recordarlo-Cuando te vi, me entró la risa y al reírme y abrir la boca, me paso lo mismo que a ti y ya no la podía cerrar.
Niall y yo ya estábamos en el hotel. Yo me estaba poniendo el pijama y el estaba tirado boca abajo en uno de los sofás del salón de la habitación. Demasiadas emociones en un día para él.
-Niall, ¿estas bien?-le pregunto.
El gruñe contra el cojín en el que esta tirado. Yo me siento a su lado y le digo:
-Venga, anda, que se que tu también lo has disfrutado.
Levanta la cabeza y se da la vuelta en el sofá poniéndose boca arriba y sacando dedos comienza a enumerar:
-He andado mal con tanto tembleque de piernas durante una hora, he estado mareado dos horas y he vomitado tres veces. No, no Marta, no lo he disfrutado.
Yo me empiezo a reír porque es verdad.
-Encima te ríes, ¿no?
-No seas tonto anda-le digo empezándole a dar besos por el cuello y a desabrocharle la camisa-Te voy a recompensar el esfuerzo.
Sonríe un poco.
-Vale, pero prométeme algo-me dice alejándome de él por los hombros.
-Lo que quieras.
-No lo volveremos a hacer.
-Prometido-le digo levantándolo del sofá y dirigiéndolo hacia la cama, donde lo empujo con fuerza y me echo encima de él.
-No más deportes extremos-susurra sonriendo mientras me da la vuelta poniéndose encima mía.
-Yo no he prometido eso, he dicho que no volveremos a hacer caída libre.
Niall para de besarme y se deja caer sin fuerza sobre mi cuerpo, dejándome sin aire, aplastada contra su cuerpo.
-Me rindo contigo.
Yo suelto una risa cantarina y vuelvo a besarle con amor.
Narra Ana*
Nos tiramos toda la tarde en casa de Ranjit y su familia. Descubrimos muchas cosas, entre otras como era vivir en una ciudad atestada de pobres que viven bajo el peso de los ricos que les hacen trabajar por un mísero cheque que no les vale para nada más que comida y algo de ropa, sin posibilidades de ahorrar para poder llevar una vida mejor. Pero también disfrutamos haciendo hablar en inglés a Menna y con los preciosos críos de Ranjit y Kavita. La niña al principio algo recelosa al final no se quería despegar de mi, jugamos a las muñecas y le peiné el pelo en una larga trenza poniéndole unas flores que había en la casa a modo de tocado, mientras Harry jugaba con el pequeño Surinder y con su padre, fuera de la casa con una pelota de aluminio, al fútbol.
-Mi suegra Menna dice que serán grandes padres-me dice Kavita con una sonrisa burlona, yo abro los ojos como platos y rio algo nerviosa.
-No tan pronto.
Cuando ya fue de noche, nos despedimos de toda la familia y lamentablemente hicimos que Ranjit tuviese que dar otro paseo en coche para llevarnos de vuelta al hotel.
-Ranjit, no venga mañana a trabajar. Hoy se va tarde y mañana le prometemos que nos quedaremos por aquí cerca y no iremos a sitios peligrosos-le dijo Harry.
-¿Están seguros?-nos preguntó.
-Segurísimos-le respondimos contentos.
Cuando llegamos a la habitación, a Harry y a mi se nos ocurrió una idea, aprovechando que mañana no vendría Ranjit, saldríamos a comprar regalos para él y su familia. Eran encantadores.
Narra Liam*
Cristina y yo nos pasamos todo el día en el prado, haciéndonos fotos, comiendo, jugando... Con ella no te podías aburrir, siempre sabía como hacerte reír o que tema de conversación sacar para que el día, el momento, el segundo fuese perfecto.
-Oye, Cristina, mira lo que he traído-le dije sacando una cosa, de la mochila grande que me había traído.
-¿Eso es una tienda de campaña?¿No estarás pensando hacer lo mismo que yo creo que quieres hacer, no?
Yo comienzo a reír y subo inocentemente los hombros.
Ella deja caer la cabeza pesadamente sobre el suelo y grita:
-Y encima tendré que ayudarte a montarla, ¿verdad?
-Venga perrona, en pie a montarla.
Entre los dos, la montamos y cuando ya estuvo echa, estaba atardeciendo. Vimos como las estrellas salían, como la luna se ponía y con esa tranquilidad, belleza y silencio reinante, pude sentir como nuestro amor crecía lentamente en nuestros corazones cuando la abrace fuertemente en un prado en medio de Alemania.
Narra Zayn*
Tras el baño y los besos arenosos ese día en la playa, fuimos a la habitación, nos duchamos y disfrutamos de un espectáculo nocturno en el hotel. Un espectáculo al que no préstamos mucha atención.
Estábamos demasiados absortos mirándonos a los ojos y dibujando sonrisas en la cara del otro. Parecía que nos olíamos lo que pasaría esa noche pues nada más entrar en la habitación algo recorrió nuestros cuerpos que hizo que Clara cerrase con fuerza la puerta y saltase sobre mis brazos, que hizo la despojase rápidamente de su corto y floreado vestido y que ella me quitase con ansia mi camiseta. Algo recorrió nuestro cuerpo que hizo que los dos cayésemos pesadamente sobre la cama, que nos hizo despojarnos de nuestra ropa. Un impulso, que hizo que esa noche, sin aviso, sin previsión, sin miedo, sin cautela, nos uniésemos en todos los sentido bajo un sentimiento llamado amor.
El último día de vacaciones...
Narra Marta*
Los días fueron pasando, y con ellos momentos mágicos e irrepetibles.
Niall y yo nos recorrimos San Petersburgo entera, comimos todo lo que nos pusieron, así que llevamos unos kilitos de más cada uno. Disfrutamos de los días con una tranquilidad que nada tenía que ver con nuestra gran aventura de caída libre, aunque creo que me lo va a estar recordando toda la vida. Además de con kilitos también volvemos a Londres con muchos moretones verdes de las caídas en la pista de hielo, sin embargo, se podría decir que somos casi profesionales del patinaje.
Por lo que hemos hablado con el resto, todos están bien, se lo han pasado genial y aunque tienen ganas de vernos, no quieren dejar su lugar de destino del que todos se han encariñado, incluso Cristina, a la que se la veía un poco a disgusto en Heidelberg, se ha enamorado de esa hermosa tierra. Supongo que volverá relajada y más feliz que nunca con Liam.
A Clara y Zayn los he visto más compenetrados y tontorrones que de costumbre, aunque siguen con sus típicas y estúpidas peleas. Se ve que el viaje y la convivencia los han unido aún más de lo que estaban...ya sabéis a que me refiero.
Louis y Els han disfrutado de unas románticas y pasadas por agua vacaciones. Al parecer le han dejado más dinero del debido a los gabachos...espero que me traigan un detalle y que no se lo hayan comprado todo para ellos.
En cuanto a mi hermana y Harry...bueno ha sido un poco extraño. Hasta ayer, parecía que estaban genial, más empalagosos que normalmente incluso; pero ayer parecían enfadados por la video llamada. Mi hermana no hablo mucho, algo raro en ella, y Harry aún menos. ¿Les habría pasado algo? Pues no lo se...pero espero que no.
Bueno, en el caso de que hubiese pasado algo, no tendré que esperar mucho para enterarme de que es...hoy viajaríamos y nos encontraríamos todos en Londres...o quizás no...
Penúltimo día de vacaciones...
-Ana, ¿puedes venir un momento?-le grita Harry a Ana desde la terraza. Ella esta recogiendo sus cosas, mañanas vuelven a salir de viaje; el esta como meditando, con las piernas cruzadas sobre la cama. Ya que esta es su última noche aquí en la India, Harry quiere aprovechar para darle esa sorpresa a Ana que tantas ganas tienes de decirle para poder compartir con ella su alegría.
Cuando Ana sale y lo ve de esas guisas comienza a reírse mientras se acerca a él. Cuando llega a la cama en la que se unieron por primera vez, se sentó en ella de un salto.
-Tengo algo que decirte...-le dice Harry con una sonrisa.
-¿Si? Cuenta, cuenta...-le contesta emocionada.
-¡No nos vamos a tener que separar! ¡Te he conseguido plaza en Oxford! Te puedes quedar en Londres, conmigo.
Ana se desinfla y la sonrisa que hasta hace un momento sostenía, se le cae.
-Harry...-le dice con pesadumbre y bajando la vista, apartando sus ojos de los de el-No puedo quedarme en Londres-suelta.
La sonrisa de Harry también se cae, se desvanece como si nunca hubiese existido, sus ojos pierden la luz de alegría que hace unos momentos los iluminaba, llenos de esperanza y amor.
-Estas de broma.
-No, Harry, no estoy de broma...Esto es algo que deberías haber consultado conmigo, no puedes decidir estas cosas sin mi-le dice acusadoramente, aunque en el fondo de su alma le duela tener que decirlo, es lo que debe hacer, lo que su cabeza le dice.
-Creí que esto era lo que deseábamos los dos, además es una sorpresa, no podía consultarte nada. Zayn, hizo lo mismo con Clara.
Harry se estaba empezando a enfadar y a levantar la voz.
-Ya bueno, pues yo no soy Clara.
-No, ya veo...¿Se puede saber por que no quieres quedarte conmigo?-pregunta dolido, mientras se levanta de la cama.
-Claro que me quiero quedar contigo, pero yo, en Londres, contigo, con el resto de chicos y con mis amigas, no podría estudiar, no me centraría.
Intenta razonar Ana, levantándose ella también y yendo a su encuentro.
-No puedo entenderte-Harry esta perdiendo los nervios-¿Tu sabes lo que he tenido que desembolsar, tan solo, para que se replanteasen tu matrícula a deshora? Y ahora, me vienes con que no podrías centrate, ¿que eres, una cría?
-Tengo que acabar mi carrera.
Harry grita estupefacto:
-¿Pones tu carrera por encima de nosotros?
Ana se mantiene tranquila:
-¿Prefieres seis años en los que sin poder centrarme en los estudios, repitiese una y otra vez, sin poder dedicarme por entero a ti, o tres años separados y el resto de la vida juntos?
-Yo quiero que no tengamos que separarnos y que acabes la carrera en tres años.
-Ya bueno, pues lo siento, pero no te has echado una novia lo suficientemente inteligente.
Ya ambos gritan.
-A ti lo que te pasa es que eres una cagada.
-¿Una cagada? No me hables así Harry.
-Si, una cagada, todo te da miedo, no puedes hacer nada por ti sola, necesitas la aprobación y el ánimo de todo el mundo porque no tienes la suficiente jodida fuerza para cumplir tus sueños, nuestros sueños. Estas tan malditamente asustada que ni si quiera lo intentas-golpe bajo-Y, ¿sabes? Empiezo a pensar que simplemente has estado conmigo este verano para tontear, para darte a conocer, para sacarme todo lo que pudieses; porque si de verdad te importase harías todo por mi, no desaprovecharías la oportunidad que te doy y no me dejarías-para, Harry, para antes de que las cosas se estropeen demasiado-Tu a mi no me quieres.
A Ana se le escapan unas lágrimas:
-¿Cómo puedes decirme eso?¿Cómo puedes?
Lágrimas. Lágrimas y silencio. Ana se recoge las lágrimas con las manos y se sorbe la nariz ante la mirada de Harry, que sabe que Ana tiene razón, que para poder empezar una vida con el, en Londres, tiene que terminar con la suya en España si no puede terminarla a su lado. Pero le duele y le da rabia tener que perderla y separarse de ella; y por eso no ha podido callar palabras que no siente y por eso su corazón se ha roto en mil pedazos y por eso sale por la puerta dando un portazo y la deja. Deja a Ana llorando desconsoladamente tirada en el suelo de la terraza.
Ana se empieza mover y a restregarse un poco los ojos. Esta tan guapa...con su pelo revuelto y su delgada mano sobre mi pecho, me siento el hombre más afortunado del mundo. Le aparto un mechón que esta sobre sus ojos, porque quiero verlos, quiero ver sus ojos aunque estén cerrados.
Me pica un poco la espalda, así que me revuelvo un poco y sin querer muevo más de la cuenta a Ana, que abre los ojos y al instante los entrecierra debido a la claridad que hay.
-Apaga la luz.
Me dice mientras hunde la cara en mi pecho. Yo me comienzo a reír.
-Ana, estamos fuera...
Se pone un poco tensa entre mis brazos y me dice simplemente:
-Ui, es verdad.
La miro con una sonrisa pícara y espero hasta que sube lentamente la cabeza con una sonrisa también, pero la suya es, más bien tímida. De repente, coge impulso y me da un corto beso en los labios, se separa con una sonrisa radiante y los ojos brillantes y se abraza con fuerza a mi barriga. Yo la aprieto fuerte contra mi.
-Mi gordita...
Narra Zayn*
-Suena tu móvil-le digo a Clara haciéndola reír porque tengo la boca llena.
Estamos desayunando en el bufé del hotel, al lado del mar. Es una preciosa mañana, el viento sopla suave trayéndonos el salado olor a mar, el sol radiante en el cielo azul nos da un calor que aunque intenso, no es muy sofocante.
-¿Si?-dice ella con una sonrisa aún en la cara.
Esta durante un rato hablando, habla en español así que no entiendo nada de lo que dice. Yo sigo comiendo y cuando por fin, acaba de hablar la noto bastante enfadada.
-¿Qué pasa?¿Quien era?-le pregunto.
-Era mi madre, que llamaba para preguntarme donde estaba, que estaba haciendo, con quien... No hace más que decirme que en menudo berenjenal me estoy metiendo por salir con alguien como tu...no lo entiende...-dice moviendo la cabeza, algo afectada.
-¿Le has dicho lo de Oxford? Quizás con eso me vea como una mejor influencia...-le digo algo preocupado.
Para mi es muy importante la familia y me gustaría caerle bien a la de Clara, para poder formar parte de ella, pero no se sí es por mi profesión, o por lo que más miedo me da, por mi religión, por lo que parece ser que ellos no están muy contentos conmigo.
-No, quiero decírselo en persona. Es algo muy importante-me dice.
-Importante y una gran oportunidad, se van a poner muy contentos, tranquila.
-¿Contentos? Se tranquilizarán por saber donde voy pero no les va a hacer ni pizca de gracia que vaya a estudiar tan lejos de casa, estoy segura de que al menos se enfadarán, no montarán en cólera, pero se van a enfadar-todo esto lo dice mientras unta con fuerza el pan en mantequilla. De repente lo suelta todo:
-Se me ha quitado el hambre-se levanta y se va hacia la barandilla que da a la playa.
Yo también suelto mis cubiertos, disgustado. Me levanto y voy a por ella. Un día perfecto, con un principio feo, muy feo.
Narra Louis*
Siento la claridad que da en mis ojos cerrados, pero no quiero abrirlos, estoy cansado. Me acurruco más a Els, apretándola más contra mi. Oigo que da un pequeño estornudo y sonrió porque me viene a la cabeza lo que paso ayer; y después rio porque a mi cabeza viene la imagen de la cara estupefacta de Eleanor con mechones mojados en la cara tras caer de la barca al río.
Me voy a dar la vuelta...que incómoda es esta cama...
-¡Aaahhhh!-al suelo.
No estaba en la cama, estaba en el sofá. No me había acordado de que ayer nos dormimos los dos apretujados en el sofá con la chimenea a los pies.
Eleanor se incorpora con los ojos hinchados y la nariz roja.
-¿Que haces ahí?-me pregunta ronca y apenas sin respirar. La pobre tiene la nariz congestionada.
-Estoy merendando, ¿quieres un poco de alfombra?-le digo con una sonrisa.
Ella suspira y se deja caer de nuevo en el respaldo del sofá, esta vez mirando hacia mi y no hacia la parte interna del sofá, como estaba antes.
Me acercó, votando con el culo, hasta que situo mi cara enfrente de la suya, nuestras narices se rozan. Ella se aleja mientras dice:
-¡Quita! Que te voy a contagiar...
Antes de que gire la cabeza, se la agarró.
-Hazlo.
Me acercó a sus labios y la beso con pasión. Cuando me alejo la miro con cariño y ella me sonríe mientras levanta una mano y me acaricia el pelo.
Comienzo a toser de mentira y me tiro al suelo gritando:
-Oohh ya siento los virus invadiendome, mátame Eleanor, mátame antes de que coja un resfriado que acabe con mi vida.
Ella riendo se incorpora en el sofá y comienza a tirarme los cojines que tiene a mano, que no son pocos. Yo sigo haciendo drama, doy las últimas "convulsiones" en el suelo y término mi actuación diciendo:
-Yo siempre te querré mi vida, me voy, recuérdame cada vez que estornudes.
Ella se rió y se lanzó encima mía, me dió un pico, para después ponerse sería y decirme:
-No bromes con esas cosas.
Y que razón tiene, con esas cosas no se bromea.
Narra Cristina*
-No quiero salir nunca de aquí-le digo a Liam mientras me hundo un poco más en el caliente agua.
-Pues como no salgamos nos vamos a poner como pasas-se ríe.
Yo también me rio y me acercó a el moviéndome lentamente por el agua caliente, de los baños termales del hotel.
Nuestro plan para hoy era ir al pueblo, comprar algo de comida típica e irnos dando un paseo al bosque donde haríamos un pequeño picnic. Pero el baño se estaba alargando.
-Yo ya me salgo porque si no tomo la iniciativa nos podemos quedar aquí todo el santo día-Liam se levanta y sale del baño individual en el que estamos ambos con un pequeño chapoteo-Vamos perezosa.
Me da un beso en el pelo y se va. Miro como se aleja y sonrio feliz.
¿Cómo he podido llegar a esto?¿Cómo he podido tener tanta suerte?
Aún recuerdo como si fuese ayer nuestro primer beso. Me llevo al ojo de Londres, la gran noria desde donde se ve todo Londres. Nevaba, un día nevado y frío en Londres, los dos en esa cabina espaciosa. Me miraba mientras yo observaba Londres a nuestros pies, me cogió la barbilla y me giro un poco la cabeza, no me dio tiempo si quiera a preguntarme que hacia, sentí sus labios sobre los míos y eso fue todo...todo desapareció a mi alrededor y me entregué a ese beso, a ese momento, a él. Me entregué a la magia.
Narra Marta*
Oigo el ruido de la ducha. Niall esta duchándose mientras yo sigo tumbada en la amplia cama. Me imagino las gotas de agua pegadas al cristal de la mampara...debían ser tan parecidas a las gotas que ahora poblaban mi cara. No soy mucho de llorar, me gusta ser optimista, feliz, no pensar en las cosas y no darle importancia a los problemas pero siempre llega un día que estallas y todo te da en la cara. Y ese día es hoy. Hoy me he puesto a pensar en el final del verano, que ya no esta tan lejano, y me he hundido y me ha dado miedo. Así que aquí estoy, tumbada, envuelta en las sábanas que ayer nos cubrieron poco a Niall y a mi, con un rayo de sol iluminando mi cara surcada por lágrimas, pensando en la despedida. Pensando en Niall, en los chicos, en Londres, en exámenes, mis compañeros retrasados de clase y mi pequeña ciudad; comparando y dándome cuenta de todo lo que iba a perder en un momento.
-¡Marta!-grita Niall.
Me incorporo rápido y me seco las lágrimas rápido.
-¡Dime!-chillo pero me ha salido un gallo.
-¿Te pasa algo?
-No...-mascullo.
-Oye, ¿te vienes a la ducha? Así ayudamos al medio ambiente ahorrando agua.
Suelto una risita y mientras voy caminando hacia el baño y abro la puerta, me voy despojando de mi ropa.
-Bésame-le digo antes de unir nuestros labios y nuestros cuerpos bajo el chorro de agua caliente que sale de la ducha y nos empapa a los dos.
Las gotas de agua surcan mi cara...las gotas de agua mezcladas con mis lágrimas. Angustia. Miedo.
Narra Eleanor*
-¿Me podrían traer algo para la tos, congestión, fiebre y dolor de cabeza? Gracias-Louis habla a través del teléfono con recepción.
Me he despertado ya mala pero cada vez me siento peor. Ahora mismo estoy cerca de la chimenea, debería estar calentita pero tirito.
-Ya te puedes quitar el termómetro-me dice Louis mientras lo coge de mi boca y lo mira-¡Tienes mucha fiebre! Voy a llamarles para decir que traigan a un médico...-dice volviéndose a dar la vuelta para ir de nuevo a llamar a recepción.
-No hace falta, Louis. Yo creo que es solo un trancazo y ya esta. No te preocupes.
Louis se da la vuelta y me mira con angustia. Se acerca a mi y me dice:
-Perdóname, perdona que te tirase al rio, nunca pensé que pudiese haber pasado esto. Si pudiera, me cambiaría por ti, porque ha sido mi culpa y...y me siento fatal... Claro, me comporto como un crío y son estas cosas las que consigo, poner mala a mi novia, si es que...
Este chico no tiene remedio.
-Louis, Louis no te emboles-le digo deteniendo su historia-No ha sido tu culpa. Me encanta que seas como eres y me encanto que me tirases al rio y me encanta que me cuides... ¿No te das cuenta? Me gustas tal y como eres, así eres perfecto.
Narra Clara*
¡Ya me han fastidiado el día!¿Por que mis padres no pueden entender que es esta mi decisión?¿Por que no entienden que mi elección es Zayn? Se equivocan al pensar lo que piensan de el. Que si al ser artista vive en una vida de en sueño en la que no existen los problemas, que nunca estará conmigo porque viajara mucho, que cada día podría elegir a una tía... Pero ellos no lo conocen, no saben como es realmente.
Alguien me agarra desde detrás y juntando sus manos sobre mi barriga me acerca más a el y me besa con dulzura el cuello.
-Zayn...-susurro-Quizás mis padres no quieran que este contigo y que...
-Ssshhh-me manda a callar-¿Has visto el día que hace hoy? Estamos en Cancún, de vacaciones y no nos vamos a amargar por nada ni por nadie. No vamos a darle vueltas a problemas que se van a solucionar, ¿vale?
Me da la vuelta, lo veo con una sonrisa de oreja a oreja, de esas con las que sale en las revistas y tu en tu casa te repites una y otra vez que es imposible que sea real porque es demasiado perfecta; y emocionada le contesto un flojo:
-Vale.
-Bien-me dice agarrándome del cuello-Sonríe, venga sonríe.
Y yo sonrió y el me acerca y me besa y los dos sonreímos mientras nos besamos.
