CAPITULO 30 "Un grito, un bate y una regadera"

Narra Marta*

Los días pasaron en la casa con algo de incomodidad y tensión. La relación entre Cristina y Clara era buena, ya que Cristina no pensaba que ella tuviese la culpa de nada y como ya se conocían del instituto mantenían una relación bastante cordial, podía decirse que eran amigas. Sin embrago, con mi hermana aun no se había perdonado. Hablaban, pero poco y no solían hacer las típicas chorradas que hacían todos los días. En los días que transcurrieron, mi hermana paso la mayor parte del tiempo con Clara, tanto porque la había echado de menos como porque no se sentía lo suficientemente con fuerza como para enfrentarse de nuevo a Cristina.
Los chicos, no sabían nada de Clara. Bueno, en realidad, no sabían nada de nada porque no nos habían llamado aún. Estoy muy enfadada con esto porque Niall tampoco me a escrito ningún mensaje. Comienzo a pensar que quizás ese momento del casi beso se dió por la bebida y no por los sentimientos que pudiese tener por mi, y eso me hacía sentir muy mal.

Narra Clara*

Era domingo por la mañana temprano, tan temprano que aún no había ni salido el sol ya que no entraba luz por las persianas. Así que no se por que está sonando el timbre. Miré el reloj y marcaba las 6:45¿Quién se presentaba a estas horas y se ponía a llamar al timbre como un loco? Me levanté de la cama y me fuí a abrir la puerta sin saber que allí, me esperaba una grandísima sorpresa.

Narra Zayn*

Habíamos ido a por las chicas. Era muy temprano pero teniamos pensado hacer muchas cosas y necesitábamos mucho tiempo. Louis estaba como loco con el timbre, parece un crió, sin levantar el dedo. La puerta se abrió y dentro de la casa vimos a una chica con el pelo alborotado, castaña, alta y delgada. Bueno, la chica estaba muy bien...pero es que no la conocíamos. Al abrir la puerta tenía cara molesta, seguramente no le habría hecho ni pizca de gracia que la levantásemos a esa hora, pero cuando fijó sus expresivos ojos marrones en nosotros su expresión cambió al asombro absoluto y retrocediendo dio un grito. Nos asustó a nosotros, que también nos pusimos a gritar. Pude ver como Liam levantaba la cabeza hacía el letrero de la puerta para saber si es que nos habíamos equivocado de casa.
-¿Qué pasa?-oímos que gritaba Cristina mientras se aproximaba a la puerta.
Todavía no se por que, pero allí, todos seguíamos gritando.
-Ssshhhh callaros, que vais a levantar a todo el edificio-dijo Cristina mientras apartaba un poco de la puerta a la desconocida y nos daba golpecitos para que reaccionásemos.
Cuando ya todos nos calmamos un poco y paramos de gritar para echarnos unas ojeadas confundidas llego otra loca:
-¿Qué pasa aquí? ¿Qué venís a robar? ¡Iros por donde habeis venido!

No veíamos a la princesita de los nervios, solo sabíamos que había un bate de béisbol que asomaba por un marco de la puerta y supimos identificar su voz. Aun así, con tanto movimiento de bate le dió en todo el ojo a Niall.
-Aaaiiiiii-gritó el pobre Irlandés. Lo va a dejar echo un Cristo.
-No os preocupéis chicas, ¡qué ya estoy aquí!
Ya, llego la loca que faltaba. La estatuilla había optado por coger una regadera de metal por arma, y cuando nos vio se quedo totalmente paralizada.

Osea, la escena es: Niall con el ojo tapado y quejándose, los demás con cara de susto, la chica nueva en una esquina flipando, Cristina mandándonos callar, la princesa con un bate y la estatuilla con una regadera. Esto es una situación totalmente inusual.
Todos nos miramos por un rato mas, hasta que Cristina comenzó a reírse y todos la secundamos. Estas cosas solo pasan con la gente como ellas. Situaciones graciosas y maravillosas con gente graciosa y maravillosa.

Narra Niall*

Menuda leche me había dado. Me había intentado de apartar cuando vi el bate, sobre todo cuando supe que la que lo sostenía era Marta pero no me dio tiempo. Menuda situación.
-Anda entrad, que os va a ver todo el mundo-nos dijo Cristina, mientras nos dirigía hacia el interior de la casa.
-¿Estas bien Niall? Lo siento mucho-dijo Marta agarrándome del brazo e intentando mirarme el ojo.
-Tranquila, si no pasa nada. Ya ni me duele.-le mentí sonriendo. Ella me miraba preocupada.
-Aahhh, ¿no?-me dijo Louis. Me dio con el dedo en el ojo.
Yo grité de nuevo por el dolor y le dí un puñetazo a Louis en el brazo, mientras el reía.
-Vente creo que hay pomada en el baño-me dijo agarrándome de la mano y llevándome al cuarto de baño-como lo siento...
Pues yo no sentía nada irme con ella al cuarto de baño.

