CAPITULO 46 "Regalo"

Narra Ana María*

Cuando me levanté por la mañana, me sentí como el primer día que estuve en Londres con mi hermana y Cristina, un poco desorientada. Cuando me ubiqué un poco me di cuenta de que estaba en el cuarto de Harry. No os penséis cosas extrañas, el esta en el sofá del salón. Menuda nochecita...pase tantos nervios durante el día y después no pude dejar de pensar en la tal Shannon y de darle vueltas a la cabeza con lo que dijo la presentadora de la televisión...
Me levanté de la cama y bajé al salón donde en una mesa, me encontré una nota:

         "Marta y yo nos vamos a desayunar y a pasar el día fuera, no nos esperéis, cuando queramos algo de vosotros volveremos... Adiós"

No pude evitar reírme, que carta tan asombrosa, que facilidad de palabra...
Di un paso a la derecha y allí había otra nota:

         "Somos Cristina y Liam, os decimos lo mismo que los de al lado, ya nos veremos...Os queremos"

Deje la nota sobre la mesa y miré a Harry. En el sofá de al lado suya, aún estaban tiradas las mantas de Niall, que había dormido con él, en el salón. Cristina y Eleanor durmieron con sus respectivos novios.
Harry estaba sin camiseta, con unos pantalones de pijama. Tenía un brazo puesto sobre la cabeza y los rizos descontrolados, cubrían sus ojos. Lentamente me senté en el sofá, evitando moverlo para no despertarlo. Después le acaricié la mejilla y le quité el pelo de los ojos. En ese momento me sentí afortunada. El es mi novio. Es una persona hermosa por dentro y por fuera; porque tiene el cuerpo perfecto, la sonrisa más bonita del universo y unos ojos maravillosos pero lo más importante es que es detallista, amigable, cariñoso, amable, romántico...¿Qué más podía pedir?
-Gordito...despiértate, quiero besarte...-le dije acariciando su torso y acercándome a sus labios.
-Puedes besarme estando dormido-me dijo sonriendo aún con los ojos cerrados.
Yo le agarré la cabeza y le fui dando un beso en la mejilla, en la nariz, en la comisura, hasta que llegue a los labios. Pose los míos sobre los suyos delicadamente y cuando me separe de el abriendo lentamente los ojos, vi como el también lo hacia.
-Este ha sido mi mejor despertar.

Narra Niall*

Marta y yo fuimos a una cafetería cercana a casa.
Pedimos unos tazones de chocolate humeante con nubecitas de algodón y unos gofres con nata, azúcar y fresas.

 

-¡Qué buena pinta tiene todo esto!-me dijo Marta.
-Si-le dije algo distraído mirando para todos lados.
-¿Qué te pasa?-me dijo Marta con un trozo de gofre ya en la boca.
-Nada... Pero estoy un poco preocupado porque si vienen fans o algo...no quiero que te pase nada...
-Estas tu para defenderme de todo, ¿no?-me dijo sonriendo al tiempo que se limpiaba la boca con una servilleta. Yo reí.
-Por supuesto, para defenderte de todo.-después nos inclinamos sobre la mesa y nos besamos en los labios.
-¡Niall! Te has ensuciado la camiseta-me dijo Marta con la mano en la boca.
-Tu también-le dije riendo a carcajada limpia.
Somos tontos, los dos nos habíamos ensuciado al inclinarnos para darnos el beso, estamos igual de retrasados.
Seguimos desayunando, riendo y charlando de todo un poco. Era muy temprano así que estábamos casi solos en la cafetería, cuando la gente comenzó a llegar nosotros ya habíamos acabado y estábamos con las manos entrelazadas sobre la mesa, había gente que me reconocía y se me quedaba mirando, incluso pude ver como una chica nos hacia fotos con el móvil.
Cuando Marta vio que no la atendía al hablar y que miraba con cara de mala leche a la chica de la mesa de al lado que nos hacia la foto, se dió la vuelta y con una sonrisa le dijo:
-Oye, ¿quieres qué posemos?
La chica se quedó un poco impresionada, dejó el móvil sobre su mesa, algo cortada y se puso a comer...
Pero más impresionado me quede yo, no se lo había tomado mal, estaba tranquila y relajada... A Marta eso le daba igual, bueno en realidad le daba igual todo y eso me gustaba porque yo soy igual...o lo era...ahora tengo que cuidar de alguien muy especial, de una princesa de los nervios que me había robado el corazón y podía pasar de todo...excepto de ella.