Narra Ana María*
Harry tarareaba una canción, una canción de la que no conocía la letra pero de una melodía dulce y algo triste. La tarareaba mientras masajeaba mi espalda desnuda con una mano y con la otra entrelazaba sus dedos con los míos. Tenia la cabeza sobre su pecho y podía oír su corazón retumbando con fuerza en mi oído.
Cuando de repente, apareció una mariposa blanca y con ella una sonrisa a mis labios, sin embargo Harry dio un pequeño brinco, se puso rígido y soltando mi mano se dispuso a golpear a la pequeña y frágil mariposa.
-¡Quita bicho!-dijo.
Pero le agarré la mano antes de que pudiese golpearla.
-¡No!
Harry volteo la cabeza confuso mientras yo abría la mano y la mariposa se posaba en la palma.
-Ana, mátala que me da miedo-me roga Harry, logrando que soltase una fuerte carcajada.
-No...¿Sabes lo que decía mi abuela de estas mariposas?
-Cuéntame.
-Mi abuela siempre decía que las mariposas blancas eran portadoras de buena suerte y que por eso, cada vez que vieses una, tenías que pedir un deseo, porque con su magia, se harían realidad.
Sonreí recordando. Era una cría, una calurosa mañana de verano dando un paseo con mi abuela agarrada del brazo, vimos una mariposa y yo la solté del brazo y salí corriendo despavorida, ella se rió de mi y después me contó esta fantástica y esperanzadora historia, de sueños que se hacen realidad...como el mío.
-Y desde entonces odio a todos los insectos, excepto a las mariposas blancas-rio-Mi abuela se fue unos años después y yo se que cada vez que una mariposa viene a mi encuentro y se posa en mi mano, es ella, que viene a saludarme y a decirme que esta conmigo.
Harry me aprieta más fuerte y besa mi cabeza. Yo levanto la cabeza y le sonrió.
-¿Y a que esperamos? Pidamos un deseo.
Amplio mi sonrisa y el ensancha la suya, cerramos los ojos al mismo tiempo y deseamos.
<<Que este sueño no acabe nunca, abuela>>
Narra Liam*
-Pues se esta bien. Hace un día precioso, ¿verdad?-silencio-¿Cristina?
Miro a mi alrededor ya que no me contesta y veo que se ha quedado parada en un puesto de dulces, intentando entenderse con la repostera que la mira confusa, y ambas ríen ante la imposibilidad de entenderse. Yo sonrió y me acerco lentamente a ellas.
-¿Te entiendes?-me rio de Cristina mientras le doy un golpecito en la espalda.
-Ja, ja, ja, que gracia, ¿verdad?-me dice molesta-Intentaló tu, listo.
Cojo dos de los bollos que quería comprar Cristina y le extiendo a la mujer la mano llena de monedas. Ella suelta una carcajada y remueve las monedas en mi mano hasta que coge dos de color cobre. Después riendo se aleja un poco de nosotros y trae consigo una bolsa de galletas que nos extiende con una sonrisa.
Yo asiento a modo de agradecimiento y los dos nos vamos del puesto despidiéndonos de la mujer con la mano, que nos agita la suya hasta que la perdemos de vista.
-Que simpática-dice Cristina a la vez que le da un mordisco al dulce y tierno bollo-Pero, ¿cómo sabes que no te ha engañado?
-¿Le has visto pinta de engañarnos a la dulce mujer esa?
Cristina ríe, no no tenía pinta.
No tuvimos que caminar mucho tiempo más para llegar al final del pueblo y el principio del bosque. Según nos habíamos informado en el hotel, había un sendero que nos llevaría directos a un lindero, rodeado de preciosos árboles. Tenía una sorpresa de esas que a Cristina no le gustan al principio pero después si. Reí en mi interior, me encanta hacerla de rabiar.
Narra Niall*
-He leído en un folleto que a unos kilómetro fuera de la ciudad se pueden practicar deportes extremos como caída libre, ¿qué te parece?-me pregunta Marta.
-¿Y por que no comemos tranquilamente y dejamos eso para otro viaje?-le digo asustado.
No quiero hacer caída libre y menos con Marta al lado, que con lo gafe que es, me tira antes de tiempo y me mata.
-Hay que vivir aventuras, Niall.
-Ya, ya, pero bueno...no quiero morir en el intento de una, ¿sabes?
-Venga anda, no seas cobarde...¡Quiero hacer caída libre!¡Quiero hacer caída libre!-se puso a gritar en medio del restaurante del hotel en el cual estábamos desayunando.
Todo el mundo nos empezó a mirar con caras raras pero Marta siguió gritando y riendo al mismo tiempo que yo ponía cara de excusa y disculpa a la gente de nuestro alrededor y le intentaba tapar la boca. Pero no había manera...niña malcriada...
-Vale, vale, esta bien...iremos...
-¡YUPI!
Narra Ana María*
Tras costarnos la vida apartar las sábanas y levantarnos de esa cama en la que nos unimos la primera vez y en la que nos uniríamos muchas, muchas más veces a lo largo de la semana; nos duchamos, desayunamos entre risas y carantoñas, más incluso de las que ya nos solemos hacer y nos encontramos, listos para otra aventura de día, con Ranjit, que hoy nos quería llevar a otra parte turística de la ciudad. El iba conduciendo, mientras Harry y yo estábamos abrazados en la parte trasera, cuando me pico el gusanillo.
-Ranjit, ¿tu dónde vives?-le pregunté con curiosidad. El hombre no vestía con ropas muy caras y siendo guía turístico no tenía que tener un sueldo muy elevado por lo que no creo que viva en las majestuosas zonas residenciales por las que hemos pasado nosotros.
-Lejos de aquí señorita Ana, a las afueras de la ciudad.
-Las afueras de la ciudad están lejísimos del hotel, Ranjit. ¿Viajas durante muchas horas antes de llegar a recogernos?-le pregunta ahora Harry.
-No, señor. Unas dos cortas horas-abro mucho los ojos y miró con expresión asombrada a Harry que esta igual-Pero ya estoy acostumbrado.
Me moriría por ver su casa. Cuando llegue aquí me propuse algo, que entre tantos monumentos y lugares emblemáticos no estaba consiguiendo; y era descubrir la verdadera ciudad que se escondía detrás del lujo turístico. Le di un golpe en el brazo para que siguiese indagando pero como si hubiese leído mi cabeza le pregunto:
-¿Le importaría llevarnos a su casa? Nos corroe la curiosidad...
-No creo que les vaya a gustar a los señores, es mejor que sigamos con el plan. Mi casa no es digna.
-Ranjit, todas las casas son dignas si en ellas se convive con respeto y amor; y estoy segura que con alguien como tu en una casa, eso será lo primordial-le dije segura-Llevenos, queremos conocer a su familia.
Narra Louis*
-Es tan solo un constipado, no se preocupe-me dijo el doctor-Que descanse y se tome la aspirina para el dolor de cabeza y la congestión nasal.
Yo asentí y acompañé al amable señor hasta la puerta de la habitación.
-¿Ves como no era para alarmase? Sólo un poco de fiebre...-me dijo Eleanor desde el sillón.
Yo me acerqué a ella y me senté a su lado, pasándole el brazo por sus hombros.
-Me había asustado...
-¿Sabes lo que más rabia me da de todo esto?
-¿El que?
Eleanor carraspea y me mira con cara de pillina.
-Que según tenía entendido hoy tenía una sorpresa...
Yo comencé a reír y recordé lo que le tenía preparado. Podía arreglarlo todo.
-¡Y la sigues teniendo!¿Quien te ha dicho que no?
Eleanor comenzó a reír.
Narra Niall*
No se como me dejo convencer para hacer estas cosas.
-¿Estas bien?-el señor que me esta poniendo los cacharros para hacer la caída libre, que es el mismo que me llevara a mi de paquete, me ha tenido que notar el nerviosismo.
-Mi novia me da miedo.
El hombre se echa a reír.
-Todos tenemos novias que nos dan miedo. Pero la tuya no tiene pinta de ser muy mala, ¿o si?-me pregunta mirando a Marta, que ríe mientras el hombre que la llevaría a ella de paquete le coloca el casco.
-Yo no estaría aquí haciendo esto, la verdad...no es por ofender pero es una locura.
-Pero estas aquí, a punto de tirarte de un avión, de hacer una locura por tu chica. Si no te gustan estas cosas y tienes las pelotas para hacerlo quiere decir que la quieres los suficiente como para hacer cualquier cosa por ella, incluso una tontería de este tipo.
Yo sonrió y asiento.
-Supongo que si.
En ese momento Marta sale a correr en mi dirección, vestida de la misma forma estúpida que yo y salta sobre mi y me da un apasionado beso.
-Por si acaso morimos, precioso.
Yo que la agarro por la cintura la suelto de golpe asustado para decirle.
-¡No digas eso!-Marta hace caso omiso a lo que le digo y comienza a reír histéricamente mientras hace aspavientos amplios con los brazos y empieza a gritar:
-¡Vamos a volar!
Al rato ya estamos ambos montado en un avión a kilómetros de altura de tierra firme y con un ruido ensordecedor de motores que hace que me agobie aún más. Marta esta agarrada a mi mano y mira al exterior con curiosidad. No entiendo como puede estar tan tranquila...
-Voy a revisar los agarres-me dice el señor mientras comienza a comprobar todos los instrumentos que unen mi cuerpo al suyo.
-Asegurese bien-le suplico.
Marta que me esta mirando se ríe de mi y me guiña una ojo.
-Listo.
-Listo.
Se comunican los expertos.
-Vamos a saltar, chicos.
-¡Vamos allá!-dice Marta entusiasmada. Esta como una cabra...
-¡Jesucrito!-dijo yo.
El hombre que esta situado a mi espalda, casi se podría decir que me lleva a la fuerza a la puerta del avión, que abierta deja pasar un vendaval de aire fuerte que azota mis oídos.
-Tranquilo amigo, esto pasa rápido.
Marta ya esta a punto de tirarse, en el último momento gira la cabeza con una sonrisa y me grita:
-Te quie....
El <<ro>> lo escucho amortiguado pues es justo en ese momento cuando se tira.
Y ahora, es mi turno.
-No se sí quiero hacerlo-le digo al hombre cuando ya estamos en la puerta del avión, con todo el viento en la cara y la vista de todas las nubes y el suelo allí abajo.
-Venga tío. ¿Sabes? Después de esto podrás pedirle cualquier cosa a tu novia, que lo tendrá que hacer.
Cuando el hombre se impulsa y comenzamos a caer a la velocidad de la luz, a traspasar nubes y a ser embestidos por las fuertes ráfagas de viento se me ocurre lo que puedo pedirle a Marta:
No volver a hacer esto, nunca más.
Narra Cristina*
Liam y yo estuvimos un ratito caminando por el pequeño sendero con la cesta llena de comida y bebida y los bollitos recién comprados, hasta que llegamos a un prado enorme, lleno de flores y hierba verde esmeralda. El día había amanecido soleado y podría decirse que incluso algo caluroso para la zona de Alemania en la que estábamos, se estaba genial.
-Es precioso-le dije entusiasmada.
-¡Esta lleno de amapolas!
-Si, ya me he dado cuenta...¿sabes? Soy alérgica al polen-le dije empezando a sentir picor nariz. Esto es congestión psicológica porque hace un rato no me picaba, como lo de cuando oyes que alguien ha visto un bicho o tiene urticaria y comienzas a rascarte todo el cuerpo como un poseso.
-Pues menos mal que eres alérgica al polen, porque si lo llegas a ser a las amapolas estarías en problemas...
Volteo la cabeza para mirarle con cara de incredulidad cuando el fija su vista en mi, sin entender nada y me dije:
-¿Qué?
Comienzo a reír y me subo de un vote a su espalda, el deja la cestita en el suelo y después empieza dar bandadas de un lado a otro bruscamente intentando acerceme caer. Al final se deja caer él, al suelo y yo me muevo lo suficiente para que se de la vuelta, tumbándose boca arriba en el césped. Después paso mis piernas sobre su cuerpo y me coloco sobre el. Le beso con pasión y el con una mano, puesta en mi cuello me acerca aun más a el y con la otra recorre mi espalda con cariño.
-Estas tonto, ¿lo sabias?-le digo cuando separo nuestro labios.
Narra Zayn*
El día paso rápido. Logré quitarle de la cabeza a Clara todos los problemas y las preocupaciones que tenía desde que había hablado con sus padres. Nuestro día se basó en un mañana y tarde de playa.
-Corre Clara, ¡corre!-le gritaba yendo detrás de ella corriendo por la arena intentando atraparla, mientras ella reía.
No me preguntéis como paso, pero acabe tirado boca abajo cuán largo era en la arena. Oía como Clara gritaba y después empezaba reír de nuevo mientras se acercaba a mi de prisa.
-¿Estas bien, precioso?
Yo me quejé y levanté la cabeza lentamente. Cuando Clara me vio, se tapó la boca para no soltar una carcajada en mi cara pero no aguanto mucho tiempo.
-Pobrecito, espera, que te quite la arena...-me decía mientras me sentaba y ella con una mano me quitaba lentamente la arena de la cara.
Esa cara de concentración y con una media sonrisa, me impulso a acercarme a ella y a darle un corto beso. Cuando nos apartamos ella se limpió los labios diciendo:
-¡Un beso arenoso!
-¿Un beso arenoso?¿Un beso arenoso?¡Te vas a enterar de lo que es un beso arenoso!-le dije amenazadoramente.
Clara grito, se levantó rápida y comenzó a correr de nuevo en dirección al mar.
-¡Ven aquí, cariño, que te voy dar un beso largo y pasional lleno de arena!
Los dos entramos en el mar corriendo y ya allí, si que la alcancé. La agarré de los muslos e hice que pasase sus piernas alrededor de mi cadera. Los dos reíamos mientras las olas chocaban en nuestros cuerpos unidos. Después la besé apasionadamente mientras ella recorría mi espalda con sus manos. Nos separamos y comencé a besarle el cuello fuertemente haciendo que ella me apretase más contra su cuerpo y buscase de nuevo mis labios para besarlos. Entre tanto jaleo no nos percatamos de que una gran ola venía hacia nosotros, así que fuimos bruscamente separados y arroyados por ella. Cuando conseguí sacar la cabeza y levantarme vi a Clara a unos metros de distancia mía con los pelos en la cara, mirada desorientada y recolocándose la parte superior del bikini. Cuando me vió, comenzó a reírse:
-Tu tupe se ha caído.
Narra Harry*
-¿Esta es tu casa Ranjit?-le pregunto algo impresionado.
Ana esta más o menos igual que yo, con los ojos como platos va recorriendo la única habitación que compone esta minúscula y más que simple "casa".
-Si, ya les dije que era muy corriente pero tenemos más de lo que muchos de por aquí poseen. Me siento afortunado.
-Ranjit, ¿no crees que deberías pedir más por tu trabajo? Viajas todos los días para recoger a turistas como Harry yo al hotel, te pasas el día entero fuera de casa recorriendo siempre las mismas rutas, andando bajo el sol abrasador y después otro viaje hasta aquí. ¡Acabarás agotado! Y por lo que veo aquí, tu sueldo no debe ser muy grande...-le dice Ana algo preocupada.
-Si les exijo más, me dirán que me vaya que no les costará encontrar a alguien que trabaje por menos incluso de lo que cobro yo. Y es cierto señorita, la gente esta desesperada por trabajar y aceptan miserias...como yo, la acepté en su día...
Bajó la cabeza avergonzado ante esta confesión. Ana y yo nos miramos con cara de circunstancias y justo cuando iba a ofrecerle algo de dinero entraron por la puerta una mujer mayor, una más joven, de la edad de Ranjit, quizás su mujer y dos niños, una niña de unos dos años y un chico de unos 10.
-Meena, Kavita, estos son los señores a los que estoy atendiendo durante esta semana-nos presento a las mujeres.
-¿Ellas también hablan inglés, Ranjit?-le pregunto Ana.
-Mi madre, Menna-le paso el brazo por los hombros a la mujer mayor-no sabe, pero mi mujer Kavita si. Por cierto, ellos son Harry y Ana.
-Encantada-se nos acercó Kavita tendiendonos la mano. Nosotros se la estrechamos con una sonrisa en la cara-Siento no tener la casa lo suficiente preparada para ustedes.
-No se preocupe, hemos venido sin avisar, ha sido nuestra culpa, pero teníamos curiosidad por conocer a la familia de nuestro encantador guía-le dije riendo.
-Nadie había venido antes, a los turistas no les suele interesar esta parte de la ciudad o ni siquiera la verdadera vida que se lleva en este país...-dijo con algo de rencor-Bueno, Surinder, Pooja, saludad a los señores-le dijo a los niños.
Ana se apresuró a agachare para ponerse a la altura de los niños y mientras yo le daba la mano al simpático chico, ella le ponía caras a la pequeñina Pooja para que saliese de detrás de su madre, donde se escondía avergonzada.
-Mi madre dice que si quieren quedarse a comer. Sin compromiso señores, entenderemos que prefieran comer en un sitio más adecuado.
Ana estaba ahora demasiado entretenida hablando con Kavita y los niños como para prestarle atención a lo que decía Ranjit pero yo sabía que estaría de acuerdo conmigo.
-Encantados de quedarnos Ranjit, ¿ayudamos en algo?
Narra Eleanor*
-Señorita, el señor Louis la espera-me dice el botones que ha venido a buscarme.
-¿Esta abajo?-le pregunto sonandome los mocos por enésima vez...me he tenido que echar un kilo de maquillaje en la nariz para tapar el rojo fosforescente.
-No, señorita, en la azotea, yo la acompaño.
¿En la azotea? A media tarde me ha dejado en la cama, diciéndome que descansase que mientras, el iba a hacer una cosa. No me ha querido decir que era así que supuse que era algo relacionado con mi sorpresa y creo que no me he equivocado.
Mientras el botones y yo íbamos en el ascensor me empezó a decir:
-El señor se ha esforzado mucho en organizarlo todo y ha quedado precioso.
Cada vez tenía más ganas de ver que era eso que había preparado con tanto empeño, aunque de lo que realmente tenía ganas era de verlo a él, que me había dejado toda la tarde sola y lo había echado mucho de menos.
Por fin llegamos a la planta, el hombre se paró en una puerta de metal, supongo que sería esa la que llevaría a la azotea. Ántes de abrirla dijo:
-Esta muy guapa, que disfruten.
-Gracias, lo haremos.
Cuando salí a la azotea, el vestido ondeo con el suave y cálido viento que corría. Apoyado en la piedra que servía de barandilla estaba mi mitad, vestido de traje de chaqueta y de espaldas a mi.
-Eh, tu, guapo, ¿qué haces por aquí?-le dije pícaramente.
El se dio la vuelta con una sonrisa que se congeló en sus labios al verme.
-Estas...estas...
-¿Decente?
-Decente dice...ven aquí-me acerco a el y nos abrazamos fuertemente-¿Estas mejor?
-Mucho mejor ahora que estoy contigo.
Me da un beso y agarrándome de la mano me dirige hacia una mesa que esta al lado de la barandilla en la que hace un momento estaba el apoyado.
-Ooohhh, ¡no me había dado cuenta de la torre Eiffel! Y la mesa esta tan bien decorada...¿lo has echo tu?-le pregunto mientras me siento en la silla que el me aparta.
-¡Todo! La comida también así que no exijas mucho...ya sabes que lo intento-me dice haciéndome reír.
-Todo para mi-susurro mirándolo a los ojos.
-Todo para ti. Para ti la comida, las vistas, la decoración, mi corazón y yo entero. Todo para ti.
Narra Marta*
-¡Fue increíble cuando me tire! Esa fue la mejor parte, bueno, esa y cuando te vi en frente mía con los ojos cerrados, la boca abierta y todos los carrillos llenos de aire-comencé a reír al recordarlo-Cuando te vi, me entró la risa y al reírme y abrir la boca, me paso lo mismo que a ti y ya no la podía cerrar.
Niall y yo ya estábamos en el hotel. Yo me estaba poniendo el pijama y el estaba tirado boca abajo en uno de los sofás del salón de la habitación. Demasiadas emociones en un día para él.
-Niall, ¿estas bien?-le pregunto.
El gruñe contra el cojín en el que esta tirado. Yo me siento a su lado y le digo:
-Venga, anda, que se que tu también lo has disfrutado.
Levanta la cabeza y se da la vuelta en el sofá poniéndose boca arriba y sacando dedos comienza a enumerar:
-He andado mal con tanto tembleque de piernas durante una hora, he estado mareado dos horas y he vomitado tres veces. No, no Marta, no lo he disfrutado.
Yo me empiezo a reír porque es verdad.
-Encima te ríes, ¿no?
-No seas tonto anda-le digo empezándole a dar besos por el cuello y a desabrocharle la camisa-Te voy a recompensar el esfuerzo.
Sonríe un poco.
-Vale, pero prométeme algo-me dice alejándome de él por los hombros.
-Lo que quieras.
-No lo volveremos a hacer.
-Prometido-le digo levantándolo del sofá y dirigiéndolo hacia la cama, donde lo empujo con fuerza y me echo encima de él.
-No más deportes extremos-susurra sonriendo mientras me da la vuelta poniéndose encima mía.
-Yo no he prometido eso, he dicho que no volveremos a hacer caída libre.
Niall para de besarme y se deja caer sin fuerza sobre mi cuerpo, dejándome sin aire, aplastada contra su cuerpo.
-Me rindo contigo.
Yo suelto una risa cantarina y vuelvo a besarle con amor.
Narra Ana*
Nos tiramos toda la tarde en casa de Ranjit y su familia. Descubrimos muchas cosas, entre otras como era vivir en una ciudad atestada de pobres que viven bajo el peso de los ricos que les hacen trabajar por un mísero cheque que no les vale para nada más que comida y algo de ropa, sin posibilidades de ahorrar para poder llevar una vida mejor. Pero también disfrutamos haciendo hablar en inglés a Menna y con los preciosos críos de Ranjit y Kavita. La niña al principio algo recelosa al final no se quería despegar de mi, jugamos a las muñecas y le peiné el pelo en una larga trenza poniéndole unas flores que había en la casa a modo de tocado, mientras Harry jugaba con el pequeño Surinder y con su padre, fuera de la casa con una pelota de aluminio, al fútbol.
-Mi suegra Menna dice que serán grandes padres-me dice Kavita con una sonrisa burlona, yo abro los ojos como platos y rio algo nerviosa.