Narra Harry*

-Hola, ¿quién eres?-le sonreí a la chica nueva.
-Mmmm...Creo que no me acuerdo-dijo.
-Aaahhh...Bueno no pasa nada, ya te acordarás-le dije, dándole unas palmaditas en el hombro.
El resto seguía riendo. Marta se llevo a Niall a curarle la herida que le había hecho con el bate...o a estar a solas con el, ¿quién sabe?
Yo me acerqué a la estatuilla con una sonrisa y ella al verme, me dedicó otra, la mas bonita que jamás halla visto.
-¿Por qué no me das la regadera? Podrías hacerte daño-le dije riendo, ella río también y me la dio.
Después de dejar la regadera en una mesa cercana, volteé la cabeza y acerqué mi mejilla a ella. Rió y me dio un sonoro beso.
-Buenos días, tontorrón-me dijo.
-¿Quién es ella?-oí que decía Liam. Ya nadie se reía y de repente me di cuenta de que no sabíamos si la chica nueva era de fiar o no.
-Será mejor que te lo explique Ana-dijo Cristina dirigiéndole a Ana una mirada acusadora.
Yo la miré. La expresión de felicidad le había cambiado para dar paso a una expresión de tristeza y culpa.

Narra Ana María*

Todos me miraban, pero no me puse muy colorada. Les expliqué que Clara era mi amiga de la infancia, que confiaba en ella y que se lo había contado todo pero les aseguré que no diría nada.
-Bueno pues ya esta, no pasa nada-dijo Louis sonriendo.
-Si. Si no va a decir nada todo bien-me sonrió Harry agarrándome de la mano. Habrían notado que no lo estaba pasando muy bien y me intentaron hacer sentir de nuevo cómoda.
-Bueno, pues encantado de conocerte-se acerco Louis a darle un beso. Sentí que Clara estaba súper emocionada. Me hizo mucha gracia porque su favorito era Louis y seguro que después le daría vueltas y vueltas a ese momento.
Harry también se acercó a darle un beso.
-Pero no se lo puedes decir a nadie si no te mataremos-le dijo Liam acercándose a ella riendo para otro beso.
Zayn se acercó lentamente y poniéndole el brazo alrededor de los hombros dijo:
-Pobre, la vas a asustar-y río.
-No, no me asusta, se que es de broma, no soy una niña.-todos rieron pero Zayn se quedó un poco cortado.
-Oye que lo decía por agradar-le dijo un poco molesto.
-Ya bueno, pero yo te informo, que no hace falta que me defiendas, ya se yo sola-eso lo único que hizo, fue que los chicos se rieran más y que Zayn se sintiese aun mas incómodo. Le dí un codazo a Harry para que parase de reírse y me acerqué a Zayn para agarrarlo por el brazo y alejarlo un poco y sonriéndole le dije:
-Ella es así...
-¿Ah, si? Pues es tonta.

Narra Marta*

-¿Seguro que no te duele?-le decía a Niall mientras le extendía la pomada alrededor del ojo. Creo que ya se lo he preguntado como 80 veces.
El se rió y me dijo:
-De verdad, que no me duele, ¡ay!-se quejó. Yo le mire a los ojos y el me miro-Casi no me duele.
Los dos nos reímos. El estaba sentado en el cesto de la ropa al lado de la bañera y yo estaba de pie. Se produjo un tenso silencio. Terminé de extenderle la crema y me quedé mirándole un rato más. El me miraba directamente a los ojos con cara de embobado.
-¡Ya esta!-le sonreí.
Me iba a dar la vuelta cuando el me agarró la muñeca y me dijo:
-No, no esta. Mi madre, cuando era pequeño y me caía siempre me daba un besito...ya sabes, para que la herida sanase mejor-me dijo con una sonrisa pícara. Yo lo miré un poco asombrado y el enarcó las cejas.
-¿Quieres que te de un beso como tu madre?-le pregunté.
-No. Como mi madre, no.
Me acerqué lentamente a el, puse mis manos en sus hombros y el me agarró de la cintura, acercándome un poco más.
-¡¡Chicos!! Uy, lo siento-aaaiiiiiiii otra vez Louis-Que vamos a decir algo importante, venid.
Y se fue riendo como un loco, Niall se separó de mi y salió corriendo a por el.
-¡Como te pille te vas a enterar!
Me apoyé en el lavabo con una sonrisa. Ahora estaba sobrio. Quería besarme. Porque le gustaba. Tarde o temprano ocurriría. Era feliz.