Narra Cristina*

-Liam, ¿dónde vamos?-le pregunté.
-Es una sorpresa...-me dijo cansino.
-Eso me lo has dicho treinta veces, pero yo quiero saber ya donde vamos y cual va a ser la sorpresa...anda por favor dime...
-No te lo digo, ya lo verás. Yo estoy deseando ver tu cara-me dijo dándome un toque en la mejilla.
Los dos íbamos en el coche, camino a alguna parte. Hacia sol y calor para estar en Londres, todo era magnífico, o bueno quizás es que lo viese todo con ojos de enamorada.

Narra Ana María*

-¿Cuánto te queda?-oí a Louis y Eleanor gritando desde el salón.
Habíamos venido a mi casa y del resto de las chicas para poder cambiarme. Íbamos a jugar un partido de tenis doble y yo tenía la ropa de deporte en casa. Estaba en braguitas y sujetador cuando Harry abrió la puerta y paso como si tal cosa.
-¡¡Harry!! ¿Pero qué haces?-le grité intentando cubrirme con lo que tenía de ropa.
-Tranquila, vengo a protegerte de pervertidos-me dijo acercándose y dándome un beso en la mejilla-puede haber un tío mirándote por la ventana, ¿lo sabías? O debajo de la cama o...-dijo cerrando las cortinas y mirando debajo de la cama, después se quedó dubitativo- Bueno, básicamente he venido para protegerte.
-Ya veo... Yo creo que básicamente has venido para verme-le dije sonriendo. El río nerviosamente.
-Para eso también.
-Anda, sal-le dije.
-Uuiii que vergonzosa, ¿no me tendrás nada que ocultar, no?-me dijo haciéndome cosquillas, mientras yo lo dirigía hacia la puerta.
-No tranquilo, en esta relación, yo solo aporto dos pezones, no como otros-le dije riendo y cerré la puerta. Oí como se tiraba al suelo partiendose de risa.

Narra Clara*

Me había tirado toda la noche hablando con Zayn, y la verdad es que no nos habían faltado temas de conversación. Era muy fácil hablar con el, era inteligente y tenía muchas cosas que contar.
-Ahora tengo sueño-me dijo Zayn bostezando.
-Claro, si es que es normal, toda la noche hablando que hemos estado. Lo raro es que yo halla aguantado porque soy súper dormilona-le dije con una sonrisa.
-¡No me digas! Yo también soy un dormilón, será porque hemos tenido una conversación entretenida. Cuando seamos novios haber quien se levanta antes...-dijo y después abrió muchísimo los ojos.
-¿Qué has dicho?-le dije con una sonrisa.
-Nada, nada...
-No, dímelo. Has dicho, ¿cuando seamos novios?-le dije mirándole a los ojos. El me miro también y después desvió la mirada.
-Si-me dijo bajito y con las mejillas rojas.
-¡Fíjate! Y, ¿cuándo piensas pedírmelo?-le dije sonriendo. El se quedó un poco impresionado por mi reacción, incluso yo me quede impresionada, nunca pensé ser tan descarada.
-Es que yo soy de ir lento-me dijo sonriendo y más relajado.
-Y yo, pero como tus fans vuelvan a querer aplastarte, no va a ver tiempo.
-Eso es verdad...-me dijo sonriendo.
Yo estaba sentada en el sofá y el incorporado en la cama, poco a poco nos fuimos acercando hasta que nuestros labios se juntaron. El me agarro de la nuca y me acerco más a el. Mi corazón iba a mil por hora, estaba tan nerviosa, tan emocionada besando a ese chico de cabeza vendada y con un mechón fuera...

 

De repente la puerta se abrió y por ella apareció una mujer, nosotros nos separamos rápidamente y Zayn dijo:
-¡Mamá!

Narra Cristina*

-¿Por qué me traes a un parking, Liam?-le dije.
Los dos íbamos por un pasillo, entre las filas de los coches. A ambos lados teníamos coches de todo tipo pero yo únicamente me pude fijar en un Mini con la bandera de Londres en el techo.

 

-¡Qué bonito!-dije, mientras seguíamos andando, ese no era mi regalo...
-Uuiii me lo he pasado-dijo dándome la vuelta y volviendo hacia atrás. ¡Dios mío! Me ha comprado un coche...y puede ser el Mini...no lo és, nos lo hemos vuelto a pasar...
-¡Estaba por aquí!-otra vez la vuelta...
-¡Liam! Céntrate amor, porque me vas a marear...-le dije.
-Es este-me dijo en el oído y me dió lentamente la vuelta agarrándome por la barriga.
-¿En...en serio?-le dije asombrada.
-Si-me dijo cariñoso.
Yo me solté de sus brazos gritando y me acerque al Mini, le dí una vuelta, entre las risas de Liam que me miraba con los brazos cruzados. Después dejé de gritar y dar vueltas alrededor del coche y riendo me lancé a los brazos de Liam que me agarró por las piernas mientras yo le daba un apasionado beso con mis brazos alrededor de su cuello.