-No tan pronto.
Cuando ya fue de noche, nos despedimos de toda la familia y lamentablemente hicimos que Ranjit tuviese que dar otro paseo en coche para llevarnos de vuelta al hotel.
-Ranjit, no venga mañana a trabajar. Hoy se va tarde y mañana le prometemos que nos quedaremos por aquí cerca y no iremos a sitios peligrosos-le dijo Harry.
-¿Están seguros?-nos preguntó.
-Segurísimos-le respondimos contentos.
Cuando llegamos a la habitación, a Harry y a mi se nos ocurrió una idea, aprovechando que mañana no vendría Ranjit, saldríamos a comprar regalos para él y su familia. Eran encantadores.
Narra Liam*
Cristina y yo nos pasamos todo el día en el prado, haciéndonos fotos, comiendo, jugando... Con ella no te podías aburrir, siempre sabía como hacerte reír o que tema de conversación sacar para que el día, el momento, el segundo fuese perfecto.
-Oye, Cristina, mira lo que he traído-le dije sacando una cosa, de la mochila grande que me había traído.
-¿Eso es una tienda de campaña?¿No estarás pensando hacer lo mismo que yo creo que quieres hacer, no?
Yo comienzo a reír y subo inocentemente los hombros.
Ella deja caer la cabeza pesadamente sobre el suelo y grita:
-Y encima tendré que ayudarte a montarla, ¿verdad?
-Venga perrona, en pie a montarla.
Entre los dos, la montamos y cuando ya estuvo echa, estaba atardeciendo. Vimos como las estrellas salían, como la luna se ponía y con esa tranquilidad, belleza y silencio reinante, pude sentir como nuestro amor crecía lentamente en nuestros corazones cuando la abrace fuertemente en un prado en medio de Alemania.
Narra Zayn*
Tras el baño y los besos arenosos ese día en la playa, fuimos a la habitación, nos duchamos y disfrutamos de un espectáculo nocturno en el hotel. Un espectáculo al que no préstamos mucha atención.
Estábamos demasiados absortos mirándonos a los ojos y dibujando sonrisas en la cara del otro. Parecía que nos olíamos lo que pasaría esa noche pues nada más entrar en la habitación algo recorrió nuestros cuerpos que hizo que Clara cerrase con fuerza la puerta y saltase sobre mis brazos, que hizo la despojase rápidamente de su corto y floreado vestido y que ella me quitase con ansia mi camiseta. Algo recorrió nuestro cuerpo que hizo que los dos cayésemos pesadamente sobre la cama, que nos hizo despojarnos de nuestra ropa. Un impulso, que hizo que esa noche, sin aviso, sin previsión, sin miedo, sin cautela, nos uniésemos en todos los sentido bajo un sentimiento llamado amor.
El último día de vacaciones...
Narra Marta*
Los días fueron pasando, y con ellos momentos mágicos e irrepetibles.
Niall y yo nos recorrimos San Petersburgo entera, comimos todo lo que nos pusieron, así que llevamos unos kilitos de más cada uno. Disfrutamos de los días con una tranquilidad que nada tenía que ver con nuestra gran aventura de caída libre, aunque creo que me lo va a estar recordando toda la vida. Además de con kilitos también volvemos a Londres con muchos moretones verdes de las caídas en la pista de hielo, sin embargo, se podría decir que somos casi profesionales del patinaje.
Por lo que hemos hablado con el resto, todos están bien, se lo han pasado genial y aunque tienen ganas de vernos, no quieren dejar su lugar de destino del que todos se han encariñado, incluso Cristina, a la que se la veía un poco a disgusto en Heidelberg, se ha enamorado de esa hermosa tierra. Supongo que volverá relajada y más feliz que nunca con Liam.
A Clara y Zayn los he visto más compenetrados y tontorrones que de costumbre, aunque siguen con sus típicas y estúpidas peleas. Se ve que el viaje y la convivencia los han unido aún más de lo que estaban...ya sabéis a que me refiero.
Louis y Els han disfrutado de unas románticas y pasadas por agua vacaciones. Al parecer le han dejado más dinero del debido a los gabachos...espero que me traigan un detalle y que no se lo hayan comprado todo para ellos.
En cuanto a mi hermana y Harry...bueno ha sido un poco extraño. Hasta ayer, parecía que estaban genial, más empalagosos que normalmente incluso; pero ayer parecían enfadados por la video llamada. Mi hermana no hablo mucho, algo raro en ella, y Harry aún menos. ¿Les habría pasado algo? Pues no lo se...pero espero que no.
Bueno, en el caso de que hubiese pasado algo, no tendré que esperar mucho para enterarme de que es...hoy viajaríamos y nos encontraríamos todos en Londres...o quizás no...
Penúltimo día de vacaciones...
-Ana, ¿puedes venir un momento?-le grita Harry a Ana desde la terraza. Ella esta recogiendo sus cosas, mañanas vuelven a salir de viaje; el esta como meditando, con las piernas cruzadas sobre la cama. Ya que esta es su última noche aquí en la India, Harry quiere aprovechar para darle esa sorpresa a Ana que tantas ganas tienes de decirle para poder compartir con ella su alegría.
Cuando Ana sale y lo ve de esas guisas comienza a reírse mientras se acerca a él. Cuando llega a la cama en la que se unieron por primera vez, se sentó en ella de un salto.
-Tengo algo que decirte...-le dice Harry con una sonrisa.
-¿Si? Cuenta, cuenta...-le contesta emocionada.
-¡No nos vamos a tener que separar! ¡Te he conseguido plaza en Oxford! Te puedes quedar en Londres, conmigo.
Ana se desinfla y la sonrisa que hasta hace un momento sostenía, se le cae.
-Harry...-le dice con pesadumbre y bajando la vista, apartando sus ojos de los de el-No puedo quedarme en Londres-suelta.
La sonrisa de Harry también se cae, se desvanece como si nunca hubiese existido, sus ojos pierden la luz de alegría que hace unos momentos los iluminaba, llenos de esperanza y amor.
-Estas de broma.
-No, Harry, no estoy de broma...Esto es algo que deberías haber consultado conmigo, no puedes decidir estas cosas sin mi-le dice acusadoramente, aunque en el fondo de su alma le duela tener que decirlo, es lo que debe hacer, lo que su cabeza le dice.
-Creí que esto era lo que deseábamos los dos, además es una sorpresa, no podía consultarte nada. Zayn, hizo lo mismo con Clara.
Harry se estaba empezando a enfadar y a levantar la voz.
-Ya bueno, pues yo no soy Clara.
-No, ya veo...¿Se puede saber por que no quieres quedarte conmigo?-pregunta dolido, mientras se levanta de la cama.
-Claro que me quiero quedar contigo, pero yo, en Londres, contigo, con el resto de chicos y con mis amigas, no podría estudiar, no me centraría.
Intenta razonar Ana, levantándose ella también y yendo a su encuentro.
-No puedo entenderte-Harry esta perdiendo los nervios-¿Tu sabes lo que he tenido que desembolsar, tan solo, para que se replanteasen tu matrícula a deshora? Y ahora, me vienes con que no podrías centrate, ¿que eres, una cría?
-Tengo que acabar mi carrera.
Harry grita estupefacto:
-¿Pones tu carrera por encima de nosotros?
Ana se mantiene tranquila:
-¿Prefieres seis años en los que sin poder centrarme en los estudios, repitiese una y otra vez, sin poder dedicarme por entero a ti, o tres años separados y el resto de la vida juntos?
-Yo quiero que no tengamos que separarnos y que acabes la carrera en tres años.
-Ya bueno, pues lo siento, pero no te has echado una novia lo suficientemente inteligente.
Ya ambos gritan.
-A ti lo que te pasa es que eres una cagada.
-¿Una cagada? No me hables así Harry.
-Si, una cagada, todo te da miedo, no puedes hacer nada por ti sola, necesitas la aprobación y el ánimo de todo el mundo porque no tienes la suficiente jodida fuerza para cumplir tus sueños, nuestros sueños. Estas tan malditamente asustada que ni si quiera lo intentas-golpe bajo-Y, ¿sabes? Empiezo a pensar que simplemente has estado conmigo este verano para tontear, para darte a conocer, para sacarme todo lo que pudieses; porque si de verdad te importase harías todo por mi, no desaprovecharías la oportunidad que te doy y no me dejarías-para, Harry, para antes de que las cosas se estropeen demasiado-Tu a mi no me quieres.
A Ana se le escapan unas lágrimas:
-¿Cómo puedes decirme eso?¿Cómo puedes?
Lágrimas. Lágrimas y silencio. Ana se recoge las lágrimas con las manos y se sorbe la nariz ante la mirada de Harry, que sabe que Ana tiene razón, que para poder empezar una vida con el, en Londres, tiene que terminar con la suya en España si no puede terminarla a su lado. Pero le duele y le da rabia tener que perderla y separarse de ella; y por eso no ha podido callar palabras que no siente y por eso su corazón se ha roto en mil pedazos y por eso sale por la puerta dando un portazo y la deja. Deja a Ana llorando desconsoladamente tirada en el suelo de la terraza.
sábado, 12 de enero de 2013
CAPITULO 63 "Movimiento"
NOTA: Hola corazones!! Cuanto tiempo chicas...siento muchísimo la tardanza :(( es que he estado atareadísima...pensé en escribir mucho en navidades pero habia tanto ajetreo en mi casa que apenas escribi, lo siento :(( espero que disfruteis del capi y pongo la nota al principio y no al final porque no os quiero cortar el rollo, ya lo entendereis ;)
un beso grande!! os quiero <3
Narra Zayn*
-¡No pienso subir más, se acabó!-dijo Clara algo enfadada y con la voz entrecortada.
-Venga, que ya nos queda poco, tonta...-le dije riendo.
-¿Poco?¿Poco?¡No vamos ni por la mitad!
Yo seguí riendo pero la verdad es que yo también estaba cansado, además de algo mareado cuando miraba para abajo y veía la distancia recorrida.
Clara y yo estábamos subiendo la pirámide Chichen Itza, era alta, mucho más de lo que me había imaginado al verla desde abajo, además de ser empinada. Clara se sentó en uno de los diminutos y estrechos escalones de los que constituían la pirámide, un poco de lado para no resbalarse.
Yo hice lo mismo al lado suya para intentar convencerla de seguir adelante. Ya tengo un plan.
-Vamos a seguir subiendo princesita-le dije con una sonrisa poniéndole una mano sobre la espalda.
-¿Por qué me llamas princesita? Ya sabes que no me gusta...-me respondió Clara con cara de disgusto.
-¿Que por que te llamo princesita? Porque te comportas como una, como una cobarde y desaventurada princesita, que se ha subido a una pirámide y antes de llegar al fin del recorrido dice que quiere bajar porque esta cansada.
Clara soltó una carcajada y agarró el mechón que se había escapado de su coleta y se lo colocó detrás de la oreja.
-Zayn se que lo estas haciendo a posta, no me voy a dejar picar, ¿sabes?
-¿Yo?¿Picarte? No, lo siento princesa, no te pico, te digo lo que pienso-me levanto y antes de seguir hacia adelante me acerco a su oído y le susurro-Adiós cobarde, cuando baje te rescataré.
Me puse a cuatro patas y seguí subiendo. Cuando llevaba unos minutos, volteé la cabeza para saber si alguien precioso y simpático me seguía y efectivamente hay estaba mi Clara subiendo detrás mía. Cuando levantó la cabeza y me vio mirándola me dijo gritando:
-¡Tira para adelante!
Narra Eleanor*
-Estoy agotada-le dije a Louis sentándome en la silla que el mismo me agarraba.
-Uuiii pues de agotamiento nada, que ahora llegaba lo mejor, que íbamos a ver tu ropa interior.
Yo reí y agarré la carta de cafés y chocolates que había sobre la mesa de aquel pequeño café tan céntrico y bonito en el que habíamos parado a descansar nuestras cansadas piernas tras estar toda la mañana dando vueltas y mirando y comprando en tienda tras tienda.
Louis se sentó en frente mía y sabía que mientras que yo leía la carta el me observaba así que, levanté lentamente los ojos y lo mire con una sonrisa.
-¿Qué pasa?
-Nada-me respondió-Que estoy muy contento de estar aquí contigo.
-Yo también-le respondí y me incorporé un poco de la silla para acercame a el y darle un suave beso en los labios.
-Para mañana te tengo preparada una cena muy especial-me dijo con voz cantarina.
-¡Qué bien! Cuéntame, cuéntame...
Pero no me contó nada, era una sorpresa. Seguimos hablando como solemos hablar nosotros, entre bromas, risas, códigos que sólo nosotros entendemos...
Hay veces que veo tan evidente que voy a pasar toda mi vida al lado de Louis que me da miedo, me da miedo pensar que quizás el no lo vea como yo, que quizás no me quiera tanto como yo a el, que quizás el no lo tenga tan claro.
Narra Cristina*
Liam y yo nos despertamos tarde, tanto que ni siquiera desayunamos. Primero nos fuimos a la piscina-balneario del hotel donde estuvimos un rato relajandonos y jugando. Después subimos a la habitación donde nos dimos un baño...los dos juntos...¡para no perder tiempo! Mal pensados...
Después bajamos al restaurante, tomamos algo rápido y salimos del hotel, queríamos ver un castillo que estaba en Heidelberg, por lo que vimos de lejos, era precioso. Parecía de película, pero para llegar hasta arriba teníamos que subir un empinado camino.
-¡Cuidado!-me dijo Liam medio riendo, mientras volvía a salvarme de otra caída agarrándome por la cintura.
-Liam, parece que no me conoces...¡que no me gusta el deporte!-me quejé-¿Por qué hay que venir andando?
-Porque es más bonito y más entretenido y no se permite subir con coche...
-Joo...¿me llevas a caballito?-le pregunté con una sonrisa.
-No-rió el.
Espero que merezca la pena el castillo y las vistas porque sino me voy a enfadar mucho...
Narra Ana María*
-¿Qué hora es Harry?-llevamos unas horas los dos dando vueltas en la cama, porque con esto del cambio de hora estamos los dos un poco descolocados.
Harry se incorpora un poco y agarra el móvil que esta encima de la mesilla y dice incrédulo:
-¡Las 4! Hay que volverse a dormir sino, vamos a seguir con el horario cambiado.
-Me siento confundida con la hora-dije con pena.
Harry se rió de mi y después me agarró la cintura y me abrazo desde detrás. Me dio un beso en la cabeza y suspiró. Yo me estremecí y me achuché más contra su cuerpo.
-Harry...
-¿Que?
-Nada...
Narra Niall*
-¿Ya esta decidido, señor?-me preguntó la dependienta.
-Si, creo que si...me gusta este, ¿qué le parece?-le dije mostrándole el abrigo que había elegido para Marta.
Me desperté y ella seguía durmiendo así que me vestí con capas y capas de ropa y me fuí a comprar abrigos para ambos. El mío fue fácil, me compre el primero que vi y ya esta, pero el de Marta me estaba costando más de decidir.
-Este es precioso, seguro que a su afortunada novia, le encantará.
Salí de la tienda y me dirigí de vuelta al hotel. Cuando entré en la habitación me encontré a Marta sentada en el sofá comiendose una bolsa de chucherías que había en la habitación y viendo Bob Esponja en ruso.
-Hola hamburguesita, ¿me das una golosina?
Marta se dio la vuelta bruscamente y me miró con ansiedad.
-¿Dónde te habías metido? Me he dado un susto muy grande cuando he visto que te habías ido sin mi...
Yo reí y sacando el abrigo que le había comprado de la bolsa le dije:
-Estaba comprando esto para ti.
Marta se quedo con la boca abierta y me dijo lo que quería oír:
-Es precioso, me encanta-lo cogió y se lo puso sobre el pijama-Me queda bien, ¿cómo has acertado con la talla?
-Bueno...es que te miró mucho, entonces más o menos supuse que sería esa.
Marta rió y se abalanzó sobre mi.
Narra Liam*
-Aaaaiiiii por fin llegamos, que cansancio de verdad...
¡Que exagerada es! Si no era tan larga la caminata, dos horas y media cuesta arriba pero hemos parado a comer algo y a descansar...
-No llores tanto-le dije abrazándola por detrás y besándole el cuello.
-No, no me beses el cuello, que estoy muy cansada y que sepas que esta noche voy a estar igual de cansada y no voy a querer hacer nada de nada.
-Cristina por favor...-le decía medio en serio, medio en broma mientras la dirigía hacia la puerta del castillo.
-¡Pero si aquí hay coches! ¿No me habías dicho que solo se podía llegar caminando?
-Mmmm....bueno....
La solté y salí corriendo.
-¡Liam!¡Ven aquí!
Cristina corría detrás mía para pegarme pero estaba cansada y yo soy un deportista así que escape con vida. El enfado, el enfado se le quitaría cuando entrase en el castillo y supiese la sorpresa que le tenía preparada.
Narra Louis*
-Mira, ¿nos montamos en esa barca?-le pregunto a Els.
Un hombre, cerca de rio, anuncia viaje a través del rió por un módico precio.
-No se...no tiene muy buena pinta la barca, ¿no? Parece que se fuese a desmoronar en cualquier momento. No estoy segura de querer montarme ahí.
-Venga, anda, si seguro que no pasa nada-la intento convencer mientras me la llevo hacia la orilla del río contento.
-Madre mía...-la oigo mascullar.
Me acerco al hombre y parloteando algo de francés le digo que quiero montarme, el hombre me sonríe y me muestra su desdentada dentadura, me señala una caseta cercana en la que hay una mujer anciana balanceándose en una mecedora y me dice que deje allí las bolsas.
-Tenemos que dejar allí las bolsas, no podemos llevarlas en la barca-le anuncio a Eleanor.
-No, Louis. ¿Y si nos roban?-me responde ella asustada.
-Pero, ¿que dices? Se les ve buena gente.
-Si, ya...
Dejamos las bolsas con la mujer, que movió levemente la cabeza como saludo y nos aproximamos a la barca. El hombre le tendió la mano a Eleanor, que a regañadientes se la agarró y yo la sujete por la cintura fuertemente para que no se cayese con el balanceo inicial de la barca. Después subí yo sin problemas y me senté cerca de Eleanor pasándole un brazo por los hombros y agarrandole la mano que tenía sobre el regazo con la mía.
Comenzamos a navegar dulcemente por el río.
-¿Ves como no pasa nada?-le digo en el oído y le beso la mejilla dulcemente.
Narra Marta*
-Menudo frío hace, ¿no?-le digo a Niall mientras salimos por la puerta del hotel y una ráfaga de aire helado parece que me corta la cara. Menos mal que Niall con el abrigo también me ha comprado una bufanda larga y calentita, un gorro de lana y unos preciosos guantes/manoplas.
-Si, la verdad es que no nos ha salido un día ,meteorológicamente hablando, demasiado bueno para hacer turismo.
-Bueno, si hace falta nos abrazamos, por lo del calor corporal y esas cosas...
Niall suelta una de sus características carcajadas y me pasa el brazo por los hombros.
-Anda, vamos a comprar un mapa.
Yo abro los ojos y pregunto:
-¿Nosotros?¿Con mapa? Nos perderemos...
-¡Que va! Que yo tengo un sentido de la orientación muy bueno.
Narra Clara*
-Es precioso-le dije a Zayn.
Los dos estábamos en lo alto de la pirámide viendo el inmenso y basto paisaje que nos rodeaba lleno de selva. Parecía que teníamos el cielo más cerca nuestra, como si levantando una mano pudiésemos tocarlo y acariciar las nubes.
-¿Ves como tenías que subir?-me susurró al oído Zayn mientras me abrazaba por detrás.
-Es maravilloso...-musite.
Eche mi cabeza hacia atrás, apoyandola sobre el hombro firme de Zayn. Después la volteé un poco y fije mis ojos en los suyos. La luz del sol se reflejaba en sus ojos marrones y sus labios se curvaban en una relajada sonrisa, su tupe ondeaba al compás del suave viento. Cuando se dio cuenta de que lo observaba me miró a los ojos, me sonrió, levantó de nuevo la cabeza y puso morritos como si estuviese posando lo que me hizo reír.
-¿Me besas?
-¿Eh?
Rodé sobre sus brazos, levanté los míos pasándolos por sus hombros, le acerqué lo más que pude a mi y ya muy cerca de sus labios, le dije:
-Que me beses.
Narra Harry*
-¡El Taj Mahal! Bueno, es un complejo edificio construido entre 1631 y 1654...
Bajo el sol sofocante, el guía nos daba la típica charla mientras Ana y yo íbamos de la mano mirando todo con curiosidad. Ana de vez en cuando preguntaba y se burlaba del guía diciendo palabras en español como si fuesen en inglés y el señor no las entendía.
-Ranjit, debe usted de repasar esas palabra porque son muy comunes en el inglés y si no las sabe, pierde mucho como traductor y guía, la verdad...
Yo me reía por lo bajito y apretaba la mano de Ana para que no se pasase tanto con el pobre hombre, ella me sonreía y se abanicaba con la mano o se pasaba la mano por la frente o se mojaba los labios.
-¿Podemos parar aquí a descansar, Ranjit?-pregunté.
-Claro.
Y los tres, y recalco los tres, nos sentamos en un banco. Yo carraspeé un poco...nadie se movió, Ana carraspeó un poco...nada, tosí...el tío sigue sin inmutarse si quiera...
-Ranjit, queremos intimidad, ¿te importa irte a dar un paseo por ahí?-dijo Ana de improviso.
-Ups, lo siento. Ya me voy...-Ranjit se levantó y mientras andaba se despidió de nosotros con la mano y una sonrisa.
Los dos reímos y le despedimos con la mano.
Ana suspiró y rió:
-Es un encanto, ¿eh?
-Si-le dije asombrado, la miré y añadí-Por eso te cachondeas del pobre hombre cada vez que puedes.
Ella se rió y se mordió los labios, después me agarró del brazo y apoyo la cabeza en mi hombro.
-No me cachondeo de el...solo le hago algunas bromillas de poca importancia.
La agarro de la cabeza y se la beso con cariño.
Ayer mientras se bañaba, llame a Oxford para hablar con el director, tras mucho hablar con la secretaria y jurarle y perjurarle que era Harry Styles, me pasaron con el director. Hablé con él y tras muchas reticencias, rechazar muchas de mis ofertas y expresarme su preocupación de que descubriesen los juegos que se traía con las matrículas express, le ofrecí una cantidad de dinero tan desmesurada que no pudo rechazarla. Y ahora que tenía a Ana entre mis brazos, ahora que olía el perfume de su cabello, ahora que la oía reír...supe que todo dinero es poco para ella.
-Harry, ¡despierta!-me grita mientras chasquea los dedos en frente mía.
-¿Qué?¿Qué pasa? Lo siento...
-¿Qué si entramos dentro?-me señala el Taj Mahal sonriendo.
Se levantó con energía del banco dirigiéndose a la entrada, yo inevitablemente me quede como un tonto mirándola...la verdad es que cada día me era más difícil controlarme. La quería, la quería de verdad y quería estar con ella, en todos los sentidos. Últimamente ha habido momentos más que raros pero no quiero precipitarme y asustarla.
-¡Harry!¡Vamos!-me grita riendo.
Narra Cristina*
Corría detrás de Liam. Me había mentido, me dijo que no se podía subir en coche y si que se podía. Cuando entramos por la gran puerta de madera maciza me detuve y...le deje tomarme ventaja...nah me sacaba unos 10 metros pero quería detenerme a verlo todo con más curiosidad. Cuando miré hacia atrás pude ver las vistas desde allí. Todo el pueblo y el bosque se veía, las hojas de diferentes colores volaban entre los tejados y las copas de los árboles.
Con la caminata se nos había echo un poco tarde así que pronto comenzaría a atardecer. Me di la vuelta y comencé a andar por donde se había ido corriendo Liam, internandome en el castillo, pero llegue a un lugar donde se podían tomar dos direcciones:
-¡Liam!¿Dónde estas?-dije alto para que pudiese oírme-Venga, que no te pego.
Me fije mejor y me di cuenta de que en el suelo de uno de los pasillos que dudaba en seguir, había un montón de pétalos de flores, de distintos colores que seguían a lo largo de todo el pasillo, que aunque algo estrecho estaba bellamente iluminado con unas cuantas luces puestas en las rocas sobresalientes que formaban todo el castillo. Seguí ese pasillo y ande unos cuantos metros antes de llegar a donde dirigía. Conforme iba andando sentía el aire fresco ondeando mi cabello y enfriandome la cara, la luz de las antorchas era sustituida gradualmente por la luz natural y comencé a oír la respiración del bosque, oía como las hojas se mecían, estaba saliendo al exterior.
Y cuando por fin llegue fuera, lo vi. Estábamos en un exterior del castillo, una terraza grande que daba al bosque. En medio, había una pequeña mesa con un mantel lila y unos platos y copas vacías encima. Agarrado a una silla, con una sonrisa en la cara e intentando recuperar la respiración estaba Liam.
-Liam...¿qué es esto?-le dije parada y con la boca abierta por la sorpresa.
-Bueno-suspiro-Una sorpresa. Por eso había coches en la puerta, eran los del catering, los camareros y los músicos.
-¿Los músicos?¿Has traído músicos?-le dije aún asombrada.
El rió y me dijo:
-Parece que no me conoces. Ya sabes que soy todo un romántico.
Corrí hacia el y me lancé a sus brazos, el me agarró al vuelo y yo le besé con pasión y después lo abracé con fuerza.
-¿Ya se te ha pasado el enfado?-me dijo al oído.
Y yo me derretí...
Narra Eleanor*
-Esta es la catedral, mira que bonita Louis.
Estábamos en la barca relajados, mientras el hombre remaba con fuerza. Ahora mismo estábamos pasando por en frente de Notre Dame y los dos la observábamos maravillados por la cercanía y la belleza. Louis me agarró la mano y me la beso.
Le mire y sonreí, el viento soplaba suave y revolvía travieso su cabello, el lo intentaba de agarrar pero era imposible así que lo dejo y se le vino todo a la cara. Por un rato estuvimos los dos tranquilos y relajados hasta que mi mitad, nada aburrida, se cansó y comenzó a hacer lo que mejor se le da: el tonto.
-Els, ayúdame que me quiero poner de pie.-me dijo mientras se ponía de cuclillas intentando mantener el equilibrio.
-Louis, estate quieto que la vas a volcar-le dije asustada agarrándome a los bordes.
El siguió en su empeño de ponerse de pie, ignorando las palabras del barquero que le ordenaba sentarse de inmediato. Con esfuerzo se puso de pie, y tras dar algunas brazadas en el aire y bambolear un poco la barca, se detuvo y se quedo de pie muy quieto. Sonrió por su proeza y comenzó a decirme:
-Vamos Eleanor, sube conmigo-me agarró una mano y tiro un poco de mi, para levantarme.
-¡Que no!¡Que no! Que me vas a tirar, estate quieto-le gritaba intentando deshacerme de sus manos, pero era mucho más fuerte que yo.
-Ya veras como no pasa nada, venga tonta, ¡levanta!
El hombre empezó de nuevo a gritar y a intentar equilibrar la barca porque estaba empezando a bambolearse mucho de nuevo.
Al final, Louis me levantó, yo le agarré fuerte de la chaqueta...pero era inevitable...
-¡Vamos a volcar!-grite en el último momento, antes de caer entre los brazos de Louis y agarrada con fuerza a su chaqueta a las frías aguas del río.
Cuando los dos sacamos la cabeza del agua, lo primero que oí fue la risa de Louis, que tenía algunos mechones pegados a la frente y me miraba inocentemente soltando carcajada tras carcajada. Al final la barca no volcó, y el hombre consiguió quedarse en ella y parar su balanceo, ahora nos miraba con cara de confundido desde arriba.
-Eres un loco-le dije medio riendo contagiada por la risa de mi tonto, mojado e imprescindible novio.
Narra Marta*
-¡Mira, una pista de patinaje!¡Me encanta el patinaje!-grite emocionada.
Era verano si, pero creo que aquí en Rusia, el sol esta apagado o fuera de cobertura y nadie sabe ponerlo en marcha porque no pasa ni un mísero rayo entre las encapotadas y espesas nubes que recorren cada centímetro del cielo ruso. Al parecer una corriente de aire frío proveniente de los polos era la causante de tanto frío en esta época del año y por eso la noche anterior había nevado y ahora todo estaba blanco inmaculado.
-¿Quieres patinar?-me dijo con una sonrisa Niall.
Yo asentí contenta y ambos fuimos a pedir los patines y con un poco de esfuerzo nos los pusimos.
Después entramos en la pista de patinaje. Nada más entrar, Niall ya casi se cae y riéndose se agarró a mi mano:
-Mejor llévame tu, que yo no se.
-¿Quién te ha dicho que yo supiese?-le dije también riendo ante su mirada de pavor y desconcierto.
-¿No has dicho que te encantaba patinar?
-No, he dicho que me encantaba el patinaje-le recordé-No te preocupes cariño, aprendo rápido y además tendré cuidado en no contarte nada con la afilada hoja que tengo en el zapato-dije levantando el patín.
Niall trago saliva ruidosamente y yo reí.
Comenzamos dando vueltas a la pista agarrados a la valla. Los dos reíamos cada dos por tres, porque si no era uno, era otro o los dos al mismo tiempo pero nos íbamos resbalando cada dos por tres. Hasta los niños de entré 5 y 7 añitos que iban dando vueltas con nosotros, lo hacían mejor e iban más rápido. Conforme fue pasando el tiempo nos comenzamos a soltar y comenzamos a hacer pequeños trayectos desde un lado de la pista hasta otro. Incluso nos atrevimos a ir agarrados de la mano, pero en una de estas Niall se desequilibró un poco, tiro de mi mano y yo me moví bruscamente hacia su pecho, el me agarró pero nuestros patines se enredaron y los dos terminamos tirados cuán largos somos en el suelo. Comenzamos a reír.
-¿Recuerdas que ayer me dijistes que tenías el culo frío, Marta?-me pregunta riendo-Pues yo lo tengo ahora así.
-Anda, vamos a levantarnos que nos mira todo el mundo-con un poco de esfuerzo me levanté y desde arriba ya, le tendí las manos a Niall que seguía muriéndose de risa en el frío hielo. Él las agarró pero cuando hizo fuerza para incorporarse mis patines se fueron para atrás y volví a caer, pero esta vez en un sitio más blando y calentito. Caí encima de Niall que resopló un poco por el peso pero en seguida comenzó a reír histéricamente de nuevo. Yo encima de el también me reí y cuando me tranquilicé un poco, callé una carcajada de Niall con mi boca. El se relajó y agarrándome desde la espalda, me achuchó fuerte y con una sonrisa en sus labios, correspondió a mi beso.
Narra Ana Maria*
Harry y yo nos tiramos todo el día dando vueltas por la India. Vimos muchísimos edificios y monumentos importantes e impresionantes. Mantuvimos conversaciones interesantes a lo largo de todo el día, nos besábamos en cada esquina, nos reímos del pobre Ranjit, fuimos de la mano todo el día y nos abrazábamos continuamente, sin embargo podía sentir un poco de incomodidad en el ambiente. Era algo extraño, como si nos faltase algo...y creo que se lo que es... Esta incomodidad entre nosotros que ahora se torna en cada momento del día, también la sentí esta mañana cuando estábamos abrazados en la cama, el último día que dormimos en Nueva York, tras llegar de la entrega de premios y ese día en el cine. ¿Puede que...?
-Estoy agotado, vámonos ya al hotel, ¿quieres?-me dijo con una sonrisa y agarrándome de la espalda.
-Claro-le dije sonriendo y levantando mi brazo para acariciarle desde delante el cabello, después gire un poco la cabeza y le bese con pasión los labios, nos separamos y nos quedamos mirando por unos instantes...serios... Sonreí nerviosa y volví a mirar para adelante. Incomodidad.
Narra Zayn*
Después de subir a la pirámide, bajarla casi rodando, ir a comer y hacer una pequeña expedición por la selva, en la que gracias al cielo no hemos visto a ningún animal salvaje, ni serpientes, sólo algunos mosquitos y bichos que han logrado sacar de quicio a Clara, nos fuimos a la playa para descansar un rato.
Los dos estábamos tumbados en la arena, en la misma toalla. Hablábamos sobre lo que haríamos.
-¿Cómo voy a estudiar estando con vosotros a mi alrededor?-me decía Clara riendo mientras con medio cuerpo pegado al mío me hacia cosquillas en el pecho.
-Bueno, nos iremos a hacer entrevistas y conciertos esporádicos, podrás estudiar en esos momentos. Y después cuando estemos en Londres pues puedo ayudarte a estudiar-le respondo riendo-Te pregunto la lección.
-¿Cuál?
-Bueno, no te lo tomes a broma pero...mi asignatura favorita era Anatomía...
Clara soltó una risotada y me dió un tortazo. Cuando me iba a dar otro, la agarré de la muñeca y la paré. Ella se puso encima mía y me beso con pasión. De improviso acabo con nuestro maravilloso beso, se levantó y corriendo se fue al mar, deshaciéndose de la camiseta por el camino. Yo me quede un momento parado mirándola y después me fuí detrás de ella. Y ambos entramos en el caliente agua de Cancún con el sol ya puesto.
Cuando ya estábamos dentro rodeo mis hombros con sus brazos y sus piernas mi cintura y nos seguimos besando, un beso mezcla de amor, sonrisas y sal.
Narra Cristina*
Ya era de noche, cuando terminamos de cenar y los músicos comenzaron a tocar una balada suave que invitaba a bailarla, ambos nos levantamos y nos acercamos al borde de la barandilla que había en la gran terraza del castillo. Liam puso su mano sobre la mía y yo le miré, el me sonrió y se acercó para besarme suavemente los labios, me agarró la nuca y me apretó contra el. Yo abracé suavemente su espalda y nos quedamos en ese momento perfecto por un rato.
Cuando nos separamos, Liam me miró a los ojos y me dijo:
-Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
Le abracé con fuerza y le volví a besar.
-Si me lo dices para que retire lo de que estoy tan cansada que cuando lleguemos al hotel me dormiré nada más tumbarme en la cama...-le dije con una sonrisa-No te preocupes, he recuperado energías con la cena y tus hermosas palabras.
Liam me agarró de la cintura y dio vueltas conmigo en brazos hasta llegar cerca de donde tocaban los músicos. Nos paramos allí, me bajó y nos pusimos a bailar torpemente con nuestra ropa de deporte, rodeados de lujo. Bailamos torpemente entre las delicadas luces del castillo e iluminados por las estrellas y la luna. Siempre muy juntos y muy abrazados, en este momento y por siempre, estábamos destinados, así que estaríamos toda la vida así, lo se...muy juntos y muy abrazados por siempre.
Narra Niall*
-Te dije que nos perderíamos-me decía Marta que caminaba a mi lado tomándose un chocolate caliente que habíamos pedido ambos para compartir y llevar.
Llevábamos ya andando un rato y yo a pesar de llevar el mapa y tener una orientación de lujo, lo juro; no encontrábamos el hotel.
-¿Podemos preguntar ya?-me dijo Marta. Era la cuarta vez que me lo decía.
-Lo voy a encontrar yo.
-Vale, pero dale la vuelta al mapa-me dijo Marta dándole la vuelta-Así, seguro que lo encontrarás más fácilmente.
No necesitamos andar mucho tiempo más, para que Marta se volviese a cansar y me volviese a recordar que seguíamos andando y no en el hotel calentitos.
-¿Sabes? Esto me recuerda a la historia de La Pequeña Cerillera. ¿Te la sabes?-me dijo saltando a mi lado.
-No-le respondí mientras seguía escrutando incansable el mapa; estaba mal, tenía que estarlo...
-Pues iba de una chica pobre que vendía cerillas. Era una noche muy fría, así como esta. Estaba muerta de frío y hambre, así que para animarse encendió una cerilla para sentir un poco el calor y...¡no te lo imaginas! Al final, moría de frío...¡Como lo vamos a hacer nosotros si no encontramos el maldito hotel! Así que voy a parar a este taxi-me dijo enfadada silbandole al taxi que pasaba cerca nuestra, que paró al instante-Voy a abrir la puerta-y abrió la puerta- Y como un niño obediente vas a entrar.
Cerré el mapa y me metí rápidamente...¿quién le iba a decir que no?
Narra Louis*
-¿Ya estas mejor?-le dije a Eleanor masajeándole los hombros que tenía cubiertos por una manta.
Los dos nos hemos recorrido París empapados y cargados de bolsas hasta el hotel, la gente nos miraba raro pero yo no me he podido reír más en la vida.
-Creo que estoy un poco resfriada-dijo mi pobre mitad sorbiendo la nariz con fuerza.
Yo reí y le di un fuerte beso en la mejilla. Olí el olor de su pelo recién lavado al apartarme de ella.
-Hazme un hueco-le dije empujándolo un poco en el sofá.
Me tumbé a su lado y ella se acurrucó a mi lado abrazándome con fuerza y allí nos quedamos dormidos con una manta sobre nosotros y el calor de la chimenea calentando nuestros pies. No necesitaba más, calor, un techo sobre mi cabeza y mi amor y mi vida abrazada a mi.
Narra Clara*
-Aquí no se conecta nadie-le grite a Zayn que estaba en el baño.
Cuando salió del baño me respondió:
-Joder, pues que rápido se han olvidado de nosotros, ¿no?
Se tumbó a mi lado y bostezó ruidosamente. La verdad es que yo también estaba agotada y si no fuese porque habíamos quedado en hablar todos por la noche, ya estaría dormida.
-Si bueno, supongo que estarán haciendo cosas más interesantes, ¿no?-reí.
-Mmm...-fue la única respuesta que recibí mientras apagaba el ordenador.
-Quizás esten...estudiando anatomía-seguí riendo.
Yo también quiero estudiar anotomía así que me doy la vuelta con una sonrisa radiante tras dejar el ordenador en el suelo y... Zayn se ha quedado dormido.
Lo miró con cariño, con una sonrisa, le acaricio el pelo y la mejilla, apago las luces y me tumbo a su lado. Al instante siento como sus brazos rodean mi barriga con fuerza y me quedo rápido dormida.
Narra Harry*
-Ya te puedes ir, gracias-le doy el dinero al recepcionista que me ha ayudado y lo despido en la puerta.
Ana sigue en el baño cuando yo salgo a nuestra terraza particular. Aunque hace nada no había allí nada más que un par de hamacas, ahora hay una cama, que me pone nervioso.
Doy vueltas nervioso, no se sí habré metido la pata. Me como la cabeza y pienso y pienso hasta que ya no tengo más tiempo para pensar pues Ana sale del baño.
-Me ha sentado muy bien la ducha...¿Harry?
Oigo como se revuelve el pelo de esa manera tan graciosa con la toalla, después la tira y me vuelve a llamar pero no le contesto. Cuando la veo aparecer por la terraza, me mira y se queda con cara interrogativa. Esta de espaldas y no ve la cama...será por eso por lo que no entiende mi cara de angustia.
-¿Qué pasa?-me dice acercándose.
Cuando esta lo suficientemente cerca, ve la dirección de mis ojos y se da la vuelta. No le veo la cara, ¿qué pensará? No dice nada, ni voltea la cabeza, ni se mueve, así que me apresuro a decir.
-Mmm...es que...
Ana esta volteando la cabeza pero antes de ver su expresión digo:
-Es que como hace calor, podemos dormir aquí...
Estaba sonriendo y ahora se ha quedado un poco confundida...Incomodidad.
Nos miramos a los ojos con pasión contenida por un rato, los dos quietos. ¿Qué quiere? No dejo de pensar... De perdidos al río, me abalanzo sobre los labios de Ana. Diría que ella se movió en el mismo segundo que yo, extendiendo sus brazos hacia mi. Me agarró por los hombros y el cuello con fuerza, acercándome a ella. Yo contribuí a unirnos más agarrándola de la cintura fuertemente. Con pasión, nuestros labios se movían veloces y sin darnos cuenta acabamos contra una pared. Debido al golpe Ana se separó un poco de mi, me miró a los ojos y yo a ella, me sonrió y volvió a besarme. Agarró mi camisa y la levantó para arriba, yo subí los brazos y salió; pero para ello tuve que separarme de nuevo de sus tiernos y suaves labios. Comenzó a acariciarme con dulzura la parte baja de la espalda mientras yo tenía mis manos apoyadas en la pared. Pero la quería más cerca, más cerca de mi, así que la agarré de los muslos y la subí a mi cadera. Con mis manos alrededor de su cintura podía notar goteándo sobre mis manos las gotas frías de agua que chorreaban de su cabello. La lleve hacia la cama, donde caí pesadamente sobre ella, haciendo que soltase un quejido. Cuando estaba debajo de mi, me aparte un poco y le abrí la camisa rompiéndole todos los botones. Ella rió nerviosamente y yo le dije sonriéndole traviesamente antes de volver a fundir nuestras bocas:
-Mañana te los coso.
Ella masajeaba mi espalda cada vez con más ansia, yo también quería más, así que, subí la falda de gasa larga que llevaba y le acaricié con delicadeza las piernas, disfrutando de cada centímetro que tocaba. Ana, cada vez pegaba más su cuerpo al mío, quería sentirla, así que me deshice rápidamente de la ropa que ya sobraba y cuando acabé, me aparte con dificultad, de ella. Mirándonos a los ojos me sonrió y acercó mi cabeza a la suya, juntándose nuestras frentes.
-Te quiero Harry.
-Yo te quiero más.
Y nos hicimos uno.
un beso grande!! os quiero <3
Narra Zayn*
-¡No pienso subir más, se acabó!-dijo Clara algo enfadada y con la voz entrecortada.
-Venga, que ya nos queda poco, tonta...-le dije riendo.
-¿Poco?¿Poco?¡No vamos ni por la mitad!
Yo seguí riendo pero la verdad es que yo también estaba cansado, además de algo mareado cuando miraba para abajo y veía la distancia recorrida.
Clara y yo estábamos subiendo la pirámide Chichen Itza, era alta, mucho más de lo que me había imaginado al verla desde abajo, además de ser empinada. Clara se sentó en uno de los diminutos y estrechos escalones de los que constituían la pirámide, un poco de lado para no resbalarse.
Yo hice lo mismo al lado suya para intentar convencerla de seguir adelante. Ya tengo un plan.
-Vamos a seguir subiendo princesita-le dije con una sonrisa poniéndole una mano sobre la espalda.
-¿Por qué me llamas princesita? Ya sabes que no me gusta...-me respondió Clara con cara de disgusto.
-¿Que por que te llamo princesita? Porque te comportas como una, como una cobarde y desaventurada princesita, que se ha subido a una pirámide y antes de llegar al fin del recorrido dice que quiere bajar porque esta cansada.
Clara soltó una carcajada y agarró el mechón que se había escapado de su coleta y se lo colocó detrás de la oreja.
-Zayn se que lo estas haciendo a posta, no me voy a dejar picar, ¿sabes?
-¿Yo?¿Picarte? No, lo siento princesa, no te pico, te digo lo que pienso-me levanto y antes de seguir hacia adelante me acerco a su oído y le susurro-Adiós cobarde, cuando baje te rescataré.
Me puse a cuatro patas y seguí subiendo. Cuando llevaba unos minutos, volteé la cabeza para saber si alguien precioso y simpático me seguía y efectivamente hay estaba mi Clara subiendo detrás mía. Cuando levantó la cabeza y me vio mirándola me dijo gritando:
-¡Tira para adelante!
Narra Eleanor*
-Estoy agotada-le dije a Louis sentándome en la silla que el mismo me agarraba.
-Uuiii pues de agotamiento nada, que ahora llegaba lo mejor, que íbamos a ver tu ropa interior.
Yo reí y agarré la carta de cafés y chocolates que había sobre la mesa de aquel pequeño café tan céntrico y bonito en el que habíamos parado a descansar nuestras cansadas piernas tras estar toda la mañana dando vueltas y mirando y comprando en tienda tras tienda.
Louis se sentó en frente mía y sabía que mientras que yo leía la carta el me observaba así que, levanté lentamente los ojos y lo mire con una sonrisa.
-¿Qué pasa?
-Nada-me respondió-Que estoy muy contento de estar aquí contigo.
-Yo también-le respondí y me incorporé un poco de la silla para acercame a el y darle un suave beso en los labios.
-Para mañana te tengo preparada una cena muy especial-me dijo con voz cantarina.
-¡Qué bien! Cuéntame, cuéntame...
Pero no me contó nada, era una sorpresa. Seguimos hablando como solemos hablar nosotros, entre bromas, risas, códigos que sólo nosotros entendemos...
Hay veces que veo tan evidente que voy a pasar toda mi vida al lado de Louis que me da miedo, me da miedo pensar que quizás el no lo vea como yo, que quizás no me quiera tanto como yo a el, que quizás el no lo tenga tan claro.
Narra Cristina*
Liam y yo nos despertamos tarde, tanto que ni siquiera desayunamos. Primero nos fuimos a la piscina-balneario del hotel donde estuvimos un rato relajandonos y jugando. Después subimos a la habitación donde nos dimos un baño...los dos juntos...¡para no perder tiempo! Mal pensados...
Después bajamos al restaurante, tomamos algo rápido y salimos del hotel, queríamos ver un castillo que estaba en Heidelberg, por lo que vimos de lejos, era precioso. Parecía de película, pero para llegar hasta arriba teníamos que subir un empinado camino.
-¡Cuidado!-me dijo Liam medio riendo, mientras volvía a salvarme de otra caída agarrándome por la cintura.
-Liam, parece que no me conoces...¡que no me gusta el deporte!-me quejé-¿Por qué hay que venir andando?
-Porque es más bonito y más entretenido y no se permite subir con coche...
-Joo...¿me llevas a caballito?-le pregunté con una sonrisa.
-No-rió el.
Espero que merezca la pena el castillo y las vistas porque sino me voy a enfadar mucho...
Narra Ana María*
-¿Qué hora es Harry?-llevamos unas horas los dos dando vueltas en la cama, porque con esto del cambio de hora estamos los dos un poco descolocados.
Harry se incorpora un poco y agarra el móvil que esta encima de la mesilla y dice incrédulo:
-¡Las 4! Hay que volverse a dormir sino, vamos a seguir con el horario cambiado.
-Me siento confundida con la hora-dije con pena.
Harry se rió de mi y después me agarró la cintura y me abrazo desde detrás. Me dio un beso en la cabeza y suspiró. Yo me estremecí y me achuché más contra su cuerpo.
-Harry...
-¿Que?
-Nada...
Narra Niall*
-¿Ya esta decidido, señor?-me preguntó la dependienta.
-Si, creo que si...me gusta este, ¿qué le parece?-le dije mostrándole el abrigo que había elegido para Marta.
Me desperté y ella seguía durmiendo así que me vestí con capas y capas de ropa y me fuí a comprar abrigos para ambos. El mío fue fácil, me compre el primero que vi y ya esta, pero el de Marta me estaba costando más de decidir.
-Este es precioso, seguro que a su afortunada novia, le encantará.
Salí de la tienda y me dirigí de vuelta al hotel. Cuando entré en la habitación me encontré a Marta sentada en el sofá comiendose una bolsa de chucherías que había en la habitación y viendo Bob Esponja en ruso.
-Hola hamburguesita, ¿me das una golosina?
Marta se dio la vuelta bruscamente y me miró con ansiedad.
-¿Dónde te habías metido? Me he dado un susto muy grande cuando he visto que te habías ido sin mi...
Yo reí y sacando el abrigo que le había comprado de la bolsa le dije:
-Estaba comprando esto para ti.
Marta se quedo con la boca abierta y me dijo lo que quería oír:
-Es precioso, me encanta-lo cogió y se lo puso sobre el pijama-Me queda bien, ¿cómo has acertado con la talla?
-Bueno...es que te miró mucho, entonces más o menos supuse que sería esa.
Marta rió y se abalanzó sobre mi.
Narra Liam*
-Aaaaiiiii por fin llegamos, que cansancio de verdad...
¡Que exagerada es! Si no era tan larga la caminata, dos horas y media cuesta arriba pero hemos parado a comer algo y a descansar...
-No llores tanto-le dije abrazándola por detrás y besándole el cuello.
-No, no me beses el cuello, que estoy muy cansada y que sepas que esta noche voy a estar igual de cansada y no voy a querer hacer nada de nada.
-Cristina por favor...-le decía medio en serio, medio en broma mientras la dirigía hacia la puerta del castillo.
-¡Pero si aquí hay coches! ¿No me habías dicho que solo se podía llegar caminando?
-Mmmm....bueno....
La solté y salí corriendo.
-¡Liam!¡Ven aquí!
Cristina corría detrás mía para pegarme pero estaba cansada y yo soy un deportista así que escape con vida. El enfado, el enfado se le quitaría cuando entrase en el castillo y supiese la sorpresa que le tenía preparada.
Narra Louis*
-Mira, ¿nos montamos en esa barca?-le pregunto a Els.
Un hombre, cerca de rio, anuncia viaje a través del rió por un módico precio.
-No se...no tiene muy buena pinta la barca, ¿no? Parece que se fuese a desmoronar en cualquier momento. No estoy segura de querer montarme ahí.
-Venga, anda, si seguro que no pasa nada-la intento convencer mientras me la llevo hacia la orilla del río contento.
-Madre mía...-la oigo mascullar.
Me acerco al hombre y parloteando algo de francés le digo que quiero montarme, el hombre me sonríe y me muestra su desdentada dentadura, me señala una caseta cercana en la que hay una mujer anciana balanceándose en una mecedora y me dice que deje allí las bolsas.
-Tenemos que dejar allí las bolsas, no podemos llevarlas en la barca-le anuncio a Eleanor.
-No, Louis. ¿Y si nos roban?-me responde ella asustada.
-Pero, ¿que dices? Se les ve buena gente.
-Si, ya...
Dejamos las bolsas con la mujer, que movió levemente la cabeza como saludo y nos aproximamos a la barca. El hombre le tendió la mano a Eleanor, que a regañadientes se la agarró y yo la sujete por la cintura fuertemente para que no se cayese con el balanceo inicial de la barca. Después subí yo sin problemas y me senté cerca de Eleanor pasándole un brazo por los hombros y agarrandole la mano que tenía sobre el regazo con la mía.
Comenzamos a navegar dulcemente por el río.
-¿Ves como no pasa nada?-le digo en el oído y le beso la mejilla dulcemente.
Narra Marta*
-Menudo frío hace, ¿no?-le digo a Niall mientras salimos por la puerta del hotel y una ráfaga de aire helado parece que me corta la cara. Menos mal que Niall con el abrigo también me ha comprado una bufanda larga y calentita, un gorro de lana y unos preciosos guantes/manoplas.
-Si, la verdad es que no nos ha salido un día ,meteorológicamente hablando, demasiado bueno para hacer turismo.
-Bueno, si hace falta nos abrazamos, por lo del calor corporal y esas cosas...
Niall suelta una de sus características carcajadas y me pasa el brazo por los hombros.
-Anda, vamos a comprar un mapa.
Yo abro los ojos y pregunto:
-¿Nosotros?¿Con mapa? Nos perderemos...
-¡Que va! Que yo tengo un sentido de la orientación muy bueno.
Narra Clara*
-Es precioso-le dije a Zayn.
Los dos estábamos en lo alto de la pirámide viendo el inmenso y basto paisaje que nos rodeaba lleno de selva. Parecía que teníamos el cielo más cerca nuestra, como si levantando una mano pudiésemos tocarlo y acariciar las nubes.
-¿Ves como tenías que subir?-me susurró al oído Zayn mientras me abrazaba por detrás.
-Es maravilloso...-musite.
Eche mi cabeza hacia atrás, apoyandola sobre el hombro firme de Zayn. Después la volteé un poco y fije mis ojos en los suyos. La luz del sol se reflejaba en sus ojos marrones y sus labios se curvaban en una relajada sonrisa, su tupe ondeaba al compás del suave viento. Cuando se dio cuenta de que lo observaba me miró a los ojos, me sonrió, levantó de nuevo la cabeza y puso morritos como si estuviese posando lo que me hizo reír.
-¿Me besas?
-¿Eh?
Rodé sobre sus brazos, levanté los míos pasándolos por sus hombros, le acerqué lo más que pude a mi y ya muy cerca de sus labios, le dije:
-Que me beses.
Narra Harry*
-¡El Taj Mahal! Bueno, es un complejo edificio construido entre 1631 y 1654...
Bajo el sol sofocante, el guía nos daba la típica charla mientras Ana y yo íbamos de la mano mirando todo con curiosidad. Ana de vez en cuando preguntaba y se burlaba del guía diciendo palabras en español como si fuesen en inglés y el señor no las entendía.
-Ranjit, debe usted de repasar esas palabra porque son muy comunes en el inglés y si no las sabe, pierde mucho como traductor y guía, la verdad...
Yo me reía por lo bajito y apretaba la mano de Ana para que no se pasase tanto con el pobre hombre, ella me sonreía y se abanicaba con la mano o se pasaba la mano por la frente o se mojaba los labios.
-¿Podemos parar aquí a descansar, Ranjit?-pregunté.
-Claro.
Y los tres, y recalco los tres, nos sentamos en un banco. Yo carraspeé un poco...nadie se movió, Ana carraspeó un poco...nada, tosí...el tío sigue sin inmutarse si quiera...
-Ranjit, queremos intimidad, ¿te importa irte a dar un paseo por ahí?-dijo Ana de improviso.
-Ups, lo siento. Ya me voy...-Ranjit se levantó y mientras andaba se despidió de nosotros con la mano y una sonrisa.
Los dos reímos y le despedimos con la mano.
Ana suspiró y rió:
-Es un encanto, ¿eh?
-Si-le dije asombrado, la miré y añadí-Por eso te cachondeas del pobre hombre cada vez que puedes.
Ella se rió y se mordió los labios, después me agarró del brazo y apoyo la cabeza en mi hombro.
-No me cachondeo de el...solo le hago algunas bromillas de poca importancia.
La agarro de la cabeza y se la beso con cariño.
Ayer mientras se bañaba, llame a Oxford para hablar con el director, tras mucho hablar con la secretaria y jurarle y perjurarle que era Harry Styles, me pasaron con el director. Hablé con él y tras muchas reticencias, rechazar muchas de mis ofertas y expresarme su preocupación de que descubriesen los juegos que se traía con las matrículas express, le ofrecí una cantidad de dinero tan desmesurada que no pudo rechazarla. Y ahora que tenía a Ana entre mis brazos, ahora que olía el perfume de su cabello, ahora que la oía reír...supe que todo dinero es poco para ella.
-Harry, ¡despierta!-me grita mientras chasquea los dedos en frente mía.
-¿Qué?¿Qué pasa? Lo siento...
-¿Qué si entramos dentro?-me señala el Taj Mahal sonriendo.
Se levantó con energía del banco dirigiéndose a la entrada, yo inevitablemente me quede como un tonto mirándola...la verdad es que cada día me era más difícil controlarme. La quería, la quería de verdad y quería estar con ella, en todos los sentidos. Últimamente ha habido momentos más que raros pero no quiero precipitarme y asustarla.
-¡Harry!¡Vamos!-me grita riendo.
Narra Cristina*
Corría detrás de Liam. Me había mentido, me dijo que no se podía subir en coche y si que se podía. Cuando entramos por la gran puerta de madera maciza me detuve y...le deje tomarme ventaja...nah me sacaba unos 10 metros pero quería detenerme a verlo todo con más curiosidad. Cuando miré hacia atrás pude ver las vistas desde allí. Todo el pueblo y el bosque se veía, las hojas de diferentes colores volaban entre los tejados y las copas de los árboles.
Con la caminata se nos había echo un poco tarde así que pronto comenzaría a atardecer. Me di la vuelta y comencé a andar por donde se había ido corriendo Liam, internandome en el castillo, pero llegue a un lugar donde se podían tomar dos direcciones:
-¡Liam!¿Dónde estas?-dije alto para que pudiese oírme-Venga, que no te pego.
Me fije mejor y me di cuenta de que en el suelo de uno de los pasillos que dudaba en seguir, había un montón de pétalos de flores, de distintos colores que seguían a lo largo de todo el pasillo, que aunque algo estrecho estaba bellamente iluminado con unas cuantas luces puestas en las rocas sobresalientes que formaban todo el castillo. Seguí ese pasillo y ande unos cuantos metros antes de llegar a donde dirigía. Conforme iba andando sentía el aire fresco ondeando mi cabello y enfriandome la cara, la luz de las antorchas era sustituida gradualmente por la luz natural y comencé a oír la respiración del bosque, oía como las hojas se mecían, estaba saliendo al exterior.
Y cuando por fin llegue fuera, lo vi. Estábamos en un exterior del castillo, una terraza grande que daba al bosque. En medio, había una pequeña mesa con un mantel lila y unos platos y copas vacías encima. Agarrado a una silla, con una sonrisa en la cara e intentando recuperar la respiración estaba Liam.
-Liam...¿qué es esto?-le dije parada y con la boca abierta por la sorpresa.
-Bueno-suspiro-Una sorpresa. Por eso había coches en la puerta, eran los del catering, los camareros y los músicos.
-¿Los músicos?¿Has traído músicos?-le dije aún asombrada.
El rió y me dijo:
-Parece que no me conoces. Ya sabes que soy todo un romántico.
Corrí hacia el y me lancé a sus brazos, el me agarró al vuelo y yo le besé con pasión y después lo abracé con fuerza.
-¿Ya se te ha pasado el enfado?-me dijo al oído.
Y yo me derretí...
Narra Eleanor*
-Esta es la catedral, mira que bonita Louis.
Estábamos en la barca relajados, mientras el hombre remaba con fuerza. Ahora mismo estábamos pasando por en frente de Notre Dame y los dos la observábamos maravillados por la cercanía y la belleza. Louis me agarró la mano y me la beso.
Le mire y sonreí, el viento soplaba suave y revolvía travieso su cabello, el lo intentaba de agarrar pero era imposible así que lo dejo y se le vino todo a la cara. Por un rato estuvimos los dos tranquilos y relajados hasta que mi mitad, nada aburrida, se cansó y comenzó a hacer lo que mejor se le da: el tonto.
-Els, ayúdame que me quiero poner de pie.-me dijo mientras se ponía de cuclillas intentando mantener el equilibrio.
-Louis, estate quieto que la vas a volcar-le dije asustada agarrándome a los bordes.
El siguió en su empeño de ponerse de pie, ignorando las palabras del barquero que le ordenaba sentarse de inmediato. Con esfuerzo se puso de pie, y tras dar algunas brazadas en el aire y bambolear un poco la barca, se detuvo y se quedo de pie muy quieto. Sonrió por su proeza y comenzó a decirme:
-Vamos Eleanor, sube conmigo-me agarró una mano y tiro un poco de mi, para levantarme.
-¡Que no!¡Que no! Que me vas a tirar, estate quieto-le gritaba intentando deshacerme de sus manos, pero era mucho más fuerte que yo.
-Ya veras como no pasa nada, venga tonta, ¡levanta!
El hombre empezó de nuevo a gritar y a intentar equilibrar la barca porque estaba empezando a bambolearse mucho de nuevo.
Al final, Louis me levantó, yo le agarré fuerte de la chaqueta...pero era inevitable...
-¡Vamos a volcar!-grite en el último momento, antes de caer entre los brazos de Louis y agarrada con fuerza a su chaqueta a las frías aguas del río.
Cuando los dos sacamos la cabeza del agua, lo primero que oí fue la risa de Louis, que tenía algunos mechones pegados a la frente y me miraba inocentemente soltando carcajada tras carcajada. Al final la barca no volcó, y el hombre consiguió quedarse en ella y parar su balanceo, ahora nos miraba con cara de confundido desde arriba.
-Eres un loco-le dije medio riendo contagiada por la risa de mi tonto, mojado e imprescindible novio.
Narra Marta*
-¡Mira, una pista de patinaje!¡Me encanta el patinaje!-grite emocionada.
Era verano si, pero creo que aquí en Rusia, el sol esta apagado o fuera de cobertura y nadie sabe ponerlo en marcha porque no pasa ni un mísero rayo entre las encapotadas y espesas nubes que recorren cada centímetro del cielo ruso. Al parecer una corriente de aire frío proveniente de los polos era la causante de tanto frío en esta época del año y por eso la noche anterior había nevado y ahora todo estaba blanco inmaculado.
-¿Quieres patinar?-me dijo con una sonrisa Niall.
Yo asentí contenta y ambos fuimos a pedir los patines y con un poco de esfuerzo nos los pusimos.
Después entramos en la pista de patinaje. Nada más entrar, Niall ya casi se cae y riéndose se agarró a mi mano:
-Mejor llévame tu, que yo no se.
-¿Quién te ha dicho que yo supiese?-le dije también riendo ante su mirada de pavor y desconcierto.
-¿No has dicho que te encantaba patinar?
-No, he dicho que me encantaba el patinaje-le recordé-No te preocupes cariño, aprendo rápido y además tendré cuidado en no contarte nada con la afilada hoja que tengo en el zapato-dije levantando el patín.
Niall trago saliva ruidosamente y yo reí.
Comenzamos dando vueltas a la pista agarrados a la valla. Los dos reíamos cada dos por tres, porque si no era uno, era otro o los dos al mismo tiempo pero nos íbamos resbalando cada dos por tres. Hasta los niños de entré 5 y 7 añitos que iban dando vueltas con nosotros, lo hacían mejor e iban más rápido. Conforme fue pasando el tiempo nos comenzamos a soltar y comenzamos a hacer pequeños trayectos desde un lado de la pista hasta otro. Incluso nos atrevimos a ir agarrados de la mano, pero en una de estas Niall se desequilibró un poco, tiro de mi mano y yo me moví bruscamente hacia su pecho, el me agarró pero nuestros patines se enredaron y los dos terminamos tirados cuán largos somos en el suelo. Comenzamos a reír.
-¿Recuerdas que ayer me dijistes que tenías el culo frío, Marta?-me pregunta riendo-Pues yo lo tengo ahora así.
-Anda, vamos a levantarnos que nos mira todo el mundo-con un poco de esfuerzo me levanté y desde arriba ya, le tendí las manos a Niall que seguía muriéndose de risa en el frío hielo. Él las agarró pero cuando hizo fuerza para incorporarse mis patines se fueron para atrás y volví a caer, pero esta vez en un sitio más blando y calentito. Caí encima de Niall que resopló un poco por el peso pero en seguida comenzó a reír histéricamente de nuevo. Yo encima de el también me reí y cuando me tranquilicé un poco, callé una carcajada de Niall con mi boca. El se relajó y agarrándome desde la espalda, me achuchó fuerte y con una sonrisa en sus labios, correspondió a mi beso.
Narra Ana Maria*
Harry y yo nos tiramos todo el día dando vueltas por la India. Vimos muchísimos edificios y monumentos importantes e impresionantes. Mantuvimos conversaciones interesantes a lo largo de todo el día, nos besábamos en cada esquina, nos reímos del pobre Ranjit, fuimos de la mano todo el día y nos abrazábamos continuamente, sin embargo podía sentir un poco de incomodidad en el ambiente. Era algo extraño, como si nos faltase algo...y creo que se lo que es... Esta incomodidad entre nosotros que ahora se torna en cada momento del día, también la sentí esta mañana cuando estábamos abrazados en la cama, el último día que dormimos en Nueva York, tras llegar de la entrega de premios y ese día en el cine. ¿Puede que...?
-Estoy agotado, vámonos ya al hotel, ¿quieres?-me dijo con una sonrisa y agarrándome de la espalda.
-Claro-le dije sonriendo y levantando mi brazo para acariciarle desde delante el cabello, después gire un poco la cabeza y le bese con pasión los labios, nos separamos y nos quedamos mirando por unos instantes...serios... Sonreí nerviosa y volví a mirar para adelante. Incomodidad.
Narra Zayn*
Después de subir a la pirámide, bajarla casi rodando, ir a comer y hacer una pequeña expedición por la selva, en la que gracias al cielo no hemos visto a ningún animal salvaje, ni serpientes, sólo algunos mosquitos y bichos que han logrado sacar de quicio a Clara, nos fuimos a la playa para descansar un rato.
Los dos estábamos tumbados en la arena, en la misma toalla. Hablábamos sobre lo que haríamos.
-¿Cómo voy a estudiar estando con vosotros a mi alrededor?-me decía Clara riendo mientras con medio cuerpo pegado al mío me hacia cosquillas en el pecho.
-Bueno, nos iremos a hacer entrevistas y conciertos esporádicos, podrás estudiar en esos momentos. Y después cuando estemos en Londres pues puedo ayudarte a estudiar-le respondo riendo-Te pregunto la lección.
-¿Cuál?
-Bueno, no te lo tomes a broma pero...mi asignatura favorita era Anatomía...
Clara soltó una risotada y me dió un tortazo. Cuando me iba a dar otro, la agarré de la muñeca y la paré. Ella se puso encima mía y me beso con pasión. De improviso acabo con nuestro maravilloso beso, se levantó y corriendo se fue al mar, deshaciéndose de la camiseta por el camino. Yo me quede un momento parado mirándola y después me fuí detrás de ella. Y ambos entramos en el caliente agua de Cancún con el sol ya puesto.
Cuando ya estábamos dentro rodeo mis hombros con sus brazos y sus piernas mi cintura y nos seguimos besando, un beso mezcla de amor, sonrisas y sal.
Narra Cristina*
Ya era de noche, cuando terminamos de cenar y los músicos comenzaron a tocar una balada suave que invitaba a bailarla, ambos nos levantamos y nos acercamos al borde de la barandilla que había en la gran terraza del castillo. Liam puso su mano sobre la mía y yo le miré, el me sonrió y se acercó para besarme suavemente los labios, me agarró la nuca y me apretó contra el. Yo abracé suavemente su espalda y nos quedamos en ese momento perfecto por un rato.
Cuando nos separamos, Liam me miró a los ojos y me dijo:
-Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
Le abracé con fuerza y le volví a besar.
-Si me lo dices para que retire lo de que estoy tan cansada que cuando lleguemos al hotel me dormiré nada más tumbarme en la cama...-le dije con una sonrisa-No te preocupes, he recuperado energías con la cena y tus hermosas palabras.
Liam me agarró de la cintura y dio vueltas conmigo en brazos hasta llegar cerca de donde tocaban los músicos. Nos paramos allí, me bajó y nos pusimos a bailar torpemente con nuestra ropa de deporte, rodeados de lujo. Bailamos torpemente entre las delicadas luces del castillo e iluminados por las estrellas y la luna. Siempre muy juntos y muy abrazados, en este momento y por siempre, estábamos destinados, así que estaríamos toda la vida así, lo se...muy juntos y muy abrazados por siempre.
Narra Niall*
-Te dije que nos perderíamos-me decía Marta que caminaba a mi lado tomándose un chocolate caliente que habíamos pedido ambos para compartir y llevar.
Llevábamos ya andando un rato y yo a pesar de llevar el mapa y tener una orientación de lujo, lo juro; no encontrábamos el hotel.
-¿Podemos preguntar ya?-me dijo Marta. Era la cuarta vez que me lo decía.
-Lo voy a encontrar yo.
-Vale, pero dale la vuelta al mapa-me dijo Marta dándole la vuelta-Así, seguro que lo encontrarás más fácilmente.
No necesitamos andar mucho tiempo más, para que Marta se volviese a cansar y me volviese a recordar que seguíamos andando y no en el hotel calentitos.
-¿Sabes? Esto me recuerda a la historia de La Pequeña Cerillera. ¿Te la sabes?-me dijo saltando a mi lado.
-No-le respondí mientras seguía escrutando incansable el mapa; estaba mal, tenía que estarlo...
-Pues iba de una chica pobre que vendía cerillas. Era una noche muy fría, así como esta. Estaba muerta de frío y hambre, así que para animarse encendió una cerilla para sentir un poco el calor y...¡no te lo imaginas! Al final, moría de frío...¡Como lo vamos a hacer nosotros si no encontramos el maldito hotel! Así que voy a parar a este taxi-me dijo enfadada silbandole al taxi que pasaba cerca nuestra, que paró al instante-Voy a abrir la puerta-y abrió la puerta- Y como un niño obediente vas a entrar.
Cerré el mapa y me metí rápidamente...¿quién le iba a decir que no?
Narra Louis*
-¿Ya estas mejor?-le dije a Eleanor masajeándole los hombros que tenía cubiertos por una manta.
Los dos nos hemos recorrido París empapados y cargados de bolsas hasta el hotel, la gente nos miraba raro pero yo no me he podido reír más en la vida.
-Creo que estoy un poco resfriada-dijo mi pobre mitad sorbiendo la nariz con fuerza.
Yo reí y le di un fuerte beso en la mejilla. Olí el olor de su pelo recién lavado al apartarme de ella.
-Hazme un hueco-le dije empujándolo un poco en el sofá.
Me tumbé a su lado y ella se acurrucó a mi lado abrazándome con fuerza y allí nos quedamos dormidos con una manta sobre nosotros y el calor de la chimenea calentando nuestros pies. No necesitaba más, calor, un techo sobre mi cabeza y mi amor y mi vida abrazada a mi.
Narra Clara*
-Aquí no se conecta nadie-le grite a Zayn que estaba en el baño.
Cuando salió del baño me respondió:
-Joder, pues que rápido se han olvidado de nosotros, ¿no?
Se tumbó a mi lado y bostezó ruidosamente. La verdad es que yo también estaba agotada y si no fuese porque habíamos quedado en hablar todos por la noche, ya estaría dormida.
-Si bueno, supongo que estarán haciendo cosas más interesantes, ¿no?-reí.
-Mmm...-fue la única respuesta que recibí mientras apagaba el ordenador.
-Quizás esten...estudiando anatomía-seguí riendo.
Yo también quiero estudiar anotomía así que me doy la vuelta con una sonrisa radiante tras dejar el ordenador en el suelo y... Zayn se ha quedado dormido.
Lo miró con cariño, con una sonrisa, le acaricio el pelo y la mejilla, apago las luces y me tumbo a su lado. Al instante siento como sus brazos rodean mi barriga con fuerza y me quedo rápido dormida.
Narra Harry*
-Ya te puedes ir, gracias-le doy el dinero al recepcionista que me ha ayudado y lo despido en la puerta.
Ana sigue en el baño cuando yo salgo a nuestra terraza particular. Aunque hace nada no había allí nada más que un par de hamacas, ahora hay una cama, que me pone nervioso.
Doy vueltas nervioso, no se sí habré metido la pata. Me como la cabeza y pienso y pienso hasta que ya no tengo más tiempo para pensar pues Ana sale del baño.
-Me ha sentado muy bien la ducha...¿Harry?
Oigo como se revuelve el pelo de esa manera tan graciosa con la toalla, después la tira y me vuelve a llamar pero no le contesto. Cuando la veo aparecer por la terraza, me mira y se queda con cara interrogativa. Esta de espaldas y no ve la cama...será por eso por lo que no entiende mi cara de angustia.
-¿Qué pasa?-me dice acercándose.
Cuando esta lo suficientemente cerca, ve la dirección de mis ojos y se da la vuelta. No le veo la cara, ¿qué pensará? No dice nada, ni voltea la cabeza, ni se mueve, así que me apresuro a decir.
-Mmm...es que...
Ana esta volteando la cabeza pero antes de ver su expresión digo:
-Es que como hace calor, podemos dormir aquí...
Estaba sonriendo y ahora se ha quedado un poco confundida...Incomodidad.
Nos miramos a los ojos con pasión contenida por un rato, los dos quietos. ¿Qué quiere? No dejo de pensar... De perdidos al río, me abalanzo sobre los labios de Ana. Diría que ella se movió en el mismo segundo que yo, extendiendo sus brazos hacia mi. Me agarró por los hombros y el cuello con fuerza, acercándome a ella. Yo contribuí a unirnos más agarrándola de la cintura fuertemente. Con pasión, nuestros labios se movían veloces y sin darnos cuenta acabamos contra una pared. Debido al golpe Ana se separó un poco de mi, me miró a los ojos y yo a ella, me sonrió y volvió a besarme. Agarró mi camisa y la levantó para arriba, yo subí los brazos y salió; pero para ello tuve que separarme de nuevo de sus tiernos y suaves labios. Comenzó a acariciarme con dulzura la parte baja de la espalda mientras yo tenía mis manos apoyadas en la pared. Pero la quería más cerca, más cerca de mi, así que la agarré de los muslos y la subí a mi cadera. Con mis manos alrededor de su cintura podía notar goteándo sobre mis manos las gotas frías de agua que chorreaban de su cabello. La lleve hacia la cama, donde caí pesadamente sobre ella, haciendo que soltase un quejido. Cuando estaba debajo de mi, me aparte un poco y le abrí la camisa rompiéndole todos los botones. Ella rió nerviosamente y yo le dije sonriéndole traviesamente antes de volver a fundir nuestras bocas:
-Mañana te los coso.
Ella masajeaba mi espalda cada vez con más ansia, yo también quería más, así que, subí la falda de gasa larga que llevaba y le acaricié con delicadeza las piernas, disfrutando de cada centímetro que tocaba. Ana, cada vez pegaba más su cuerpo al mío, quería sentirla, así que me deshice rápidamente de la ropa que ya sobraba y cuando acabé, me aparte con dificultad, de ella. Mirándonos a los ojos me sonrió y acercó mi cabeza a la suya, juntándose nuestras frentes.
-Te quiero Harry.
-Yo te quiero más.
Y nos hicimos uno.
viernes, 28 de diciembre de 2012
INOCENTES, INOCENTES xD
Si, corazones!! Esto era una INOCENTADA!! jajajajajaja
No os enfadeis conmigo amores :)) Era evidente que era una broma no?? Como voy a dejar la novela a la mitad?? y lo mas dificil, como os voy a dejar a vosotras de esta manera, sin apenas explicación?? Que poco me conoceis eehh?? ;)
Bueno, pues eso, que esto era una broma, que si a alguien le ha sentado mal: lo siento mucho; pero he aprovechado el dia para pasar un buen rato xD
Bueno, que todo sigue como hasta ahora, que nada de un capítulo cada mes ni esas cosas, subiré como hasta ahora; al menos uno a la semana :)) que no os preocupeis que a la novela le quedan muchos capítulos y una posible segunda parte, aunque ya os pediré consejo porque no tengo claro lo de una segunda parte de esta novela...
Siento la tardanza de este capítulo, pero con las fiestas, las comidas fuera de casa, las visitas...se me hace dificil pero...atentas a mañana o a pasado, que habrá nuevo capítulo y... FELIZ DÍA DE LOS INOCENTES!!
Un beso muy grande!! Os quiero :))
PERDÓN!!! xD
No os enfadeis conmigo amores :)) Era evidente que era una broma no?? Como voy a dejar la novela a la mitad?? y lo mas dificil, como os voy a dejar a vosotras de esta manera, sin apenas explicación?? Que poco me conoceis eehh?? ;)
Bueno, pues eso, que esto era una broma, que si a alguien le ha sentado mal: lo siento mucho; pero he aprovechado el dia para pasar un buen rato xD
Bueno, que todo sigue como hasta ahora, que nada de un capítulo cada mes ni esas cosas, subiré como hasta ahora; al menos uno a la semana :)) que no os preocupeis que a la novela le quedan muchos capítulos y una posible segunda parte, aunque ya os pediré consejo porque no tengo claro lo de una segunda parte de esta novela...
Siento la tardanza de este capítulo, pero con las fiestas, las comidas fuera de casa, las visitas...se me hace dificil pero...atentas a mañana o a pasado, que habrá nuevo capítulo y... FELIZ DÍA DE LOS INOCENTES!!
Un beso muy grande!! Os quiero :))
PERDÓN!!! xD
NOVELA CANCELADA
Lo siento, corazones :( como leéis la novela se cancela. Lo siento pero no tengo mucho tiempo y no puedo escribir tanto como querría, espero que sepáis entenderlo. Perdonarme y espero que a todas os vaya muy bien :)) un beso muy grande, jamás os olvidare! Os quiero preciosas :))
sábado, 22 de diciembre de 2012
CAPITULO 62 "Destinos"
Narrador Omnisciente*
En algún lugar de Europa...
-No te quites el pañuelo de los ojos, Marta-Niall cargando con las maletas lleva a Marta cuidadosamente entre la gente que junto a ellos sale del avión.
-¿¡Qué dices!?-grita Marta ya que lleva puestos los cascos a todo volumen-¡No te oigo!
Niall riendo le tapa la boca pues todo el mundo los mira como si estuviesen viendo a unos locos. Cuando la gente comienza a esparcirse, Niall se para y le quita los cascos a Marta.
-Me he quedado sorda...¿Ya puedo quitarme el pañuelo?-le pregunta.
-No, espera-le responde Niall riendo. Desde que se han montado en el avión no ha podido parar de reír, de las tonterías de Marta, de sus comentarios, pensando lo bien que se lo van a pasar, esta muy feliz y emocionado.
-¡Joder!-dice Niall mientras se da una leche en la cabeza, al recordar que ha olvidado algo muy, muy importante.
-¿Qué pasa?¿Qué pasa?-Marta se asusta y levanta las manos buscando a Niall. Él se las agarra rápidamente.
-Tranquila, no te asustes, es que se me ha olvidado algo.
-¿Y qué es?-pregunta Marta.
Niall la dirige hacia un panel en el que pone en inglés: Welcome to ......
Se coloca detrás de ella, con un brazo le rodea la cintura, acerca su boca al oído de Marta y le susurra mientras con la otra mano le quita delicadamente el pañuelo que le ha colocado para que no vea:
-Creo que necesitábamos ropa de abrigo...
Marta abre los ojos, mira hacia el panel y grita:
-¿¡SAN PETERSBURGO!?
Si, van a pasar mucho frío...
En otro lugar de Europa, no muy lejano...
-¿HEIDENBERG?¿Qué es HEIDENBERG?-va diciendo Cristina mientras sale del aeropuerto de la mano de Liam, poco emocionada.
-Es un pequeño pueblo de aquí, no te pongas refunfuñona porque estoy seguro de que te encantara.
-¿Seguro? Estamos aquí rodeados de alemanes...con lo mal que me cae Merkel...además seguro que me tienen asco por haberles ganado en la Eurocopa...-va diciendo Cristina.
-No te preocupes que yo te defiendo de los ultras del fútbol- se va riendo Liam.
Después se queda un poco serio y le pregunta:
-¿Entonces no te ha gustado el destino?
-Veamos-hace Cristina como que piensa-¿Cuál es exactamente el destino?
-¿Otra vez? ¡Heidenberg! Un pueblecito que esta en Alemania al que llegaremos en coche en unas dos horas y...
Cristina lo corta:
-Ya, ya, ya...me refiero más concretamente. El destino es Alemania, un pueblo, el destino es un hotel, una habitación, una cama...pero, ¿vamos a estar los dos juntos cada momento del día?¿Vamos a disfrutar de nuestra compañía?¿Vamos a besarnos y a abrazarnos en cada momento?¿Vamos a amarnos cada segundo?¿Vas a ser tu, mi destino?
Liam que escuchaba atentamente se para y le sonríe:
-Si.
-Entonces...-Cristina salta sobre Liam y el la lleva sin esfuerzo hacia el taxi que los espera-Me encanta.
Termina la frase y le da un beso a Liam, un beso que como todos les encanta a ambos, pero no solo le gustará Liam en todo el viaje, Heidenberg la enamorará literalmente.
Cerca de España...
-Estaba deseando volver-esta diciendo Eleanor agarrada de la mano, mientras salen del aeropuerto. Cuando pisan suelo parisino, Eleanor grita-¡PARÍS!
-Sabía que te gustaría...-Louis se para repentinamente, agarra de la cintura a Eleanor, la echa hacia atrás, le agarra con firmeza pero suavidad del cuello y le da un beso largo y apasionado que hace que la gente que pasa cerca suyo los mire con disgusto...ya sabéis, la gente es muy envidiosa...
-Uuuiiii, ¿y eso a que venía?-le pregunta Eleanor a Louis, cuando la deja de besar y bruscamente la levanta.
-Ya sabes que cuando vengo aquí, se despierta mi espíritu romántico y apasionado.
Eleanor comienza a reír y lo abraza. Louis la levanta por la cintura y da un par de vueltas con ella.
-Si, lo se...me encanta tu espíritu romántico y apasionado-le dice y lo vuelve a besar.
París altera la sangre de Louis, Eleanor lo disfruta.
En América...
-Pues sí que hemos tardado poco, ¿no?-va diciendo Clara con los ojos cerrados, mientras Zayn la dirige hacia un ventanal del aeropuerto. Allí le dice que abra los ojos y ella obedece.
-¿Dónde estamos?
-CANCÚN, México. Supuse que unas vacaciones aventureras, a la vez que relajadas, nos vendría bien, para que cuando yo vuelva a trabajar y tu a estudiar nos podamos acordar de ellas y los recuerdos nos transporten a momentos más divertidos-decía Zayn que se había colocado al lado de Clara y seguía sosteniendo su mano con fuerza.
Clara dejo de mirar al ventanal y dirigió su vista al suelo, después pregunto:
-¿Es esto un sueño?
-No.
Clara gira la cabeza hacia Zayn.
-¿Es todo tan perfecto como parece?
-Lo es.
Zayn agarra su otra mano.
-¿Eres real?
-Debido a mi belleza puede parecer que no, pero lo soy.
Clara y Zayn sonríen.
-Te quiero.
-Te has comportado como una cursi.
Clara le da una leche a Zayn, después se lanza a sus brazos y lo besa con fuerza. Cuando se separan Zayn la mira y dice, lo que ya todos sabemos:
-Yo también te quiero ranita.
Zayn y Clara cogen sus maletas sonriendo y se dirigen al taxi mirándose cómplices , pero Clara, previsora, para en seco y le dice a Zayn nerviosa:
-¡No traigo bikini!
En algún lugar de Asia...
Tras 14 horas y 50 minutos Ana con los cascos puestos y la música a tope baja de la mano de Harry y pisan suelo firme.
-Me duelen los huesos-dice Ana.
-En cuanto lleguemos al hotel, que por cierto, te encantará, te voy a dar un masaje y después te voy a abrazar súper fuerte y vamos a dormir durante un día entero. Ven aquí-le dice Harry llevándola hacia el exterior-Cierra los ojos, ya estamos llegando.
Harry ha sacado del aeropuerto a Ana, se encuentran en una parte algo destartalada de la ciudad a la que han ido. Cerca del aeropuerto, hay un mercadillo, allí es donde se dirige todo el mundo que montado en sus carretas, andando con sus canastos o llevando a sus hijos a cuestas se dirigen, o de donde vuelven. Hay un barullo encantador.
-¿A qué huele?-pregunta Ana asqueada.
-Abre los ojos mi amor.
Ana abre los ojos y se queda estupefacta, maravillada, encantada. ¿En qué momento le había dicho que le encantaría ver ese lugar? Se pregunta Ana, pero no encontraría respuesta, simplemente nunca se lo había dicho.
Harry al ver a Ana tan seria y sin decir nada le dice como incitándola a decir algo:
-No se sí te ha gustado. Supongo que me he arriesgado mucho, ¿no?-Ana sigue sin pronunciar palabra y Harry seguro ya de que se había equivocado de destino comienza a hablar cosas sin sentido y en alto, regañándose a el mismo- Quizás debería haber elegido un sitio más normalito, mira que los chicos me lo dijeron pero no se, yo te veo como muy aventurera, ¿no? ¿no? Quizás pueda conseguir unos billetes a otro sitio, tu no te preocupes que yo arreglo esto ahora mismo...
Ana para la charla de Harry con un beso, sus labios se posan suavemente sobre los suyos, moviéndolos con lentitud para después acelerar la velocidad y volver su suave y tierno beso en uno más apasionado. Se separa de el con esfuerzo pues si fuese por ellos, se tirarían así toda la vida. Le sonríe, le mira a los ojos.
-Siempre he querido visitar la INDIA.
Harry suspira aliviado:
-Uuuffff me lo podías haber dicho antes de ponerme histérico pensando que lo odiabas, ¿no?
Ana rió y Harry siguió echándole una bronca de mentirijilla.
Y así, comenzó su aventura...
Narra Marta*
-¡Qué bochorno!-dice Niall.
Y tanto...que vergüenza...menos mal que por aquí no hay paparazzis...
Estamos los dos con nuestras maletas abiertas, rebuscando para encontrar alguna prenda de abrigo que nos pueda valer para el frío ruso. Por ahora llevamos 3 sudaderas y un abrigo de entretiempo de Niall y dos chaquetas mías y por lo que veo no hay nada más...vamos, que moriremos de frío antes de llegar al taxi.
-Yo no tengo nada más Niall-dije dándome por vencida y sentándome en el suelo. Niall hizo lo mismo.
Menuda imagen debíamos de estar dando. Los dos con las maletas abiertas, la mitad de la ropa dentro, la otra fuera, ahí sentados como indigentes en medio del aeropuerto, lo único que falta es que nos tiren una moneda...menudo show...siempre dando el cante.
-Bueno, veamos. Tu ponte una chaqueta de las tuyas, dos de mis sudaderas y mi abrigo. Así irás bien.
-Iré como una cebolla... Y tu, ¿que te vas a poner? ¿Mi chaqueta?-me comencé a reír.
No iba a hacer eso...
Narra Eleanor*
-¡Me quiero ir de compras, ya!-grite emocionada.
-Bueno, vamos a ir a dejar las maletas al hotel primero, ¿no?-me dijo Louis riendo.
El es el chico ideal, le encanta ir de compras tanto o más que a mi y eso me encanta. Además, claro esta, de ser el chico más simpático, risueño, entretenido, gracioso y atento que conozco, que no se me olvide eso.
-Joo...vale, pero después corriendo salimos a comprar.
Louis y yo nos montamos en el taxi, me agarró la mano y me dijo:
-Bueno, corriendo, corriendo, tampoco...habrá que probar que todo esta en buenas condiciones en la habitación, la ducha, la cama, el ropero...
-¿El ropero?¡Estas loco!
Los dos comenzamos a reír, lo que no alcancé a ver fue la cara de miedo del conductor que no sabía a que dos tipos de locos llevaba en el coche.
Narra Ana María*
-¿Dónde va toda esta gente?-le pregunto a nuestro conductor y guía en estos días. Es propio de aquí y no habla muy bien el inglés pero se defiende bastante bien. El señor llevaba un cartelito que me ha echo reír como nunca en mi vida, al parecer el nombre lo había escogido Harry así que por eso, se ganó otro beso. En el cartelito ponía: <<Gorditos>>.
-Van al mercado señora-me contesto mientras cargaba con una de nuestras maletas mientras Harry metía otra.
-Dígame Ana ¡Yo quiero ir al mercado!
-No, señora, mejor al hotel, yo les llevaré a los lugares turísticos, que son más seguros.
-Mejor, dígame Ana-me puse a gesticular y a gritar como si el hombre no oyera bien.
-Ana, los de la agencia me dijeron que era mejor venir con guía personal, por que es más seguro, no se sí esta bien que vayamos por libre.
El señor asiente y yo hago un mohín y me acercó a Harry.
-Vamos no seas tonto, podemos ir por libre. Yo quiero verlo todo, no solo lo turístico. Esto tiene que ser maravilloso, vamos a ver India, los rincones y recovecos, vamos a comer la comida que nos den y hablar o a intentarlo, al menos, con la gente de aquí. Vayamos por libre, no seamos como el resto.
Le sonrio suplicante y Harry me devuelve la sonrisa. Después se da la vuelta y le dice a nuestro guía que lleve nuestras cosas al hotel que ya llegaremos nosotros. El hombre insiste en que deberíamos ir con él pero ya es demasiado tarde, he convencido a mi niño bonito.
Narra Cristina*
-¿Nos queda poco?-le pregunto a Liam por decimocuarta vez.
-Nos queda lo mismo que hace 1 segundo.
-¿Dónde ha ido el resto?¡Quiero saber!-grito emocionada repentinamente.
Liam se ríe. Se acomoda en una esquina del coche y yo me recuesto en el. Sus brazos me rodean protectoramente y yo me siento feliz en mi lugar favorito: al lado de el, con sus brazos abrazándome.
-Louis y Eleanor se han ido a París.
-¡Qué romántico!
-Si. Niall y Marta a San Petersburgo.
-¿En serio? ¿Y con qué ropa de abrigo se han ido?-le pregunto extrañada.
Liam no me contesta y de repente empieza a reírse.
-Seguro que se le ha olvidado lo de la ropa de abrigo.
-Pobre, Martita...
-Bueno, Ana y Harry se han ido a Delhi, a la India.
-Siguen en el avión, entonces, ¿no?
-No lo se...pero van a llegar agotados, la verdad-me dice Liam-Clara y Zayn se han ido a Cancún.
-Playita... En Heidenberg no habrá playa, ¿verdad?-le digo.
Liam se ríe y me da un beso en la cabeza dulcemente.
-No, pero hay naturaleza, tranquilidad y estoy yo.
-También hay naturaleza y tranquilidad en Cancún y si hubiésemos ido, también hubieses estado tu allí.
Liam se rió con más fuerza y comenzó a hacerme cosquillas.
Narra Clara*
-¿Este es nuestro hotel?-pregunto incrédula-Es...es...maravilloso.
-Como yo-me sonríe Zayn.
Yo comienzo a reírme como una idiota pero no se lo niego, realmente el es, incluso, más maravilloso que ese hotel.
Vamos al mostrador y nos dan las llaves de la habitación, subimos y de nuevo me quedo maravillada, no hay palabra para explicar mi alegría sabiendo que ese iba a ser mi pequeño refugio durante nuestras pequeñas vacaciones, que iba a ser mío y de Zayn, de nadie más. Seríamos una joven pareja en un apartamento, pero no habrá que limpiar, el apartamento esta en Cancún y tenemos la playa al lado.
-¿Pretenden qué nos comamos toda esta comida?-dijo como indignado Zayn-¿Qué quieren que no pueda estar en bañador en la playa, o qué?
Yo no podía evitar reírme de el.
Deshicimos la maleta entre los dos, nos pasábamos las cosas, nos sonreíamos, nos acariciábamos, nos reíamos, hacíamos bromas mientras lo colocábamos todo...
Todo era perfecto y acabamos de llegar, no llevamos aquí nada de tiempo y no puedo evitar pensar que no quiero irme de aquí jamás.
-Bueno, ya esta todo. Estoy cansado del viaje, ¿te parece si vamos a comprar unos bañadores y nos bajamos a la piscina o a la playa y nos relajamos? Mañana ya tenemos actividades preparadas así que, ¡hay que descansar!-me dijo emocionado.
-Muy bien, pues vamos a comprar y a ir a la playa. ¿Y cuáles son las actividades de mañana?-le pregunto.
-Mejor no te lo digo, no quiero que te asustes.
Narra Louis*
-Eleanor, las tiendas no se van a mover de donde están, estoy cansado, esperemos a mañana, anda...-le dije desde la cama.
Bueno, cansado, no estaba mucho pero esta mitad mía, viene a París se emociona con las tiendas y no me hace ni caso.
-No, Louis. Mañana puede acabarse el mundo y yo desaproveche la oportunidad de irme de compras.
Lleva en el cuarto de baño un largo rato colocando los productos que se había traído, no le gustan los que dan en los hoteles.
La cama es muy cómoda si, que si; así que me recuesto un poco y me pongo a observar con más detenimiento la habitación, la verdad es que es increíble, es recargada a mas no poder, pero me encanta, Els cuando ha entrado se ha quedado con la boca abierta.
-Aaahhh pues me parece muy bien lo que dices, entonces prefieres decir se acaba el mundo hoy pero ayer me fuí de compras que; hoy acaba el mundo pero ayer pase el día más increíble de mi vida con mi amor Louis, ¿no?-le digo aún retumbado en la cama.
-Si, efectivamente.
-Pues muy bonito-le respondo.
Cierro los ojos.
-¿Si?¿Te gusta?- la escucho cerca así que habrá salido ya del cuarto del baño.
-¿El que?-digo levantando la cabeza de la almohada y abriendo los ojos.
Se ha puesto un camisón transparente y yo me quedo con cara de embobado mirándola al mismo tiempo que sonrió. Ella se va acercando lentamente a la cama mientras su sonrisa se va ensanchando poco a poco. Se pone encima mía y me dice:
-Si mañana se acaba el mundo, podré decir que disfrute del día de hoy como de ningún otro, con la persona más increíble que conozco y a la que más quiero.
Y me beso, y la acaricié y nos quedamos un rato más en el cuarto...ya iríamos mañana de compras...
Narra Zayn*
-¿Te gusta este?
Clara sale del probador con un bikini que le queda aún mejor que el que se ha puesto hace un rato pero que estoy seguro, le quedara peor que el próximo que se pruebe.
-Me encanta...
-Vamos Zayn que soy súper indecisa, dime uno y nos vamos.
-Pues...pues...-dudo mirando el que tiene puesto y los otros dos que tengo en las manos-¡Nos llevamos los tres!
Sonrio contento por mi resolución y Clara rie.
-Vale, los tres, ¿y cuál me llevo hoy a la playa?
-¡Dios!-me desespero-¡El que llevas puesto! Si te quedan todos genial, que más dará...
Un rato después salimos de la tienda a la que hemos ido, con los bikinis en una bolsa y nos dirigimos al hotel. Allí los dos nos cambiamos, nos ponemos los bañadores, unas camisetas y Clara unos baqueros cortos, y bajamos a la playa.
Todo es muy bonito, el agua cristalina, la arena clara y fina. La playa esta tranquila, ya esta atardeciendo y hay poca gente. Los dos nos sentamos en la arena, cerca de la orilla para que el agua nos moje los pies a ambos.
Giro la cabeza y la observo, veo como su pelo oscuro ondea al viento, sus ojos reflejan el brillo de la última luz del día, su boca mantiene una sonrisa mientras mira al horizonte. Cuando gira su cabeza mira fijamente a mis ojos, su sonrisa se ensancha y sus ojos brillan aún más. La agarro de la nuca y la beso con pasión, ella se echa hacia atrás en la arena y yo me recuesto delicadamente sobre ella mientras acaricio su pelo y ella levanta un poco mi camiseta recorriendo mi espalda con sus manos y produciendome escalofríos.
Me separo un poco de ella y la veo sonriéndome, ahora es ella la que me agarra de la nuca y con violencia me acerca a sus labios, yo no pido más, ruedo poniéndola sobre mi. Ella misma se quita la camiseta amplia que llevaba y vuelve a besarme y...
-Ai, ai, ai...¡Qué frío!-grita Clara.
-¡Qué me hielo! Levanta, levanta...
Clara comienza a reírse y yo me rio al verla. Me parece que la marea esta subiendo y le acaba de romper una ola en la espalda y a mi se me ha calado el agua fria hasta los huesos. Los dos nos quedamos sentados en la orilla mirándonos, Clara se ruboriza un poco y baja la mirada, yo sacudo la cabeza y es entonces cuando veo la camiseta de Clara yéndose flotando por el mar:
-¡Tu camiseta!
Clara grita divertida partiéndose de risa y yo me meto rápidamente, estilo vigilante de la playa, a por su camiseta...un baño frío me sentará bien...
Narra Liam*
-Es súper bonito...
-¿Ves? Te dije que te gustaría...
Cristina mira por la ventanilla y yo, desde detrás suya, también observo el exterior. Visto por fotos era bonito pero así, en persona, era aún más hermoso y romántico. Era todo verde, un pequeño pueblecito rodeado de un bosque que se extiende por varias hectáreas, que le da un aire mágico, como si allí pudiese pasar cualquier cosa.
Cuando nuestro coche pasaba por las callejuelas, repletas de gente que salía de paseo, todo el mundo nos miraba curioso y sonreía animosamente. Se ve que la gente de aquí es muy agradable...como yo.
Cuando llegamos al hotel, bajamos nuestras maletas y fuimos a nuestra habitación.
-Es preciosa...-Cristina, parecía que estaba dando su brazo a torcer, y comenzaba a reconocer que el lugar era hermoso, la gente encantadora y que todo iba a ir genial y nos lo íbamos a pasar muy bien allí.
-¡Quiero salir a dar una vuelta!¿Qué te parece?-me dijo Cristina contenta tras haber colocado la ropa en el armario.
-Me parece genial, estoy deseando de ver esto...
Los dos salimos y estuvimos dando una pequeña vuelta por los alrededores del hotel, todo era muy bonito y rústico. No bajamos al pueblo, esperaríamos a mañana, ahora estamos muy cansados del viaje y tenemos que recuperar fuerzas. En la parte trasera del hotel había un gran estanque. Los dos nos sentamos y metimos dentro los pies. El agua estaba congelada.
-Liam, me encanta el lugar, has elegido muy bien, cariño-me dijo Cristina acariciándome la cabeza con dulzura.
-Me alegra que te guste...-suspiré y tomé aire fresco. En ese momento me sentí completo, completamente feliz-¿Te imaginabas esto cuando nos conocimos?
Cristina comenzó a reírse como una histérica y me respondió con un rotundo no.
-Ni se me paso por la cabeza...bueno, en sueños si, pero nunca pensé que pudiese hacerse realidad. Recuerdo cuando un día en el instituto, Ana me escucho tararear What Makes You Beautiful y las dos nos pusimos como locas a cantarla en medio de la clase. Todo el mundo nos miraba-continuo Cristina-Pero a nosotras nos daba igual. Cuando me despedí de ella y de Marta en el aeropuerto, cuando me iba a Londres a estudiar, las dos me dijeron que si veía a los One Direction les hiciese una foto y se las mandase. Nunca les mande unas fotos vuestras, pero os las presente-rió.
-Erais unas fans locas...-dije riendo.
-No te lo voy a negar-me respondió con una sonrisa.
Narra Niall*
Vale, he hecho el ridículo, muchas, muchas veces, pero creo que como esta, ninguna. Mi novia y yo estamos en San Petersburgo donde esta cayendo la nevada del siglo, mi hamburguesita parece una cebolla y yo un retrasado con una sudadera y una chaqueta de tía que ni me cabe.
-Vamos, Marta-le grito.
Los dos vamos cargando con las maletas porque no se pueden arrastrar por la nieve. Ya he estado a punto de caerme dos veces por el hielo y Marta detrás mía no avanza porque se esta partiendo de risa conmigo.
-Ya vale, ¿no? Venga, entra en el taxi que te vas a congelar.
El taxista viene a coger mis maletas y Marta parece que avanza un poco pero cuando me ve que me acerco a ella para ayudarla y que casi me vuelvo a caer se comienza a reír de nuevo y se tira al suelo.
-No puedo, no puedo...-no para de decir, intentando coger aire.
Cuando ya tenemos todo cargado y Marta y yo entramos en el coche, sigue sin parar de reírse y yo también lo haría si no me castañease la boca.
-¡Qué frío!-le digo a Marta.
Ella que parece que ya se ha tranquilizado un poco, se acerca a mi y se acurruca abrazándome con fuerza. Nos tranquilizamos y hasta nos quedamos amodorrados un momento por el calorcito del coche, pero poco dura el momento sin risa, porque de repente Marta dice:
-Niall, tengo frío el culo, de cuando me he tirado al suelo.
Al momento de decirlo comienza a reírse y yo aún con mi castañeo de dientes me parto de risa, incluso el conductor suelta una carcajada.
Cuando llegamos al hotel, Marta se queda flipada por como es por dentro. Es inmenso y muy bonito. Pero la habitación le encanta y sobre todo porque cuando entramos ya esta puesta la calefacción y esta caldeadita.
-Me voy a cambiar de ropa-me dice entrando rápido en el baño y cerrando la puerta.
-¿Te ayudo?-le digo riendo.
Marta abre lentamente la puerta del baño, saca la cabecita y mirándome y sonriendo tentadoramente me dice:
-Si quieres nos damos un baño calentito...
-¡¡¡Voy!!!
Narra Harry*
Ver a Ana es una maravilla. Sonríe a todo el mundo y lo observa todo con interés. Los dos vamos agarrados de la mano y la gente nos mira, se nota bastante que no somos de aquí. Cuando dirigen su mirada hacia nosotros, siempre parece que nos miran con recelo pero creo que tras ver a Ana con una sonrisa luminosa en la cara y con una rista de niños que van detrás de ella pidiéndole caramelos, cambian esa mirada recelosa por una de aprobación.
Los dos nos miramos y nos sonreímos cariñosos, nos paramos en los puestos y probamos la comida que nos da el dependiente, o miramos la bisutería que venden. Pero siempre pasamos corriendo por aquellos que tienen animales muertos recolgando de los postes o que venden incienso aromático.
-Mira Ana, es muy bonita-le digo sosteniendo una pulsera entre las manos. Cuando miro, Ana no esta, la veo un poco mas alejada de mi y no pudo evitar sonreír como un tonto.
Esta intentando comunicarse con un crio pequeño que lleva una cabra. Toca la cabeza de la cabra y esta le lanza un mordisco que Ana evita apartando velozmente la mano. El niño rie y Ana con él. Le da un puñado de caramelos y unas rupias que hemos cambiado por las libras en el aeropuerto. El chico le sonríe agradecido y la abraza.
-¿Novia?-giro la cabeza ya que el dependiente, un hombre mayor, me habla. Asiento y continúa-Ella tener buen corazón, cuídala.
Le sonrio, le pago lo que me dice por la pulsera y me alejo del puesto, sin apenas oír lo último que me dice con una cara algo extraña y en su idioma:
-¡खतरा!
Me acerco a Ana y le doy la pulsera. Ella sonriendo me susurra un gracias y me da un beso. La ayudo a ponérsela y seguimos nuestro camino.
Cuando ya estamos algo cansados, nos montamos en un "taxi" con un hombre muy simpático y nos dirigimos al hotel velozmente, más de lo que Ana y yo hubiésemos querido.
Esto es peor que en la atracción en la que me monté, este hombre esta loco conduciendo.
Cuando por fin llegamos al hotel, sanos y salvos extrañamente, nos quedamos impresionados por la belleza del hotel y de la habitación.
-¡Es increíble!-Ana se tira a la cama inmaculada mientras dice esto.
Yo me tiro a su lado y al mirarnos no se por que comenzamos a reír contentos.
-Aaaiiii estoy feliz-le digo mientras la abrazo y le beso la cabeza.
-Y yo enamorada-me responde.
Narrador Omnisciente*
Es noche profunda en Cancún, en París, Heidenberg y San Petersburgo aún hay algo de luz y en Delhi al calor sofocante que proporciona el sol aún le queda varias horas. Pero todos están haciendo lo mismo en sus respectivas habitaciones, alrededor de todo el mundo.
Marta que acaba de salir de un baño entretenido, se seca el pelo con una toalla mientras pone en marcha el ordenador.
Liam esta encendiendo el programa mientras Cristina a su lado mira entretenida por la ventana.
Harry que ya lo tiene todo preparado y espera a que sus amigos comiencen a salir en la pantalla de su ordenador se entretiene haciendo el tonto con Ana.
Louis y Eleanor discuten sobre como abrir el programa de ordenador que les permitirá hacer una videollamada a 5 bandas.
Clara, ya en pijama, zarandea a Zayn para que se despierte y puedan ver juntos a sus amigos.
-¡Clara!-grita Ana desde su habitación de Delhi-¿Dónde estas?
-En Cancún, di hola Zayn-Clara gira un poco el ordenador para que la otra parejita pueda ver a su amigo medio dormido.
-¿Ves como era así, Louis?
En las pantalla de ordenador salen ahora Louis y Eleanor.
-¡Hola chicos!-gritan los dos al unísono al ver que no están solos.
-Hola, hola, ¿se nos oye?-Niall aparece con el pelo mojado y con Marta a su lado de la misma guisa.
-¡Hermanita!¿Dónde estas?
-En San Petersburgo, estoy pasando un frío...
-¿A que se te ha olvidado la ropa de abrigo, Niall?-dice Louis riéndose.
-Si...-responde el aludido un poco avergonzado.
-¡Gente!¿Qué tal todo el mundo?-dicen Liam y Cristina con una sonrisa.
Y ya están todos, todas las parejas, todos los amigos, todas los hermanos y hermanas, todos unidos, pues por muy lejos que estén unos de otros siempre están unidos. Así será como se tiraran hablando todos juntos unas cuantas horas y harán la promesa de repetir la misma operación a lo largo de las vacaciones para contar lo que les pase al día a cada uno.
Y seguirán en contacto porque ya...no pueden vivir los unos sin los otros...
NOTA: Bueno este capítulo tan largo es por la celebración de que ayer no morimos y por el cumple de DreamRose :)) Y bueno decir que muchas gracias a todas por los comentarios de apoyo de la entrada anterior!! Sois todas un encanto <3
Os quiero!! :)))
En algún lugar de Europa...
-No te quites el pañuelo de los ojos, Marta-Niall cargando con las maletas lleva a Marta cuidadosamente entre la gente que junto a ellos sale del avión.
-¿¡Qué dices!?-grita Marta ya que lleva puestos los cascos a todo volumen-¡No te oigo!
Niall riendo le tapa la boca pues todo el mundo los mira como si estuviesen viendo a unos locos. Cuando la gente comienza a esparcirse, Niall se para y le quita los cascos a Marta.
-Me he quedado sorda...¿Ya puedo quitarme el pañuelo?-le pregunta.
-No, espera-le responde Niall riendo. Desde que se han montado en el avión no ha podido parar de reír, de las tonterías de Marta, de sus comentarios, pensando lo bien que se lo van a pasar, esta muy feliz y emocionado.
-¡Joder!-dice Niall mientras se da una leche en la cabeza, al recordar que ha olvidado algo muy, muy importante.
-¿Qué pasa?¿Qué pasa?-Marta se asusta y levanta las manos buscando a Niall. Él se las agarra rápidamente.
-Tranquila, no te asustes, es que se me ha olvidado algo.
-¿Y qué es?-pregunta Marta.
Niall la dirige hacia un panel en el que pone en inglés: Welcome to ......
Se coloca detrás de ella, con un brazo le rodea la cintura, acerca su boca al oído de Marta y le susurra mientras con la otra mano le quita delicadamente el pañuelo que le ha colocado para que no vea:
-Creo que necesitábamos ropa de abrigo...
Marta abre los ojos, mira hacia el panel y grita:
-¿¡SAN PETERSBURGO!?
Si, van a pasar mucho frío...
En otro lugar de Europa, no muy lejano...
-¿HEIDENBERG?¿Qué es HEIDENBERG?-va diciendo Cristina mientras sale del aeropuerto de la mano de Liam, poco emocionada.
-Es un pequeño pueblo de aquí, no te pongas refunfuñona porque estoy seguro de que te encantara.
-¿Seguro? Estamos aquí rodeados de alemanes...con lo mal que me cae Merkel...además seguro que me tienen asco por haberles ganado en la Eurocopa...-va diciendo Cristina.
-No te preocupes que yo te defiendo de los ultras del fútbol- se va riendo Liam.
Después se queda un poco serio y le pregunta:
-¿Entonces no te ha gustado el destino?
-Veamos-hace Cristina como que piensa-¿Cuál es exactamente el destino?
-¿Otra vez? ¡Heidenberg! Un pueblecito que esta en Alemania al que llegaremos en coche en unas dos horas y...
Cristina lo corta:
-Ya, ya, ya...me refiero más concretamente. El destino es Alemania, un pueblo, el destino es un hotel, una habitación, una cama...pero, ¿vamos a estar los dos juntos cada momento del día?¿Vamos a disfrutar de nuestra compañía?¿Vamos a besarnos y a abrazarnos en cada momento?¿Vamos a amarnos cada segundo?¿Vas a ser tu, mi destino?
Liam que escuchaba atentamente se para y le sonríe:
-Si.
-Entonces...-Cristina salta sobre Liam y el la lleva sin esfuerzo hacia el taxi que los espera-Me encanta.
Termina la frase y le da un beso a Liam, un beso que como todos les encanta a ambos, pero no solo le gustará Liam en todo el viaje, Heidenberg la enamorará literalmente.
Cerca de España...
-Estaba deseando volver-esta diciendo Eleanor agarrada de la mano, mientras salen del aeropuerto. Cuando pisan suelo parisino, Eleanor grita-¡PARÍS!
-Sabía que te gustaría...-Louis se para repentinamente, agarra de la cintura a Eleanor, la echa hacia atrás, le agarra con firmeza pero suavidad del cuello y le da un beso largo y apasionado que hace que la gente que pasa cerca suyo los mire con disgusto...ya sabéis, la gente es muy envidiosa...
-Uuuiiii, ¿y eso a que venía?-le pregunta Eleanor a Louis, cuando la deja de besar y bruscamente la levanta.
-Ya sabes que cuando vengo aquí, se despierta mi espíritu romántico y apasionado.
Eleanor comienza a reír y lo abraza. Louis la levanta por la cintura y da un par de vueltas con ella.
-Si, lo se...me encanta tu espíritu romántico y apasionado-le dice y lo vuelve a besar.
París altera la sangre de Louis, Eleanor lo disfruta.
En América...
-Pues sí que hemos tardado poco, ¿no?-va diciendo Clara con los ojos cerrados, mientras Zayn la dirige hacia un ventanal del aeropuerto. Allí le dice que abra los ojos y ella obedece.
-¿Dónde estamos?
-CANCÚN, México. Supuse que unas vacaciones aventureras, a la vez que relajadas, nos vendría bien, para que cuando yo vuelva a trabajar y tu a estudiar nos podamos acordar de ellas y los recuerdos nos transporten a momentos más divertidos-decía Zayn que se había colocado al lado de Clara y seguía sosteniendo su mano con fuerza.
Clara dejo de mirar al ventanal y dirigió su vista al suelo, después pregunto:
-¿Es esto un sueño?
-No.
Clara gira la cabeza hacia Zayn.
-¿Es todo tan perfecto como parece?
-Lo es.
Zayn agarra su otra mano.
-¿Eres real?
-Debido a mi belleza puede parecer que no, pero lo soy.
Clara y Zayn sonríen.
-Te quiero.
-Te has comportado como una cursi.
Clara le da una leche a Zayn, después se lanza a sus brazos y lo besa con fuerza. Cuando se separan Zayn la mira y dice, lo que ya todos sabemos:
-Yo también te quiero ranita.
Zayn y Clara cogen sus maletas sonriendo y se dirigen al taxi mirándose cómplices , pero Clara, previsora, para en seco y le dice a Zayn nerviosa:
-¡No traigo bikini!
En algún lugar de Asia...
Tras 14 horas y 50 minutos Ana con los cascos puestos y la música a tope baja de la mano de Harry y pisan suelo firme.
-Me duelen los huesos-dice Ana.
-En cuanto lleguemos al hotel, que por cierto, te encantará, te voy a dar un masaje y después te voy a abrazar súper fuerte y vamos a dormir durante un día entero. Ven aquí-le dice Harry llevándola hacia el exterior-Cierra los ojos, ya estamos llegando.
Harry ha sacado del aeropuerto a Ana, se encuentran en una parte algo destartalada de la ciudad a la que han ido. Cerca del aeropuerto, hay un mercadillo, allí es donde se dirige todo el mundo que montado en sus carretas, andando con sus canastos o llevando a sus hijos a cuestas se dirigen, o de donde vuelven. Hay un barullo encantador.
-¿A qué huele?-pregunta Ana asqueada.
-Abre los ojos mi amor.
Ana abre los ojos y se queda estupefacta, maravillada, encantada. ¿En qué momento le había dicho que le encantaría ver ese lugar? Se pregunta Ana, pero no encontraría respuesta, simplemente nunca se lo había dicho.
Harry al ver a Ana tan seria y sin decir nada le dice como incitándola a decir algo:
-No se sí te ha gustado. Supongo que me he arriesgado mucho, ¿no?-Ana sigue sin pronunciar palabra y Harry seguro ya de que se había equivocado de destino comienza a hablar cosas sin sentido y en alto, regañándose a el mismo- Quizás debería haber elegido un sitio más normalito, mira que los chicos me lo dijeron pero no se, yo te veo como muy aventurera, ¿no? ¿no? Quizás pueda conseguir unos billetes a otro sitio, tu no te preocupes que yo arreglo esto ahora mismo...
Ana para la charla de Harry con un beso, sus labios se posan suavemente sobre los suyos, moviéndolos con lentitud para después acelerar la velocidad y volver su suave y tierno beso en uno más apasionado. Se separa de el con esfuerzo pues si fuese por ellos, se tirarían así toda la vida. Le sonríe, le mira a los ojos.
-Siempre he querido visitar la INDIA.
Harry suspira aliviado:
-Uuuffff me lo podías haber dicho antes de ponerme histérico pensando que lo odiabas, ¿no?
Ana rió y Harry siguió echándole una bronca de mentirijilla.
Y así, comenzó su aventura...
Narra Marta*
-¡Qué bochorno!-dice Niall.
Y tanto...que vergüenza...menos mal que por aquí no hay paparazzis...
Estamos los dos con nuestras maletas abiertas, rebuscando para encontrar alguna prenda de abrigo que nos pueda valer para el frío ruso. Por ahora llevamos 3 sudaderas y un abrigo de entretiempo de Niall y dos chaquetas mías y por lo que veo no hay nada más...vamos, que moriremos de frío antes de llegar al taxi.
-Yo no tengo nada más Niall-dije dándome por vencida y sentándome en el suelo. Niall hizo lo mismo.
Menuda imagen debíamos de estar dando. Los dos con las maletas abiertas, la mitad de la ropa dentro, la otra fuera, ahí sentados como indigentes en medio del aeropuerto, lo único que falta es que nos tiren una moneda...menudo show...siempre dando el cante.
-Bueno, veamos. Tu ponte una chaqueta de las tuyas, dos de mis sudaderas y mi abrigo. Así irás bien.
-Iré como una cebolla... Y tu, ¿que te vas a poner? ¿Mi chaqueta?-me comencé a reír.
No iba a hacer eso...
Narra Eleanor*
-¡Me quiero ir de compras, ya!-grite emocionada.
-Bueno, vamos a ir a dejar las maletas al hotel primero, ¿no?-me dijo Louis riendo.
El es el chico ideal, le encanta ir de compras tanto o más que a mi y eso me encanta. Además, claro esta, de ser el chico más simpático, risueño, entretenido, gracioso y atento que conozco, que no se me olvide eso.
-Joo...vale, pero después corriendo salimos a comprar.
Louis y yo nos montamos en el taxi, me agarró la mano y me dijo:
-Bueno, corriendo, corriendo, tampoco...habrá que probar que todo esta en buenas condiciones en la habitación, la ducha, la cama, el ropero...
-¿El ropero?¡Estas loco!
Los dos comenzamos a reír, lo que no alcancé a ver fue la cara de miedo del conductor que no sabía a que dos tipos de locos llevaba en el coche.
Narra Ana María*
-¿Dónde va toda esta gente?-le pregunto a nuestro conductor y guía en estos días. Es propio de aquí y no habla muy bien el inglés pero se defiende bastante bien. El señor llevaba un cartelito que me ha echo reír como nunca en mi vida, al parecer el nombre lo había escogido Harry así que por eso, se ganó otro beso. En el cartelito ponía: <<Gorditos>>.
-Van al mercado señora-me contesto mientras cargaba con una de nuestras maletas mientras Harry metía otra.
-Dígame Ana ¡Yo quiero ir al mercado!
-No, señora, mejor al hotel, yo les llevaré a los lugares turísticos, que son más seguros.
-Mejor, dígame Ana-me puse a gesticular y a gritar como si el hombre no oyera bien.
-Ana, los de la agencia me dijeron que era mejor venir con guía personal, por que es más seguro, no se sí esta bien que vayamos por libre.
El señor asiente y yo hago un mohín y me acercó a Harry.
-Vamos no seas tonto, podemos ir por libre. Yo quiero verlo todo, no solo lo turístico. Esto tiene que ser maravilloso, vamos a ver India, los rincones y recovecos, vamos a comer la comida que nos den y hablar o a intentarlo, al menos, con la gente de aquí. Vayamos por libre, no seamos como el resto.
Le sonrio suplicante y Harry me devuelve la sonrisa. Después se da la vuelta y le dice a nuestro guía que lleve nuestras cosas al hotel que ya llegaremos nosotros. El hombre insiste en que deberíamos ir con él pero ya es demasiado tarde, he convencido a mi niño bonito.
Narra Cristina*
-¿Nos queda poco?-le pregunto a Liam por decimocuarta vez.
-Nos queda lo mismo que hace 1 segundo.
-¿Dónde ha ido el resto?¡Quiero saber!-grito emocionada repentinamente.
Liam se ríe. Se acomoda en una esquina del coche y yo me recuesto en el. Sus brazos me rodean protectoramente y yo me siento feliz en mi lugar favorito: al lado de el, con sus brazos abrazándome.
-Louis y Eleanor se han ido a París.
-¡Qué romántico!
-Si. Niall y Marta a San Petersburgo.
-¿En serio? ¿Y con qué ropa de abrigo se han ido?-le pregunto extrañada.
Liam no me contesta y de repente empieza a reírse.
-Seguro que se le ha olvidado lo de la ropa de abrigo.
-Pobre, Martita...
-Bueno, Ana y Harry se han ido a Delhi, a la India.
-Siguen en el avión, entonces, ¿no?
-No lo se...pero van a llegar agotados, la verdad-me dice Liam-Clara y Zayn se han ido a Cancún.
-Playita... En Heidenberg no habrá playa, ¿verdad?-le digo.
Liam se ríe y me da un beso en la cabeza dulcemente.
-No, pero hay naturaleza, tranquilidad y estoy yo.
-También hay naturaleza y tranquilidad en Cancún y si hubiésemos ido, también hubieses estado tu allí.
Liam se rió con más fuerza y comenzó a hacerme cosquillas.
Narra Clara*
-¿Este es nuestro hotel?-pregunto incrédula-Es...es...maravilloso.
-Como yo-me sonríe Zayn.
Yo comienzo a reírme como una idiota pero no se lo niego, realmente el es, incluso, más maravilloso que ese hotel.
Vamos al mostrador y nos dan las llaves de la habitación, subimos y de nuevo me quedo maravillada, no hay palabra para explicar mi alegría sabiendo que ese iba a ser mi pequeño refugio durante nuestras pequeñas vacaciones, que iba a ser mío y de Zayn, de nadie más. Seríamos una joven pareja en un apartamento, pero no habrá que limpiar, el apartamento esta en Cancún y tenemos la playa al lado.
-¿Pretenden qué nos comamos toda esta comida?-dijo como indignado Zayn-¿Qué quieren que no pueda estar en bañador en la playa, o qué?
Yo no podía evitar reírme de el.
Deshicimos la maleta entre los dos, nos pasábamos las cosas, nos sonreíamos, nos acariciábamos, nos reíamos, hacíamos bromas mientras lo colocábamos todo...
Todo era perfecto y acabamos de llegar, no llevamos aquí nada de tiempo y no puedo evitar pensar que no quiero irme de aquí jamás.
-Bueno, ya esta todo. Estoy cansado del viaje, ¿te parece si vamos a comprar unos bañadores y nos bajamos a la piscina o a la playa y nos relajamos? Mañana ya tenemos actividades preparadas así que, ¡hay que descansar!-me dijo emocionado.
-Muy bien, pues vamos a comprar y a ir a la playa. ¿Y cuáles son las actividades de mañana?-le pregunto.
-Mejor no te lo digo, no quiero que te asustes.
Narra Louis*
-Eleanor, las tiendas no se van a mover de donde están, estoy cansado, esperemos a mañana, anda...-le dije desde la cama.
Bueno, cansado, no estaba mucho pero esta mitad mía, viene a París se emociona con las tiendas y no me hace ni caso.
-No, Louis. Mañana puede acabarse el mundo y yo desaproveche la oportunidad de irme de compras.
Lleva en el cuarto de baño un largo rato colocando los productos que se había traído, no le gustan los que dan en los hoteles.
La cama es muy cómoda si, que si; así que me recuesto un poco y me pongo a observar con más detenimiento la habitación, la verdad es que es increíble, es recargada a mas no poder, pero me encanta, Els cuando ha entrado se ha quedado con la boca abierta.
-Aaahhh pues me parece muy bien lo que dices, entonces prefieres decir se acaba el mundo hoy pero ayer me fuí de compras que; hoy acaba el mundo pero ayer pase el día más increíble de mi vida con mi amor Louis, ¿no?-le digo aún retumbado en la cama.
-Si, efectivamente.
-Pues muy bonito-le respondo.
Cierro los ojos.
-¿Si?¿Te gusta?- la escucho cerca así que habrá salido ya del cuarto del baño.
-¿El que?-digo levantando la cabeza de la almohada y abriendo los ojos.
Se ha puesto un camisón transparente y yo me quedo con cara de embobado mirándola al mismo tiempo que sonrió. Ella se va acercando lentamente a la cama mientras su sonrisa se va ensanchando poco a poco. Se pone encima mía y me dice:
-Si mañana se acaba el mundo, podré decir que disfrute del día de hoy como de ningún otro, con la persona más increíble que conozco y a la que más quiero.
Y me beso, y la acaricié y nos quedamos un rato más en el cuarto...ya iríamos mañana de compras...
Narra Zayn*
-¿Te gusta este?
Clara sale del probador con un bikini que le queda aún mejor que el que se ha puesto hace un rato pero que estoy seguro, le quedara peor que el próximo que se pruebe.
-Me encanta...
-Vamos Zayn que soy súper indecisa, dime uno y nos vamos.
-Pues...pues...-dudo mirando el que tiene puesto y los otros dos que tengo en las manos-¡Nos llevamos los tres!
Sonrio contento por mi resolución y Clara rie.
-Vale, los tres, ¿y cuál me llevo hoy a la playa?
-¡Dios!-me desespero-¡El que llevas puesto! Si te quedan todos genial, que más dará...
Un rato después salimos de la tienda a la que hemos ido, con los bikinis en una bolsa y nos dirigimos al hotel. Allí los dos nos cambiamos, nos ponemos los bañadores, unas camisetas y Clara unos baqueros cortos, y bajamos a la playa.
Todo es muy bonito, el agua cristalina, la arena clara y fina. La playa esta tranquila, ya esta atardeciendo y hay poca gente. Los dos nos sentamos en la arena, cerca de la orilla para que el agua nos moje los pies a ambos.
Giro la cabeza y la observo, veo como su pelo oscuro ondea al viento, sus ojos reflejan el brillo de la última luz del día, su boca mantiene una sonrisa mientras mira al horizonte. Cuando gira su cabeza mira fijamente a mis ojos, su sonrisa se ensancha y sus ojos brillan aún más. La agarro de la nuca y la beso con pasión, ella se echa hacia atrás en la arena y yo me recuesto delicadamente sobre ella mientras acaricio su pelo y ella levanta un poco mi camiseta recorriendo mi espalda con sus manos y produciendome escalofríos.
Me separo un poco de ella y la veo sonriéndome, ahora es ella la que me agarra de la nuca y con violencia me acerca a sus labios, yo no pido más, ruedo poniéndola sobre mi. Ella misma se quita la camiseta amplia que llevaba y vuelve a besarme y...
-Ai, ai, ai...¡Qué frío!-grita Clara.
-¡Qué me hielo! Levanta, levanta...
Clara comienza a reírse y yo me rio al verla. Me parece que la marea esta subiendo y le acaba de romper una ola en la espalda y a mi se me ha calado el agua fria hasta los huesos. Los dos nos quedamos sentados en la orilla mirándonos, Clara se ruboriza un poco y baja la mirada, yo sacudo la cabeza y es entonces cuando veo la camiseta de Clara yéndose flotando por el mar:
-¡Tu camiseta!
Clara grita divertida partiéndose de risa y yo me meto rápidamente, estilo vigilante de la playa, a por su camiseta...un baño frío me sentará bien...
Narra Liam*
-Es súper bonito...
-¿Ves? Te dije que te gustaría...
Cristina mira por la ventanilla y yo, desde detrás suya, también observo el exterior. Visto por fotos era bonito pero así, en persona, era aún más hermoso y romántico. Era todo verde, un pequeño pueblecito rodeado de un bosque que se extiende por varias hectáreas, que le da un aire mágico, como si allí pudiese pasar cualquier cosa.
Cuando nuestro coche pasaba por las callejuelas, repletas de gente que salía de paseo, todo el mundo nos miraba curioso y sonreía animosamente. Se ve que la gente de aquí es muy agradable...como yo.
Cuando llegamos al hotel, bajamos nuestras maletas y fuimos a nuestra habitación.
-Es preciosa...-Cristina, parecía que estaba dando su brazo a torcer, y comenzaba a reconocer que el lugar era hermoso, la gente encantadora y que todo iba a ir genial y nos lo íbamos a pasar muy bien allí.
-¡Quiero salir a dar una vuelta!¿Qué te parece?-me dijo Cristina contenta tras haber colocado la ropa en el armario.
-Me parece genial, estoy deseando de ver esto...
Los dos salimos y estuvimos dando una pequeña vuelta por los alrededores del hotel, todo era muy bonito y rústico. No bajamos al pueblo, esperaríamos a mañana, ahora estamos muy cansados del viaje y tenemos que recuperar fuerzas. En la parte trasera del hotel había un gran estanque. Los dos nos sentamos y metimos dentro los pies. El agua estaba congelada.
-Liam, me encanta el lugar, has elegido muy bien, cariño-me dijo Cristina acariciándome la cabeza con dulzura.
-Me alegra que te guste...-suspiré y tomé aire fresco. En ese momento me sentí completo, completamente feliz-¿Te imaginabas esto cuando nos conocimos?
Cristina comenzó a reírse como una histérica y me respondió con un rotundo no.
-Ni se me paso por la cabeza...bueno, en sueños si, pero nunca pensé que pudiese hacerse realidad. Recuerdo cuando un día en el instituto, Ana me escucho tararear What Makes You Beautiful y las dos nos pusimos como locas a cantarla en medio de la clase. Todo el mundo nos miraba-continuo Cristina-Pero a nosotras nos daba igual. Cuando me despedí de ella y de Marta en el aeropuerto, cuando me iba a Londres a estudiar, las dos me dijeron que si veía a los One Direction les hiciese una foto y se las mandase. Nunca les mande unas fotos vuestras, pero os las presente-rió.
-Erais unas fans locas...-dije riendo.
-No te lo voy a negar-me respondió con una sonrisa.
Narra Niall*
Vale, he hecho el ridículo, muchas, muchas veces, pero creo que como esta, ninguna. Mi novia y yo estamos en San Petersburgo donde esta cayendo la nevada del siglo, mi hamburguesita parece una cebolla y yo un retrasado con una sudadera y una chaqueta de tía que ni me cabe.
-Vamos, Marta-le grito.
Los dos vamos cargando con las maletas porque no se pueden arrastrar por la nieve. Ya he estado a punto de caerme dos veces por el hielo y Marta detrás mía no avanza porque se esta partiendo de risa conmigo.
-Ya vale, ¿no? Venga, entra en el taxi que te vas a congelar.
El taxista viene a coger mis maletas y Marta parece que avanza un poco pero cuando me ve que me acerco a ella para ayudarla y que casi me vuelvo a caer se comienza a reír de nuevo y se tira al suelo.
-No puedo, no puedo...-no para de decir, intentando coger aire.
Cuando ya tenemos todo cargado y Marta y yo entramos en el coche, sigue sin parar de reírse y yo también lo haría si no me castañease la boca.
-¡Qué frío!-le digo a Marta.
Ella que parece que ya se ha tranquilizado un poco, se acerca a mi y se acurruca abrazándome con fuerza. Nos tranquilizamos y hasta nos quedamos amodorrados un momento por el calorcito del coche, pero poco dura el momento sin risa, porque de repente Marta dice:
-Niall, tengo frío el culo, de cuando me he tirado al suelo.
Al momento de decirlo comienza a reírse y yo aún con mi castañeo de dientes me parto de risa, incluso el conductor suelta una carcajada.
Cuando llegamos al hotel, Marta se queda flipada por como es por dentro. Es inmenso y muy bonito. Pero la habitación le encanta y sobre todo porque cuando entramos ya esta puesta la calefacción y esta caldeadita.
-Me voy a cambiar de ropa-me dice entrando rápido en el baño y cerrando la puerta.
-¿Te ayudo?-le digo riendo.
Marta abre lentamente la puerta del baño, saca la cabecita y mirándome y sonriendo tentadoramente me dice:
-Si quieres nos damos un baño calentito...
-¡¡¡Voy!!!
Narra Harry*
Ver a Ana es una maravilla. Sonríe a todo el mundo y lo observa todo con interés. Los dos vamos agarrados de la mano y la gente nos mira, se nota bastante que no somos de aquí. Cuando dirigen su mirada hacia nosotros, siempre parece que nos miran con recelo pero creo que tras ver a Ana con una sonrisa luminosa en la cara y con una rista de niños que van detrás de ella pidiéndole caramelos, cambian esa mirada recelosa por una de aprobación.
Los dos nos miramos y nos sonreímos cariñosos, nos paramos en los puestos y probamos la comida que nos da el dependiente, o miramos la bisutería que venden. Pero siempre pasamos corriendo por aquellos que tienen animales muertos recolgando de los postes o que venden incienso aromático.
-Mira Ana, es muy bonita-le digo sosteniendo una pulsera entre las manos. Cuando miro, Ana no esta, la veo un poco mas alejada de mi y no pudo evitar sonreír como un tonto.
Esta intentando comunicarse con un crio pequeño que lleva una cabra. Toca la cabeza de la cabra y esta le lanza un mordisco que Ana evita apartando velozmente la mano. El niño rie y Ana con él. Le da un puñado de caramelos y unas rupias que hemos cambiado por las libras en el aeropuerto. El chico le sonríe agradecido y la abraza.
-¿Novia?-giro la cabeza ya que el dependiente, un hombre mayor, me habla. Asiento y continúa-Ella tener buen corazón, cuídala.
Le sonrio, le pago lo que me dice por la pulsera y me alejo del puesto, sin apenas oír lo último que me dice con una cara algo extraña y en su idioma:
-¡खतरा!
Me acerco a Ana y le doy la pulsera. Ella sonriendo me susurra un gracias y me da un beso. La ayudo a ponérsela y seguimos nuestro camino.
Cuando ya estamos algo cansados, nos montamos en un "taxi" con un hombre muy simpático y nos dirigimos al hotel velozmente, más de lo que Ana y yo hubiésemos querido.
Esto es peor que en la atracción en la que me monté, este hombre esta loco conduciendo.
Cuando por fin llegamos al hotel, sanos y salvos extrañamente, nos quedamos impresionados por la belleza del hotel y de la habitación.
-¡Es increíble!-Ana se tira a la cama inmaculada mientras dice esto.
Yo me tiro a su lado y al mirarnos no se por que comenzamos a reír contentos.
-Aaaiiii estoy feliz-le digo mientras la abrazo y le beso la cabeza.
-Y yo enamorada-me responde.
Narrador Omnisciente*
Es noche profunda en Cancún, en París, Heidenberg y San Petersburgo aún hay algo de luz y en Delhi al calor sofocante que proporciona el sol aún le queda varias horas. Pero todos están haciendo lo mismo en sus respectivas habitaciones, alrededor de todo el mundo.
Marta que acaba de salir de un baño entretenido, se seca el pelo con una toalla mientras pone en marcha el ordenador.
Liam esta encendiendo el programa mientras Cristina a su lado mira entretenida por la ventana.
Harry que ya lo tiene todo preparado y espera a que sus amigos comiencen a salir en la pantalla de su ordenador se entretiene haciendo el tonto con Ana.
Louis y Eleanor discuten sobre como abrir el programa de ordenador que les permitirá hacer una videollamada a 5 bandas.
Clara, ya en pijama, zarandea a Zayn para que se despierte y puedan ver juntos a sus amigos.
-¡Clara!-grita Ana desde su habitación de Delhi-¿Dónde estas?
-En Cancún, di hola Zayn-Clara gira un poco el ordenador para que la otra parejita pueda ver a su amigo medio dormido.
-¿Ves como era así, Louis?
En las pantalla de ordenador salen ahora Louis y Eleanor.
-¡Hola chicos!-gritan los dos al unísono al ver que no están solos.
-Hola, hola, ¿se nos oye?-Niall aparece con el pelo mojado y con Marta a su lado de la misma guisa.
-¡Hermanita!¿Dónde estas?
-En San Petersburgo, estoy pasando un frío...
-¿A que se te ha olvidado la ropa de abrigo, Niall?-dice Louis riéndose.
-Si...-responde el aludido un poco avergonzado.
-¡Gente!¿Qué tal todo el mundo?-dicen Liam y Cristina con una sonrisa.
Y ya están todos, todas las parejas, todos los amigos, todas los hermanos y hermanas, todos unidos, pues por muy lejos que estén unos de otros siempre están unidos. Así será como se tiraran hablando todos juntos unas cuantas horas y harán la promesa de repetir la misma operación a lo largo de las vacaciones para contar lo que les pase al día a cada uno.
Y seguirán en contacto porque ya...no pueden vivir los unos sin los otros...
NOTA: Bueno este capítulo tan largo es por la celebración de que ayer no morimos y por el cumple de DreamRose :)) Y bueno decir que muchas gracias a todas por los comentarios de apoyo de la entrada anterior!! Sois todas un encanto <3
Os quiero!! :)))
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